Remedar el modelo de Verónica Bátiz. Casa del Pueblo y Casas del Bienestar
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A los partidos, servidores públicos y representantes populares que se extraviaron en la vorágine del poder, la Diputada Verónica Guadalupe Bátiz Acosta les señala la ruta de la entrega a causas ciudadanas que ahí están, en la parte más frágil de la pirámide social, pero poco las ven los políticos cuya arrogancia o cortedad de miras los aísla de aquellos a los que una vez acudieron para pedirles el voto. Los sinaloenses, nunca lo olviden, son más que sufragios eternamente disponibles.
En Culiacán funciona la Casa del Pueblo y en cinco municipios las Casas del Bienestar que impulsa la integrante de la bancada del Movimiento Regeneración Nacional con enfoque de interrelación, enlace, servicio y gestión para la comunidad donde predomine la solidaridad con los sectores vulnerables en vez de los colores partidistas. Sin ánimo de exagerar, es importante visibilizar este modelo de cobijo ciudadano como ejemplo de política retributiva que es la esencia de la representación popular.
A la Casa del Pueblo, ubicada en Francisco I. Madero número 94 de la colonia Centro, acude la población en fragilidad extrema y poco a poco cobra fama como espacio humanitario donde conviven la ayuda a personas y familias pobres, con las artes y la educación. Lo mismo llega allí el que viaja de “trampa” en el ferrocarril y perdió alguna extremidad en la peligrosa acción de saltar a un tren en marcha, el que aún desde su situación marginal quiere contribuir con trabajo comunitario, la maestra jubilada que ofrece ayuda a niños necesitados de educación especial o el conocedor del juego de ajedrez que ofrece enseñar a otros este deporte que estimula la mente.
En las Casas del Bienestar Verónica Bátiz apoya con recursos propios a quienes proponen emprender algún negocio individual o grupal con propósitos de subsistencia, desde artesanos, cultivadores de frutas y verduras, alfareros, hiladores y toda esa gama de manualidades que quisieran al menos los medios para comercializar los productos y llevar algunos pesos a sus casas. En estos espacios se proporcionan orientación médica, cursos, seminarios y exposiciones.
Pian pianito los lugares de encuentro social creados por la Diputada de Morena se sitúan como centros para las expresiones artísticas, académicas, culturales y sociales, así como promoción del cuidado de la salud, el deporte, la educación y el medio ambiente. Allí se promueven la cultura, tradiciones y el idioma de los pueblos originarios. Con la intensa romería diaria, la Casa del Pueblo en Culiacán y las Casas del Bienestar son considerados los segundos hogares para segmentos marginados.
La única regla es que el quehacer político de la Diputada se traduzca en beneficios para la gente teniendo como soportes los valores de la honestidad, solidaridad, disciplina, responsabilidad, humanismo, respeto, inclusión, igualdad, tolerancia y humildad. Lo demás viene solo: cada quien encuentra mediante la gestión la oportunidad que busca, la atención requerida y la trascendencia intrínseca del ser humano sin importar qué sea ni quién sea.
Son acciones que vale la pena destacar porque evidencian que no todos los diputados desertan de la obligación de servir al pueblo, ni los pueblos merecen a representantes que lo único que gestionan es el olvido. El modelo solidario que saca adelante Verónica Bátiz es visibilizado aquí con el único interés de que sea replicado a partir de cada escaño u oficina de gobierno y calculando que, si todos éstos imitaran el ejemplo o crearan uno suyo, otro gallo cantara en los cinturones de pobreza extrema de Sinaloa.
Deberían los funcionarios y diputados visitar estos prototipos de fraternidad con los que menos tienen, donde el ejercicio del servicio público halla su plena razón de ser, sin poses altaneras ni solidaridades decaídas. Para todo aquel que lo necesita existe por lo menos la mano extendida de tantos que se han hermanado en ayudar al prójimo. Verónica Bátiz y el equipo coadyuvante están sentando un precedente que pretende abarcar los 18 municipios.
Se trata del espacio de esperanza en que caben todos los vulnerables y de allí emergen al mundo de las oportunidades, dándose cuenta de que a cada caída le corresponde la pertinencia de levantarse para seguir adelante antes que los atropellen mayores infortunios. Nadie recibe dinero en efectivo, pero sí los medios, trámites y ánimos para sobreponerse de las dificultades y ninguno saldrá de esas casas con la sensación del desamparo, aislamiento o discriminación.
Importa pues resaltar el compromiso que se ha echado a cuestas esta mujer que no se arredra ante los retos y cuya voluntad de solidaridad no empezó con su llegada a la 64 Legislatura; ya traía en la sangre la misión de abrazar a los de abajo. Detengámonos un rato a apreciar estas pequeñas cosas cuya grandeza está indiscutiblemente en el espíritu de servicio.
Nada importa si su bandera,
Es guinda, tricolor o azul,
Lo que vale es que entendiera,
Para qué sirve una curul.
Siempre hemos sostenido que el hecho de librar al periodismo de cualquier tipo de amenazas bien vale la lucha, gestión o acuerdo que se tenga que hacer para lograrlo. Por eso insistimos en que la mediación del Gobernador Rubén Rocha Moya para que Grupo Arhe desistiera de las demandas penales contra reporteros y medios, trámite judicial que ya hizo, ayuda a desactivar algunos temores y envía la señal de que por fin un Mandatario estatal está preocupado y ocupado en que la libertad de expresión y derecho a la información se fortalezcan en Sinaloa. Nada cuesta reconocerlo y agradecerlo junto a la demanda de que la justicia castigue a aquellos que ya consumaron las agresiones.