¿Qué tan pariente es tu ‘pariente’ que no es pariente?

    alberto.kousuke@uas.edu.mx
    Los humanos podemos parecer muy diferentes físicamente, pero a nivel genético somos notablemente similares. Grupos de chimpancés en África Central, que viven muy cerca los unos de los otros, muestran más variación genética de la que encontramos en toda la población humana.

    La historia relata que la frase “fierro, pariente” tiene sus orígenes en Rodolfo Fierro, uno de los lugartenientes más famosos del general Pancho Villa. Este general, conocido como “El Carnicero”, de origen sinaloense (El Fuerte), se destacó por su valentía y audacia, siendo reconocido como el verdugo de los enemigos de Villa y ejecutando a quienes consideraba traidores.

    Con el tiempo, la expresión “fierro, pariente” evolucionó para recordar a Rodolfo Fierro. Aunque la palabra “fierro” se convirtió en sinónimo de “pistola”, en otro contexto significa “adelante” o “vamos”.

    Por otro lado, la palabra “pariente” se refiere a una persona que está relacionada con otra por lazos de sangre o por matrimonio. En el norte de México (particularmente en Sinaloa) la palabra “pariente” también se refiere a un amigo o una persona cercana.

    No obstante, ¿qué tan pariente es tu ”pariente” que no es pariente?

    ¿Cuántos antepasados tienes? Tienes madre y padre. Dos abuelas y dos abuelos, y cuatro bisabuelas con sus cuatro bisabuelos. Hace cuatro generaciones, tus antepasados directos suman 30 personas. Si continuamos por esta línea, ha habido quizás 7 u 8 mil generaciones de seres humanos que nos condujeron hasta lo que somos hoy en día.

    Claramente, ha habido cierta endogamia. No la endogamia típica de las series de televisión o películas, sino de que inevitablemente cada árbol genealógico se ramifica. Antes de la existencia de aplicaciones como Tinder, Grinder, o Bumble, las opciones de apareamiento estaban limitadas a lo que se podía encontrar caminando (dado que los asentamientos humanos, los cuales eran pequeños, estaban muy alejados uno de otro). Incluso figuras como Charles Darwin y Albert Einstein se casaron con sus primas hermanas.

    Debido a que muchas personas con antepasados comunes se han reproducido, nuestro número de antepasados reales es mucho menor de lo que nos indicaría una operación matemática sencilla. Si lo reemplazamos con matemáticas más complejas, considerando cómo se desplazaban y vivían las personas, la esperanza de vida, el comercio, la geografía, Genghis Khan (1 de cada 200 personas desciende de él), encontramos algo interesante: cada ser humano contemporáneo comparte un antepasado común en su árbol genealógico, y esta persona vivió hace solo alrededor de 3,000 años.

    Los humanos podemos parecer muy diferentes físicamente, pero a nivel genético somos notablemente similares. Grupos de chimpancés en África Central, que viven muy cerca los unos de los otros, muestran más variación genética de la que encontramos en toda la población humana. Esta similitud genética nos dice que nuestra especie es relativamente nueva en la gran escala de las cosas, y que en algún momento nuestra población fue pequeña, tal vez tan solo unas 10,000 personas.

    Aunque no sabemos quiénes son nuestros antepasados más lejanos, todos llevamos un registro de nuestros antepasados en nuestros genes. Debido a que el ADN se copia una y otra vez, de vez en cuando se comete un error (mutación). Dado que la mayoría de nuestro ADN puede cambiar (mutar) sin afectar su funcionamiento, muchas de estas mutaciones pasan a la siguiente generación. Estos cambios genéticos se acumulan a un ritmo constante a lo largo del tiempo, por lo que los científicos pueden interpretarlos como un reloj molecular y estimar cuánto tiempo ha transcurrido. Los cambios compartidos por los individuos nos dicen cuán estrechamente o distante están relacionados.

    Las compañías que prueban tu ascendencia a través del ADN leen miles de estos cambios de una sola letra en tu genoma para crear una especie de firma de tu variación genética única. Luego comparan tu firma con miles de individuos de referencia de diversas partes del mundo y realizan una serie de cálculos para determinar cuáles partes de tu genoma provienen probablemente de ciertas áreas geográficas.

    De dónde venimos no siempre es evidente por fuera, pero el ADN no miente. Sin embargo, la influencia genética de nuestros antepasados se ha mezclado tanto que es invisible en nuestro ADN hoy en día.

    ¿Hay genes que se hayan transmitido ininterrumpidamente hasta el día de hoy?

    Claro que existen, es el cromosoma 47 y vive en las mitocondrias (la central energética de la célula). Las mitocondrias tienen su propio material genético y a diferencia de tus otros 46 cromosomas, no hay mezcla cuando se pasa entre generaciones. Esto se debe a que todas tus mitocondrias provienen del óvulo de tu madre, no del espermatozoide de tu padre. Siguen una línea ininterrumpida de antepasados que se remonta a cada mujer en tu árbol genealógico.

    Al comparar los cambios que se han acumulado a lo largo de los milenios, encontramos que el ADN mitocondrial humano más antiguo proviene de África, donde se originó nuestra especie. Incluso podría ser rastreado hasta una mujer que vivió hace unos 150,000 años. Otras hembras de Homo sapiens vivieron junto a ella, pero solo su linaje ha perdurado hasta hoy, todos los demás linajes de Homo sapiens se han extinguido.

    Esta es la Eva mitocondrial. Y cada uno de nosotros desciende de ella. En el sentido más estricto, realmente somos una familia. Incluso si somos primos en el grado cien o algo similar, cada persona que conoces es tu “pariente”.