Reparar el deseo de vivir

    Por Alejandra Ramírez

    La vigencia y expansión de las violencias y las graves violaciones a los derechos humanos, así como la cadena de impunidad que impera en la mayoría de los casos, daña a quienes son víctimas, pero también, a la sociedad en su conjunto. La experiencia de más de 10 años de trabajo de acompañamiento que hemos realizado en Fundar, la hemos vertido en el [Anti]Manual sobre enfoque psicosocial y trabajo con víctimas de la violencia y violaciones a los derechos humanos[1], un documento que recoge nuestro caminar, el cual se ha tejido y nutrido en colaboración con organizaciones aliadas y colectivos de familiares a quienes les agradecemos los aprendizajes compartidos.

    El documento invita a mirar en retrospectiva y de forma crítica nuestro quehacer como acompañantes. De igual manera, a dudar de nuestras certezas y abrir nuevos horizontes ante el contexto de violencia que desde hace años indigna y enlutece a miles de familias en nuestro país.

    Entre otras lúcidas participaciones, durante la presentación del documento, tuvimos la de Aracely Osorio Martínez, madre de Lesvy Berlín Rivera Osorio, compañera universitaria víctima de feminicidio ocurrido el 3 de mayo de 2017, dentro de las instalaciones de Ciudad Universitaria. Aracely, quien lucha incansablemente para hacer justicia a su hija y a todas las mujeres víctimas de violencia de género, al hablar sobre el significado de la reparación integral del daño, aspecto que el acompañamiento psicosocial identifica y profundiza, expresó una frase que, además de poética, tiene un sentido y alcance político: “lo que se repara es el deseo de vivir”.

    Pero ¿cómo recuperar dicho deseo cuando -siguiendo a la antropóloga Veena Das[2]- el mundo se volvió extraño por la devastación de la violencia y la pérdida? El cuestionamiento es complejo debido a que involucra planteamientos en diversos ámbitos tanto a nivel subjetivo, las relaciones con otros y las condiciones sociopolíticas que favorezcan procesos de resignificación de la experiencia.

    Ante dicho escenario, el [Anti]Manual coloca en el centro una de sus premisas: no existen recetas, fórmulas o pasos preestablecidos que dicten cómo se debe acompañar a quienes han experimentado un evento violento. Antes bien, el documento da cuenta de que dicha labor implica dar lugar a una constante reflexividad, al asombro y a los errores, pues estos conllevan un aprendizaje mutuo.

    Asimismo, el [Anti]Manual plantea que, hacer frente a los impactos de la violencia es un camino imposible de andar en solitario. Esto debido a que la resistencia se construye y recrea junto con otras y otros que realizan formas de sostenibilidad de la vida, como la re-producción de prácticas de escucha y de cuidado. En otras palabras, la experiencia de pérdida y las posibilidades de resignificación para rehabitar el mundo devastado requieren de un entramado comunitario que le acuerpe afectiva y políticamente.

    Por ello, en Fundar invitamos a todas y todos a acompañar a quienes, pese a encarnar los estragos de la violencia y la ausencia de un ser amado, no desisten en la exigencia de verdad y justicia, y esperamos que el [Anti] Manual sea una herramienta para seguir caminando en colectivo.

    *Alejandra Ramírez es investigadora en el Programa de Derechos Humanos y Lucha contra la Impunidad de @FundarMexico

    [1] Conoce y descarga el [Anti]Manual sobre enfoque psicosocial y trabajo con víctimas de la violencia y violaciones a los derechos humanos en: https://fundar.org.mx/publicaciones/anti-manual-sobre-enfoque-psicosocial-y-trabajo-con-victimas-de-la-violencia-y-violaciones-a-los-derechos-humanos/

    [2] Para conocer más acerca de este tema y el trabajo de Das, sugerimos el texto Violencia, cuerpo y lenguaje (2016), FCE.