“Un psicopompo es un ser que en las mitologías o religiones tiene el papel de conducir las almas de los difuntos hacia la ultratumba, cielo o infierno. La voz proviene del griegoψυχοπομπóς (psychopompós) que se compone de psyche, ‘alma’, y pompós, ‘el que guía o conduce’. Los psicopompos son criaturas, espíritus, ángeles o deidades en muchas religiones cuya responsabilidad es escoltar a las almas recién fallecidas de la Tierra hasta el más allá. Su rol no es el de juzgar a la persona fallecida, sino simplemente guiarla. Apareciendo frecuentemente en el arte funerario, los psicopompos han sido representados en diferentes épocas y diferentes culturas como entidades antropomórficas, caballos, venados, perros, chotacabras, cuervos, buitres, búhos, halcones o cucos. Cuando se les interpreta como aves, se les ve a menudo en grandes masas, esperando fuera del hogar del agonizante.
Psicopompo es el título del dios mensajero griego Hermes, que sustituyó a Apolo en este cargo. Sin embargo, la idea de los psicopompos estaba muy extendida. Por ejemplo, los antiguos egipcios tenían a Anubis, con cabeza de perro o chacal; en la mitología germánica, las valquirias van a buscar a los guerreros caídos en el campo de batalla para llevarlos al Valhalla, y entre los celtas Ogma era el guía de las almas.
En el cristianismo, es el arcángel Miguel, el ángel de la guarda o el gigante san Cristóbal; en la puerta del cielo, Pedro espera al alma que busca la entrada. En antiguos iconos cristianos se representa a san Cristóbal con cabeza de perro, al igual que su homólogo egipcio Anubis. En el islam, es el ángel Azrael quien recibe de Alá una lista de personas destinadas a morir y separa sus almas de sus cuerpos durante los 40 días siguientes. En general, el psicopompo es una posible forma de personificación de la muerte. En general, espíritus, deidades, demonios o ángeles pueden asumir la tarea de un psicopompo. Su importancia, además de transportar el alma, es principalmente el proceso de aceptación de la mortalidad. Por encima de todo, es un guía y un ayudante.
Esta idea tiene su origen en el chamanismo arcaico. El chamán guiaba las almas de los compañeros fallecidos al reino de los muertos.
Descripción
Estas criaturas están asociadas principalmente con determinados animales, espíritus, deidades, ángeles o demonios que están representadas a través de los siglos.
En algunas culturas se considera que una de las funciones del chamán es actuar también como psicopompo. En este caso, no sólo acompañaría al alma al más allá, sino que también ayudaría al renacimiento; introduciendo en el mundo al alma recién nacida. El chamán viaja en estado alterado de conciencia al(los) otro(s) mundo(s) con sus ayudantes de la otra realidad - animales de poder - y apoyado por sus maestros, también de la otra realidad, ayuda a conducir al alma a un sitio seguro. Frecuentemente ayuda a salir al alma del “muerto” de espacios --limbo en la terminología católica-- donde se encuentra atrapada en sus ensueños y donde no reconoce que se ha “desencarnado”.
Los maestros de la otra realidad (mundos o reinos) provienen a menudo del marco de creencias signadas por la cultura del individuo, por ejemplo, Jesús, la Virgen María, Mahoma(Muhamad), etc.
Es común que el chamán pida honorarios elevados por este trabajo. Pero a menudo también realizan esta tarea sin solicitar ningún óbolo”.