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"Opinión"

"Salvando la forma"

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16/05/2020

    Cuauhtémoc Celaya Corella

    celayacorella@hotmail.com

    Otra consecuencia de la emergencia, Inge, ha sido que revela lo que le interesa al gobierno de la llamada 4T: salvar la forma. El fondo, parece para ellos, como decía el actor yucateco, Arturo de Córdova: No tiene la mayor importancia.

    Así, el encargado de manejar e informar sobre la contingencia, le importa el reflector y los resultados que puede obtener para empezar a caminar una vereda que no es la suya, la política. Por ello se enfrenta y busca desprestigiar a los doctores Julio Frenk, Secretario de Salud con Fox, y José Narro, político honesto y de reconocido prestigio académico, Secretario de Salud con EPN, quienes han dicho sobre la media verdad de las cifras estadísticas y opinando sobre la tardanza del gobierno para enfrentar lo que veían que venía.

    De igual forma, ambos López, siguen oyendo su misma canción que tanto gustan, son los conservadores neoliberales los que les atacan, mientras ellos hacen poco en términos de proveer lo necesario y sólo con discursos y explicaciones quieren que la gente les crea. Lástima que la ausencia de liderazgos les deja el camino franco para decir sin sustento, y la oposición que surge, buscan destruirla. ¿Que ganaría una sociedad si en el pasado Calderón o cualquier otro hizo o deshizo en temas que solo se enuncian, pero no se denuncian y menos, se ejerce la aplicación de la ley?

    La gente no quiere que el virus les alcance y que en caso de suceder, puedan recurrir confiados al sector salud y que éste responderá favorablemente hasta donde las condiciones lo permitan, y no que cada mañana y cada tarde, los mismos discursos, las mismas ucronías, y no se genera un discurso de aliento y confianza social.

    ¿Seguirá impune la venta de ventiladores, Inge? Parece que la corrupción continúa.
    Pero mejor veamos otro tema, el educativo.

    Dicen que quien era director de Movimiento Azteca, fideicomiso no auditado del grupo Salinas, que recaudaba millones varias veces al año para obras altruistas, ahora Secretario de Educación, le tiembla la mano para declarar por terminado el año escolar, y plantea un programa: Aprende en casa. Sin duda, en el papel el proyecto suena bien. Pero en la práctica, apenas lleva un mes y por todo el país se ve lo inviable de este esfuerzo, perdido desde su inicio por la falta de cultura en la población para utilizar este sistema y no todos tener las herramientas necesarias para ello.

    Una cosa es cierta, el virus llegó para todos, no le importa pasado y presente de cada uno, por lo tanto debemos comprender que tenemos que aprender a vivir con él, y cuidarnos en todo lo que vale y apreciamos la vida de cada quien. Eso nos debería decir la autoridad y abrir la economía y entender que enfermarán quienes no quieran cuidarse.

    Ningún gobierno le ha salvado la vida a quienes han desobedecido las instrucciones y se han contagiado, complicando su propio existir. Por tanto, cualquier otro camino que no sea una vacuna, nos evitará un posible contagio y sus consecuencias. Y la vacuna no se generará en México por razones de que la revolución no generó científicos, sino políticos corruptos y honrosas excepciones. Entonces, gobierno actual, deje de ver hacia atrás, si le tienen coraje a Calderón y al sistema pues apliquen en lo que puedan comprobar, delito alguno y castíguenlo, pero enfrenten la realidad mexicana.

    Y la realidad es que la casa no es escuela, menos aula, los padres no son profesores, y la televisión y pantallas de celulares y laps, no son pantallas ni pizarrones. Me dicen Inge, que J.J. Rousseau afirmó que la mejor maestra era la naturaleza, y que la escuela debería dejar que los niños aprendan de ella, pero no hay árboles que den como fruto ecuaciones, ni las aves enseñan historia, ni civismo, los ríos cantan pero no solfean, y el niño tiene que aprender primero para después admirar y cuidar a la naturaleza.

    Entonces, por qué no aprovechar este tiempo para diseñar un nuevo sistema, porque el recientemente utilizado ya no servirá. Habrá que enseñarle al niño que los hábitos y las costumbres cambiarán.

    Cuando acompañaba a mi madre a ver a su padre me ordenaba, saluda al abuelo, y saludarlo era acercarse y darle un beso y esperar una caricia, hoy eso quedará atrás. Hoy será llegar y escuchar, no te acerques al abuelo, lo puedes contagiar. De lejos, hacerle la ve de la victoria y que se dé por saludado.

    La SEP tiene que escribir nuevos contenidos, que serán las nuevas costumbres sociales y explicar a niños y jóvenes por qué de la sana distancia, por qué de la higiene constante, por qué aprender a ver la naturaleza y respetarla. Eso debería preocupar a la autoridad, y para eso se requiere tiempo y colaboración de los actores educativos, desde casa, hasta los que están en el aula, y éstos también tienen que aprender lo nuevo, y no sólo me refiero al manejo de las tecnologías, que para eso hay manuales, sino a la relación humana que definitivamente ha cambiado.