WASHINGTON, D.C._ Acusado de ordenar la tortura y asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena en 1985, la detención en México para efectos de extradición de Rafael Caro Quintero es la prioridad número uno de la agencia antinarcóticos, aun por encima de las capturas de El Mencho y el Mayo Zambada. El llamado “narco de narcos” es la obsesión que ha dominado a la DEA durante más de tres décadas y media.
El mes pasado, el juez Eric Vitalicio de la Corte del Distrito Este en Nueva York ordenó la confiscación y decomiso de cinco inmuebles que, dijo, pertenecen a Caro Quintero en el área metropolitana de Guadalajara. La corte alega que las propiedades, cuyos títulos están a nombre de Elizabeth Elenes de Caro y Héctor Rafael Caro Elenes, presunta esposa e hijo del capo, fueron adquiridas entre 1980 y 2015 con dinero del narcotráfico, cuando Caro Quintero dirigía el poderoso Cártel de Guadalajara.
El Gobierno de Estados Unidos no tiene jurisdicción para confiscar propiedades en territorio mexicano, por lo que la orden judicial es letra muerta en tanto no cuente con la anuencia y colaboración del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. “Estados Unidos buscará hacer cumplir esta orden mediante conductos diplomáticos”, precisó la Corte.
Desde que AMLO acusó a la DEA de meterse en los asuntos internos de México y amenazó con expulsar a sus agentes por la captura de Salvador Cienfuegos en 2020, la colaboración bilateral sobre seguridad e intercambio de inteligencia es casi nula.
De ahí que el fallo busque presionar a México. Recordarle que EEUU no escatimará esfuerzo. “La orden de confiscación sin precedente es muestra de nuestra determinación y perseverancia para que Caro Quintero enfrente la justicia”, dijo Roy Donovan, agente especial de la DEA en Nueva York (Comunicado, Corte del Distrito Este en Nueva York, 15/04/2021).
La oficina de prensa de la Embajada de México en esta capital, bajo la titularidad de Esteban Moctezuma, no respondió a mi pregunta de si había sido avisado con anticipación.
Fuentes allegadas a la DEA me dijeron que EEUU se irá con todo contra el “narco de narcos”. Además de presionar con medidas como la referida, usaría las mismas tácticas y métodos desplegados en la exitosa persecución y caza de “El Chapo” Guzmán, seguido sin el conocimiento de las agencias mexicanas, como drones operados desde EEUU.
En su época de oro en los 80, Caro Quintero tenía fama de playboy. Era el rey de las parrandas, el derroche y la extravagancia. Personificaba la corrosiva corrupción en las venas del sistema político mexicano. Huyó a Costa Rica con la ayuda de policías mexicanos, a quienes sobornó con 300 mil dólares tras el asesinato de Camarena.
Los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas dejaron intacto su imperio inmobiliario en Jalisco: 36 inmuebles y más de 300 negocios.
Caro Quintero fue sentenciado en México a 40 años de cárcel por los asesinatos de Camarena y su piloto mexicano. Pero 28 años después salió libre con base en una oscura decisión de un tribunal en Guadalajara. La DEA dijo que le llegaron al precio a la jueza que lo soltó.
La liberación indignó a Washington. Escalaron las fricciones. EEUU pidió al gobierno de Enrique Peña Nieto reaprehenderlo de inmediato. El Procurador Jesús Murillo Karma dijo en Washington, con un dejo de cinismo, que no tenía la menor idea del paradero de Caro Quintero.
El Departamento de Estado elevó la recompensa por información que llevara a su paradero de 5 a 20 millones de dólares. El FBI lo puso en el primer lugar de su famosa lista de 10 fugitivos internacionales más buscados. Su caso es una piedra cada vez más grande en el zapato de la relación.
Aunque crío fama por haber vuelto a Camarena mártir de la DEA, el “narco de narcos” también merece crédito por haber sido el primer capo multimillonario de México, mucho antes de que Forbes pusiera a “El Chapo” en su emblemática lista de billonarios del mundo.
En su libro Whiteout: The CIA, Drugs, and the Press (Verso 1989), el periodista de investigación Alexander Cockburn, revela que el Gobierno de EEUU llegó a estimar en 5 mil millones de dólares los ingresos ilícitos de Caro Quintero. Tan rico era que la prensa mexicana reportó versiones no confirmadas de que había ofrecido pagar la deuda externa a cambio de su libertad.
En un juicio contra dos implicados en el asesinato de Camarena en California en 1997, un testigo dijo que él y varios hombres se tardaron cuatro semanas en contar 400 millones de dólares en efectivo del Cártel de Guadalajara que, dijeron, era para sobornar a funcionarios mexicanos.
Caro Quintero ordenó el secuestro de Camarena presuntamente en represalia por la redada militar en los campos de marihuana en “El Búfalo”, su rancho en Chihuahua. Se dijo que el asalto de 450 saldos se basó en inteligencia proporcionada por Camarena, agente encubierto de la DEA que había infiltrado al Cártel de Guadalajara.
El Ejército destruyó entre 2 mil 500 y 6 mil toneladas de marihuana, considerada entonces la destrucción más grande en la historia de México. Las pérdidas fueron estimadas entre 3.2 y 8 mil millones de dólares (The Wall Street Journal, 15/07/2011).
Caro Quintero estaría escondido en la sierra de Sinaloa, su estado natal. Ríodoce informó sobre un reciente presunto operativo de efectivos de la Marina Armada para capturarlo cerca de La Noria, donde nació. Pobladores confirmaron la movilización de la Marina Armada, con apoyo de helicópteros de la Fuerza Aérea. La publicación no mencionó si el despliegue contó con el apoyo de agencias estadounidenses (“‘Peina’ la Marina territorio de Caro Quintero”, Ríodoce, 11/04/2021).
La DEA cree que el poder del “narco de narcos” para comprar protección corrompiendo a las autoridades mexicanas rebasa por mucho el de otros capos. De otra manera no se explica que haya sobrevivido siete presidencias. Tampoco que ande libre pese a ser el hombre más buscado del mundo y no haya quién diga dónde está escondido, pese a una histórica recompensa de 20 millones de dólares.
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