"¿Realmente existe la alta operación?"
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DESDE EL ICAMI
15/07/2018
Era un día ordinario de trabajo en la oficina cuando me aborda uno de mis compañeros y pregunta sí creo en la existencia de la alta operación. Su inquietud argumentaba, además: “El hecho de existir una Alta Dirección debe suponer que también habrá una alta operación”. La charla se tornó un tanto reflexiva desde el punto de vista del establecimiento de indicadores de control y desempeño.
Juan Carlos insistió que si consideramos Alta Dirección a los directivos con cargo más alto en una organización entonces ¿Cuándo la operatividad se convierte en alta operatividad? ¿Depende de las funciones? ¿Depende del nivel de responsabilidad?
Nos enfocamos en las empresas que manejan la estructura organizacional piramidal de líneas de mando y de dependencias directas de acuerdo a los niveles jerárquicos. En este modelo organizacional unos dirigen, quien antecede coordina el trabajo de los equipos, y éstos a su vez son responsables de quienes ejecutan y a quien llamaremos operativos. Por lo regular los operativos son mayoría, y la responsabilidad de la alta dirección a través de sus subordinados es conocer y aprovechar al máximo las capacidades de operativo, así como desarrollar esos talentos innatos que seguramente son evidentes en el quehacer diario.
“Nunca soplan buenos vientos para quien no conoce el rumbo”. Séneca.
La Alta Dirección es la responsable de ejercer la misión y liderazgo en la empresa misma, para así propiciar un clima laboral favorable. La planeación estratégica juega un papel preponderante pues establece los objetivos a largo plazo. La alta dirección debe estar íntimamente ligada con los mandos intermedios, quienes a su vez coordinando a su base operativa, determinan acciones a desarrollar como equipo.
Se considera mandos medios a quienes ejercen labores de supervisión, coordinación, gerencia y jefaturas según la estructura organizacional. Los mandos medios ejercen la planeación táctica; en otras palabras, bajar las estrategias a nivel de planes y programas. Quien está en medio de la operación y la alta gerencia funge como moderador entre los subordinados y los jefes. El mando medio es el portavoz de la fuerza operativa de la empresa cuando de rendir cuentas se trata.
Juan Carlos insistió: entonces, ¿cuándo un operativo rebasa la línea de la operación para llegar a la dirección? La alta dirección tiene la autoridad para cambiar la política de la empresa y adecuar su aplicación cuando sea necesario. La introspección de la labor directiva debe ser periódica, de lo contrario la directriz puede volverse obsoleta y dejar de innovar o reinventarse.
“Todo lo que hagas será insignificante, pero es muy importante que lo hagas”. Mahatma Gandhi.
Cuando la parte operativa realmente se compromete con sus líderes, ésta debe recibir una señal de congruencia hacia dónde se dirige la organización. La capacidad de liderar a la empresa se debe respirar en todos los niveles de ésta. El apoyo incondicional se debe brindar y la actitud de la dirección sin duda definirá el éxito. Es bien sabido que el personal se compromete con sus líderes, tanto como éstos demuestren apertura a reconocer que su función brilla porque los operativos hacen bien su trabajo.
Tomando en cuenta que la empresa es un sistema donde cada nivel organizacional está interrelacionado, y además es interdependiente; claro está que el desempeño de cualquiera de ellos se verá reflejado en el servicio o producto final que ofertamos.
Finalmente, los modelos de dirección deben ir transformándose rompiendo el paradigma de la línea de mando directa y subordinada. La parte operativa es la base de la pirámide; sin embargo, la toma de decisiones se aplica de acuerdo a las responsabilidades y competencias a desarrollar previamente establecidas y aceptadas por cada uno de los integrantes de la organización.
Profesor del Área de Cultura Organizacional
ICAMI, Centro de Formación y Perfeccionamiento Directivo, Región Noroeste.