Las vacunas Covid-19 producidas por Pfizer-BioNTech, Moderna, Oxford-AstraZeneca, CanSino Biologics, y Johnson & Johnson, son altamente efectivas previniendo casos de Covid-19 en condiciones reales.
Las de Pfizer y Moderna son vacunas RNA mensajero (mRNA). El mRNA es una pieza de información genética que utilizan las células para producir proteínas (como cuando un ingeniero utiliza los planos para construir un aparato).
Una vez que el mRNA de la vacuna llega a las células, éstas producen proteínas virales y el mRNA es degradado. Las proteínas virales viajan a la superficie celular y el sistema inmune las reconoce como ajenas. De esta manera, el cuerpo empieza a producir anticuerpos, justo como con una infección natural por coronavirus, pero sin padecer los achaques y riesgos que uno adquiere al contraer la enfermedad Covid-19.
A diferencia de las vacunas anteriores, las vacunas de AstraZeneca, CanSino, y J&J, emplean vectores virales. Éstas utilizan una fracción del DNA del coronavirus que se encarga de codificar alguna proteína del virus (antígeno) y se incorpora a un adenovirus (virus de la gripe común). Este material genético es incapaz de incorporarse al genoma humano. Con esta información, las células empiezan a producir proteínas virales las cuales entrenarán al sistema inmune para defenderse más eficientemente del coronavirus.
La eficacia de una vacuna se determina como el riesgo de contraer la enfermedad en personas vacunadas en comparación con el riesgo de contraer la enfermedad en individuos sin vacunación. Una eficacia de 0 por ciento significa que la vacuna no funciona (idéntico al placebo). Una eficacia de 50 por ciento significa que solo la mitad de los vacunados contraen la enfermedad en comparación con individuos sin vacunar.
Aunque todas las vacunas Covid-19 todavía se encuentran en estudios clínicos, la efectividad estimada de las vacunas tras completar las dosis requeridas es la siguiente: Pfizer 95 por ciento, Moderna 94 por ciento, AstraZeneca 70 por ciento, CanSino y J&J 65 por ciento.
Estas son excelentes noticias, considerando que las vacunas contra la influenza alcanzan un 50 por ciento de efectividad en promedio.
A pesar de que algunos individuos vacunados aún corren el riesgo de una infección por coronavirus, la vacuna los protege de una enfermedad grave y las secuelas que conlleva dicha infección. Los riesgos de no vacunarse superan dramáticamente los peligros que implica aplicarse la vacuna (ínfimos en comparación).
Cabe mencionar que algunas vacunas, como las de sarampión y rubeola, confieren inmunidad de por vida. Otras, como la de la influenza, requieren de una nueva dosis cada año, así será también con la del coronavirus.
Estar vacunado no sólo te protege de una infección severa, sino también proteges a los demás. Se requiere de un 80 por ciento de cobertura en la población general para lograr la inmunidad de rebaño.
La mejor vacuna Covid-19 es la primera que encuentres disponible, no esperes a una marca específica.