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"OPINIÓN"

"Robaron del rostro la sonrisa"

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27/10/2019

    Cuauhtémoc Celaya Corella

    celayacorella@hotmail.com

     

    Fue la tarde del jueves 17, en la que el error, el terror, el espanto, la muerte y el dolor de saberse altamente vulnerables y completamente indefendibles, la sonrisa del rostro social desapareció. Fue robada del rostro de la gente buena, la que se manifiesta solidaria ante el dolor que produce la tragedia natural, la que contribuye con su ayuda a las obras sociales, la que casi de madrugada y por las tardes, hace del ejercicio físico en lugares públicos, un paisaje que se admira y en la que todos los sectores, todas la edades, por igual hombres y mujeres, expresan, así es Culiacán.
    Una ciudad como muchas otras del país y del mundo. Con sus problemas de crecimiento, con su historia y sus costumbres, consciente de que se cobija en ella una actividad que lastimosamente le mancha el rostro, pero que sin remedio la acepta y sabe que también crece y se va mezclando en todos los segmentos sociales.
    Sin embargo, la tarde del jueves, esa actividad mostró su rostro torvo, y una fuerza desmedida que causó pánico y dejó maltrecha la convivencia para mucho tiempo.
    La causa fue una, un operativo fallido, planeado sin preparación debida, mostrando ignorancia, desconocimiento y falta de observancia de un protocolo para dichas actividades. Eso hizo que la fiera saltara sin medir consecuencias, sin medir los efectos. El objetivo era claro, la población debería atenerse a las consecuencias por habitar en la ciudad, y los contrarios deberían saber que hay líneas en donde pisarlas, produce reacción.
    Reacción que no supo, por ignorancia, aquilatar quien ordenó seguir adelante con lo acordado en un gabinete que se dice de seguridad y que no mueve una sola hoja de papel, sin que, el que es el Jefe Supremo, lo autorice. No es un juego. La vida de muchos se puso en riesgo.
    Hoy, ante la orden de liberar al detenido, porque valen más las vidas de las personas, se agradece el gesto, pero deja endeble la postura del instituto armado. Muchos ensalzan la decisión, cuando debían reclamar el haber jugado un juego para el cual demostraron que no saben jugarlo...todavía.
    No hubo inteligencia, como la tenían los conservadores, que demostraron muchas veces detener y en ocasiones vencer la resistencia si la había, sin dañar a lo que llaman población civil.
    No se sabe cuántos murieron, ni de un bando ni de otro, ni del tercero, que es la población civil afectada. Para los civiles caídos no habrá homenaje alguno de parte de nadie, ni tampoco repararán los daños, ni cubrirán la pérdida de los bienes materiales.
    Con desaliento veo que hay jóvenes que reconocen la actitud de quienes salieron a destruir, matar y atemorizar, para presionar y lograr su propósito. Ven lo hecho como algo correcto. Pobres.
    La historia ha registrado otros hechos en otros tiempos, pero ninguno como el del jueves, en donde las dos fuerzas enfrentaron sus alcances con los resultados conocidos. Hoy, el gobierno sabe que, aunque perdió una batalla y no la guerra, quedó marcado. ¿Para qué tanta conferencia, para qué tanto encono para enfrentar y dividir al pueblo, y ahora pedir solidaridad con el que gobierna, para qué seguir juzgando el pasado, para qué enredar lo que tanto tiempo y esfuerzo hicieron gobiernos anteriores, para qué dañar, quitando recursos a los renglones básicos para el desarrollo social, si ante una petición de un gobierno extranjero, se pone en peligro toda una ciudad, y muchas vidas inocentes?
    ¿Tendrá respuesta ésta pregunta, por el que por las mañanas contesta intrascendencias, y cansa con una perorata que en nada ayuda a construir un país sólido, una sociedad fuerte, que pueda retar y vencer el futuro?
    Cuánta burla a un pueblo que trabaja y contribuye con mucho al desarrollo nacional. ¿Eran necesarias mentiras que nada explicaron en la conferencia en Palacio de Gobierno estatal, la mañana del viernes? No resolvieron nada, no justificaron nada y no hubo para los civiles muertos, un silencio memorial que consolara.
    ¿Dónde quedan las promesas de campaña de quien ya sabes quién, en materia de seguridad? ¿Cómo pacificar al país?
    Sólo espero Inge, que dentro de dos años, no vaya a salir alguno de ellos y llame valientes a quienes enfrentaron al ejército, les den un reconocimiento, y alguna secretaria o secretario, dé una disculpa a nombre del Estado Mexicano, por haber evitado el cumplimiento de la ley.
    Fue una tarde cruenta. ¿Cuántos fallecieron? Nunca se sabrá. ¿Cuántos salieron lesionados físicamente? No se tiene un dato cierto. ¿Cuánto perdieron de su patrimonio trabajadores, amas de casa, estudiantes y otros? Tampoco se sabe. ¿Cuántos soldados y elementos de las fuerzas armadas cayeron en el cumplimiento de su deber? No hay datos. ¿Cuántos durmieron en tiendas, súper, restaurantes y otros? No se sabe.
    ¿Cuántos perdieron la sonrisa y quedaron con miedo y desaliento por no se sabe cuánto tiempo? Toda una ciudad que, seguro rebasa el millón de habitantes.