Reforma educativa

    La masacre de 21 personas, 19 de ellas niños, debe impulsarnos a la reflexión. No es asunto de Estados Unidos, es un hecho que impacta a toda la humanidad.

    Ante la tragedia ocurrida en Uvalde, Texas, la frase expresada por Terencio recristaliza su perpetua vigencia: “Hombre soy, y nada de lo humano me es ajeno”. En efecto, la masacre de 21 personas, 19 de ellas niños, debe impulsarnos a la reflexión. No es asunto de Estados Unidos, es un hecho que impacta a toda la humanidad.

    Claro, debemos cuestionar la permisividad con que se expiden los permisos para portar armas. Pero, no basta con esa medida. Es fundamental preguntarnos qué estamos haciendo para que no vuelvan a suceder esos hechos. Y, hay un interrogante esencial: ¿cómo estamos educando?, ¿cómo estamos formando a nuestros niños?

    Ayer, tratamos el tema de la esquiva felicidad. Al respecto, un experto en educación, Francesco Tonucci, conocido por el seudónimo “Frato” (hermano), expresó: “¿Qué significa ser feliz? Realizarse, poder vivir haciendo lo que te gusta más. ¡Cuánto gozaría la sociedad de tener ciudadanos felices! Serían funcionarios más capaces, productivos, interesados, partícipes”.

    Añadió: “Si yo puedo hacer lo que sé hacer mejor, voy a llegar a ser el mejor en ese sector y encontraré también trabajo. Hoy en día, ocurre lo contrario. El mundo económico indica a la escuela qué sectores debe desarrollar porque el mercado necesita eso. Es mentira, la economía de hoy no sabe lo que será necesario dentro de 10 años”.

    Subrayó que en las escuelas privilegian tres elementos: los programas, la didáctica y la evaluación: “Nuestros gobiernos se han dedicado desde siempre al primero. En Italia cada gobierno ha hecho una reforma, se ha cambiado todo, disciplina, horarios, arquitectura de la escuela. Lo que ha quedado igual es la escuela. La escuela ni se ha dado cuenta de todas las reformas... En todas las reformas hay casi nada sobre la formación de los maestros”.

    ¿Priorizo la formación magisterial?