Respaldo ciudadano a periodismo y DDHH. El crucial acompañamiento de IS-Noruega
Por más que parezca que los astros se alinean en torno al Instituto Para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de Sinaloa, el Congreso que sobre el tema realizaron el sábado Iniciativa Sinaloa y la Embajada de Noruega en México significa apenas el desafío de lograr la conjunción de todos los esfuerzos primero para entender, después para respaldar y finalmente para que reciba la sociedad el mejor trabajo de reporteros y activistas, que sintiendo el amparo ciudadano promoverán a plenitud las libertades.
Lo crucial de la jornada del sábado es que, desde otro país, Noruega, se ha detectado que en Sinaloa existe un movimiento notable en favor de la libertad de expresión y los derechos humanos. Las reuniones que la Embajadora Ragnhild Imerslund sostuvo con el Gobernador Rubén Rocha Moya, legisladores del Congreso del Estado y directivos del Instituto de Protección ocurren con esencial puntualidad, pues están en el centro del debate la pertinencia de la Ley en la materia y la eficiencia del órgano guardián.
La diplomática fue directa: defender los derechos humanos y asegurar que haya libertad de expresión es fundamental en una democracia y lamentablemente muchas personas en México que representan estos dos sectores no pueden ejercer el trabajo importante que tienen que hacer por falta de seguridad, por amenazas, por estigmatización y discriminación.
Hasta ahí todo bien. Los rediseños de la Ley y del Instituto, la toma de conciencia en el Gobierno y la acción parlamentaria solidaria han de lograrse en cuanto más se demuestre que proteger a periodistas y activistas significa salvaguardar derechos fundamentales como el de acceder a información confiable para la toma diaria de decisiones y alcanzar la vigencia absoluta de los preceptos constitucionales inherentes a los mexicanos.
Pero lo que sigue por hacer es la tarea descomunal de encarrilar a Sinaloa, sin boleto de retorno, en la tendencia que tenga a la sociedad en la primera línea de protección del periodismo y el ombudsman. Así como lo planteó Marlén León Fontes, directora de Iniciativa Sinaloa, si acaso “estamos construyendo vías para fortalecer y generar estrategias que ayuden a prevenir y proteger a los periodistas y personas defensores de derechos humanos”.
También fue posible escuchar a la directora del IPPPDDHyP, quien fundamentó la existencia de la Ley y del Instituto en una sola frase irrefutable. No tendrían razón de existir si todos los servidores públicos entendieran la finalidad de derechos humanos en torno a los cuales orbitan los quehaceres y la esencia de los individuos y las sociedades. “Si el servidor público desconoce cuáles son los derechos humanos y desconoce cuáles son sus obligaciones, ese servidor por omisión o desconocimiento, va atentar contra tales derechos”, reforzó.
En lo personal me tocó compartir el Panel “Protección desde lo local: estrategias para prevenir y atender agresiones a periodistas y defensores de DDHH”, con el incansable luchador social Óscar Loza Ochoa, quien referenció el Culiacanazo 2.0 como prueba de fuego para el Instituto por la violencia que obligó a integrantes de estos dos gremios a salir a servirle a la sociedad sin garantía alguna; la periodista independiente Samantha Páez Guzmán, que realizó para el medio Lado B la mejor investigación sobre la situación de los institutos, comisiones o mecanismos de protección en México, y Pedro Cárdenas Casillas, coordinador de Protección de Artículo 19, quien expuso con claridad sobre qué terreno está plantado el periodismo mexicano.
Desde mi punto de vista expuse que hoy tenemos al Instituto de Protección en Sinaloa y que más allá del dato anecdótico de su creación debemos pasar a preguntarnos para qué lo queremos, cómo nos cuidará mejor, de qué tanto dinero necesita para desempeñar su función y sobre todo defenderlo para que desde lo compacto de su vida interna busque el sólido abrazo social que lo arrope.
En el Congreso conducido por la periodista Raquel Zapién, defensora de la libertad de expresión en el sur del estado, y el panel moderado por la académica-periodista Sibely Cañedo, enumeré como prioridades las integraciones del Órgano Interno de Control, Vicefiscalía Especializada, Atlas de Riesgo y formalizar la Comisión de Seguimiento a las actuaciones del IPPPDDHyP.
Aventuré la propuesta de hacer causa común para que el Gobernador Rocha asigne 6 millones de pesos más al Instituto, aparte de los 12 millones del presupuesto para 2023, etiquetándolos a medidas de atención y protección, elaboración del plan integral de protección, brindar asistencia psicoemocional, contratación de seguro de vida colectivo cuyos beneficios se destine a familias de periodistas y activistas inmolados en el desempeño de su labor, y detonar la campaña de concientización ciudadana sobre la importancia de proteger a periodistas y defensores de DDHH.
En síntesis, el Congreso logrado por Iniciativa Sinaloa y el Servicio Exterior de Noruega nos puso a pensar a los periodistas en cómo corresponder a la solidaridad ciudadana mostrada el 4 de marzo, a la sociedad qué más hacer para defender a comunicadores y ombudsman, a los organismos no gubernamentales sobre el pacto necesario para cuidarnos entre todos. Ojalá que haya también generado inquietudes en servidores públicos y representantes populares.
El mejor de los protocolos,
Lo proporciona la sociedad,
Cuando acaba la soledad,
De aquellos que luchan solos.
Es de resaltar, y sobre todo de agradecer, la presencia de órganos no gubernamentales, instituciones de derechos humanos, activistas en temas urbanos, ciudadanas y ciudadanos comunes, periodistas de Sinaloa y de otros estados, académicos, políticos y apolíticos, que asistieron a abrazar el evento de Iniciativa Sinaloa y por lo tanto a darle un apretón de manos, una palmada en la espalda, a los sectores que resguarda la Ley de Protección. Gracias.