Reforma judicial: el pleito que viene

    Para cuando salga esta colaboración seguramente ya habrá sido publicada en el Diario Oficial de la Federación la “reforma judicial”, para bien o para mal.

    Así las cosas, el pleito entre el Poder Judicial Federal (PJF) contra el Congreso de la Unión y el Poder Ejecutivo Federal, se trasladará a los tribunales federales.

    Como quien dice, esto apenas empieza y se va a poner bueno. Es muy probable que los juzgados de distrito se inunden de amparos presentados por jueces y magistrados federales y algunas organizaciones de la sociedad civil.

    También es muy probable que la mayoría de esos amparos sean admitidos a trámite y se concedan suspensiones de los actos reclamados para que no se ejecute la reforma judicial y las cosas se mantengan como estén hasta que se resuelvan los amparos.

    A pesar de las suspensiones, sospecho que el Congreso de la Unión y el Poder Ejecutivo Federal no le van a hacer caso a las suspensiones y continuarán adelante ejecutando lo que tengan que ejecutar para aplicar la reforma judicial.

    Frente a esos desacatos veremos de qué están hechos los tribunales federales y, especialmente, veremos de qué está hecha la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

    Estaremos frente a una verdadera lucha legal de poderes en donde saldrá vencedor no el más fuerte, sino el que actúe con más inteligencia que se supone será el PJF.

    Esperemos que el PJF haya aprendido la lección al darse cuenta que, con paro de labores y marchas no consiguieron ni conseguirán nada nada porque se bajaron a pelear en un terreno que domina AMLO.

    El PJF debe dar la lucha en el terreno que domina: en los tribunales y ahí mostrar su fuerza y determinación.

    Muy mal le iría al país si el Congreso de la Unión y el nuevo Poder Ejecutivo federal empiezan a desacatar impunemente las decisiones de los jueces federales que se dicten en los amparos que seguramente se van a presentar.

    Imagínese usted, si esos poderes no le van a hacer caso a las suspensiones dictadas en los amparos y si la SCJN no hace nada para que se respeten, ¿qué temor van a tener de ahora en adelante todo tipo de autoridades para respetar las suspensiones?

    Como le digo, el pleito apenas empezará en los tribunales federales y no será una batalla fácil ni rápida, pero si los encargados de esos litigios son eficaces y eficientes, y, sobre todo si la SCJN se faja los pantalones, hay muchas probabilidades de que los amparos terminen ganándose y la reforma judicial se eche para atrás o la nueva presidenta se dé cuenta de que debe enmendar los errores cometidos y sacar adelante una reforma judicial pero debidamente consensuada con la SCJN, el PJF y todos los interesados.

    La Presidenta electa la tendrá fácil, simplemente debe ordenar a quien corresponda que respeten las suspensiones por un lado y empezar a negociar una nueva reforma judicial por otro lado.

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