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"Opinión"

"Relevo"

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    frheroles@prodigy.net.mx

    Qué decirles. Pienso en los jóvenes. Que la pandemia es un horror que sacude al mundo, que según la ONU el número de hambrientos se duplicará alcanzando casi 300 millones de seres humanos. Que la economía tardará en recuperarse, que es el peor momento desde la Segunda Guerra. Pero que, como siempre, saldremos adelante. ¿Saldremos, quiénes?

    Saldrán adelante países con gobiernos profesionales que respetan las reglas y fomentan la inversión. No es el caso de México. Recuperarán el crecimiento y generarán empleo los que tomen con seriedad los nuevos retos económicos y se preparen para la cuarta revolución industrial. No ocurre en México en donde el Gobierno quiere regresar al poderío petrolero como edén. Generarán más riqueza social las naciones que apuesten a la ciencia y la tecnología y puedan vender al mundo fórmulas y productos que cambien las vidas. En México hoy, en los hechos, se desprecia a la ciencia. Tendrán un mejor futuro aquellos países que se monten en las energías limpias abaratando costos y garantizando a sus habitantes calidad de vida. En México, potencia en energías limpias, hoy las perseguimos y el Gobierno apuesta a obsoletos monopolios contaminantes, al combustóleo. El mundo verá mejores días porque a pesar de los nuevos, y no tanto, tiranos como Putin, Erdogan, Lukashenko, Maduro, los Castro y su herencia, la vigilancia internacional sobre los DDHH es cada día más intensa. Nuevos Trumps serán siempre una amenaza. Pero en México hoy los DDHH tampoco son una prioridad, allí están las muchas observaciones de Human Rights Watch. La globalización política funciona.

    Qué decir de la corrupción, un mal global que pulula en todos los países. Allá se persigue con la ley en la mano. Pero en México hoy vivimos una danza de cínicos. Ni a quien irle, los del pasado eran especialistas, los del presente, además, se mofan de los mexicanos. Ahora el dinero malo procede de la corrupción del pasado, y el bueno sirvió a la gran causa. Hasta a Leona Vicario le ponen sobres en la mano. Corran video de los más cercanos pidiendo para la campaña y violando la ley. Cómo no ser incrédulo cuando la mentira sale de la más alta tribuna pretendiendo dar clases de moral y desde ahí se convoca a violar el debido proceso, a violar la ley con una persecución a expresidentes disfrazada de consulta.

    La generación en el poder, los de adentro y afuera, está podrida, hoy son muy escasos los políticos respetables y respetados. Pero hay mexicanos de primera, que hoy no están en el servicio público. Los mejores, vengan de donde vengan, así integró Vasconcelos a su equipo en la SEP, así se manejó Ávila Camacho frente a la Segunda Guerra. Lo mismo deberíamos estar haciendo en estos tiempos nublados y saldríamos adelante. Pero el rencor, el ánimo de venganza, la ignorancia, la vanidad se apoderaron de los gobernantes. El envilecimiento no debe doblegar el ánimo. El servicio público es una actividad muy noble, aunque hoy sea difícil creerlo.

    El tratamiento de la pandemia nos debe avergonzar y eso también golpea al ánimo. La proyección de la Universidad de Washington publicada por Excélsior -130 mil decesos para el 1 de diciembre- estruja. Hoy hay un desprecio por la vida en todas sus expresiones, son capaces de destruir selva irrecuperable para construir un tren o enterrar recursos públicos que pudieron ir a salud. Hoy tenemos un gobierno capaz de dilapidar fondos que tanto tiempo llevó crear, para sostener los sinsentidos de su líder, quien no entiende de ceros y menos de finanzas públicas. Qué decirles, que estén muy atentos del bien más preciado de una sociedad abierta, democrática, la libertad de expresión, y que las persecuciones como a Nexos nos deben sublevar, pues hoy está en la mira lo único que puede salvarnos de una tiranía: esa libertad de expresión.

    Decirles que los necesitamos y que la grandeza de un país está en la solidez ética de sus ciudadanos. Les toca desplazar a los cínicos. Así saldremos.