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En junio de 2017 se planteó la conveniencia por razones estratégicas, de presentar una solicitud de investigación de dumping del maíz, pese a que, en ese año, por la orientación de la Secretaría de Economía era totalmente adversa a los planteamientos de los productores agrícolas. En los sexenios anteriores, en esa secretaría era impensable la intervención del mercado porque provocaba distorsiones”, por su fundamentalismo de mercado.
Sin embargo, yo argumentaba que cuando menos como estrategia de cabildeo debía solicitarse una investigación antidumping de las exportaciones americanas de maíz a México. Esta es la mejor evidencia de que los productores de Sinaloa están perdiendo, como los productores americanos con su competencia desleal.
Hoy, las cosas han cambiado radicalmente. Tenemos un gobierno que ya no es neoliberal, por lo que es de esperar una actitud diferente de la secretaría a cargo de las investigaciones antidumping.
La Cámara de Diputados en su aprobación del Presupuesto de Egresos eliminó totalmente el presupuesto de apoyos al ingreso objetivo, seguramente por instrucciones del Presidente. Esto refleja su percepción de la agricultura comercial como voraz. Por ello, hay que diversificar las acciones de los productores de maíz: iniciar una investigación antidumping del maíz americano.
El viernes pasado, Gustavo Rojo, presidente de Caades, en la asamblea del Consejo Nacional Agropecuario, entregó al Presidente López Obrador un proyecto de ordenamiento de mercados de granos básicos de Sinaloa con una base justa y un ingreso mínimo garantizado. Ojalá haya algún resultado.
Espero que haya una nueva actitud hacia los agricultores de la Secretaría de Economía. Aunque ha subido el precio promedio del maíz en la cosecha americana en 2020, posiblemente se siga exportando a precios dumping. En 2014/15 el precio promedio fue 3.70 dls. bu, en 2015/2016 fue de 3.61 dólares por bushel; en 2016/17 fue de 3.36 dls./ bu., en 2017/18 3.40 dls. bu. Y en 2018/19 de 3.55 dls bu. todos precios bajos, debajo de su costo de producción.
El segundo objetivo del TLCAN era “Promover condiciones de competencia leal en la zona de libre comercio”. Esto da una clara idea de la relevancia del tema.
Antes del primer acuerdo TLCAN, de 1977 a 1993 hubo seis años de los 16 transcurridos Estados Unidos había exportado con precios dumping. Mientras que, a partir de 1994, primer año del TLCAN hasta 2019 hubo dumping en 16 de los 28 años transcurridos, por lo que el libre mercado con Estados Unidos nos ha incrementado considerablemente la competencia desleal de los productores americanos y la necesidad de vender el maíz en México con más pérdidas para el productor mexicano, que hasta el año pasado se compensaban con los apoyos directos al ingreso objetivo.
La cuota compensatoria que habría que haber aplicado en esos años hubiera sido de 56 dls. en 2015 y de 40 dólares tonelada en 2016 y muy probablemente cuotas muy similares en 2017 y 2018, que en pesos mexicanos hubieran sido de 1,014 pesos por tonelada y de 722 pesos tonelada respectivamente.
Pero más que solicitar el establecimiento de cuotas antidumping, se requiere un precio mínimo al precio de sus exportaciones, como tienen que cumplir los productores mexicanos de tomate.
Jamás he pretendido que el camino de la solicitud de dumping sea fácil. Los productores pequeños no llevan contabilidad y tendrían imposibilidad o cuando menos gran dificultad para demostrar que están perdiendo. Pero la Secretaría de Economía tendría que realizar la investigación en Estados Unidos; serían los productores que la Secretaría escogiera de ese país y que debían mostrar sus costos de producción.
Nuestra investigación se basó en los costos y precios que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos publica. Solo como referencia en 1996, cuando se inició la primera investigación de dumping del tomate, el “Florida Tomato Comittee” presentó una publicación del costo de producción que elaboró Caades. Esto inició la investigación, aunque después el Departamento de Comercio hizo la correspondiente investigación de costos de los productores que escogió entre los más grandes.
La realidad es que ahora los productores de maíz en México no tienen otra opción. El Presidente no cambiará su decisión. Cuando menos, los productores deben de realizar esa estrategia de cabildeo para apoyar sus planteamientos. Es evidente que el Presidente no entiende qué pasa en la agricultura comercial; piensa que es una actitud voraz de todos los productores comerciales.
La política neoliberal que ahora impera en Estados Unidos, se traduce en sobreproducción, por la inelasticidad de la oferta y demanda. Que ha fijado las superficies a través de los años, con mínimas variaciones. La competencia desleal está en varios productos agrícolas.