El Buen Fin se fue, pero los plásticos innecesarios que se usaron para envolver cada compra se quedarán con nosotros por años. En el “fin de semana más barato del año”, el comercio electrónico vio un incremento del 54 por ciento en sus ventas con respecto a 2022. Si bien, las y los consumidores comprar los artículos que desean a un menor precio, también es cierto que son ellos y ellas quienes pagarán el costo de la contaminación plástica de esta industria.
En 2021, la CDMX gastó 53.4 millones de pesos en la gestión y manejo de la basura plástica generada por el comercio electrónico. Debido a que estos plásticos no se reciclan en los sistemas de gestión de residuos de nuestro país, esos 53.4 millones se fueron, literalmente, a la basura.
Este dinero, que sale de los impuestos pagados por las y los mexicanos, se desperdicia para subsidiar la contaminación de una industria que se aprovecha de la falta de regulación en México para contaminar. En el contexto del Buen Fin, esto significa que parte de lo que las y los consumidores se ahorraron en sus compras, lo pagarán en impuestos que se destinan a la gestión del exceso de basura plástica que se generó durante estos días.
Tan solo en 2021, el comercio electrónico generó 86 mil toneladas de basura plástica en la CDMX, eso es equivalente a 29 camiones de basura llenos cada día. Sabemos que esta industria es una de las que más rápido ha crecido en el mercado a nivel global, y sigue haciéndolo, junto con la basura plástica que genera de manera proporcional. Por ello es imperativo que se ponga un alto a esta problemática desde el Congreso de la CDMX.
Un análisis de los materiales que utiliza el comercio electrónico en otros países y las regulaciones que se aplican nos dan claridad de que la única razón por la que aquí aún usan plásticos que contaminan nuestras ciudades es porque no hay una ley que se los prohíba.
En lugares como China, la India, Colombia, y varios países de la Unión Europea, el comercio electrónico ha sustituido los plásticos contaminantes por materiales que sí se reciclan, o mejor aún, envían los productos en sus empaques originales, sin añadir plásticos innecesarios gracias a las regulaciones que se le han impuesto, de modo que la responsabilidad de atender este problema cae directamente en las y los Diputados del Congreso de la CDMX. ¿Harán su trabajo?
Recuerda que tú también puedes ser parte del cambio, súmate a Oceana, firma la petición, y juntos exijamos a nuestros Diputados y Diputadas que regulen el comercio electrónico para que tengamos un Buen Fin con #EnvíosSinPlásticos.
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El autor es Nick Leopold, gerente de la campaña de Océanos libres de plástico en Oceana en México. (@OceanaMexico).