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    El proceso electoral en marcha culminará el próximo 2 de junio. Es de inusitada importancia, para la ciudadanía del País, esta elección, por los intereses políticos en juego; y son cruciales para que México marche sin tropiezos en consolidar su transformación...

    La sociedad se encuentra alebrestada por la prolífica actividad que mantienen los partidos políticos en sus campañas para elegir al Presidente de la República. Con el fin de conquistar escaños en el Congreso de la Unión y en los congresos locales, así como presidencias municipales (y en algunas entidades también se elegirán gobernadores), por lo que las campañas políticas son intensas en todo el territorio nacional.

    El proceso electoral en marcha culminará el próximo 2 de junio. Es de inusitada importancia, para la ciudadanía del País, esta elección, por los intereses políticos en juego; y son cruciales para que México marche sin tropiezos en consolidar su transformación, emprendida con claridad en sus objetivos. Los ciudadanos cuidan su estrategia para que la transformación no sufra menoscabo; por lo contrario: que su marcha cada vez sea más firme, hasta la consolidación de lo que se ha propuesto desarrollar e insertarlo entre los países más desarrollados.

    Existen buenas expectativas en el camino emprendido. No se ven factores que puedan interrumpir ese sendero. Los menos optimistas así lo conciben, los ciudadanos ven buenas señales para detonar el progreso del País, manteniendo con firmeza la ruta iniciada. Y no se va a retroceder en las expectativas que las sociedades se han planteado, que es alcanzar una sociedad más democrática y justa. Difícil será que se retroceda a épocas distantes y superadas, el optimismo que se observa en los ciudadanos es un indicador fuerte y de suma importancia para consolidar el porvenir del pueblo.

    No se percibe nada que obstruya el desarrollo de este País. Las condiciones están alineadas para favorecer los cambios que México necesita para consolidarse como potencia económica e insertarse entre los pueblos más desarrollados por derecho propio. Hay condiciones geopolíticas que así lo señalan de manera objetiva, alcanzando ese estatus en corto tiempo. Ahora que los mexicanos tienen un gobierno con visión, patriota, defensor de los derechos ciudadanos, los hechos van a ir indicando, de manera clara, que el rumbo es el correcto.

    El optimismo de los ciudadanos no es espontáneo, tiene fuertes asideros. El ciudadano lo ve en una mejora en sus condiciones de vida, en el ritmo en que se construyen magnas obras estratégicas, en iniciativas de leyes que buscan ampliar sus derechos. La transformación del País está fríamente calculada y planeada, con bases que no fallen hasta consolidar sus objetivos, con certeza de lograrlos en corto tiempo.

    La política de bienestar del actual sexenio da certidumbre. El ciudadano ve en este rumbo un futuro promisorio. Sabe que tiene en su voto un arma efectiva para decidir el rumbo del país. Sabe que solo hay dos caminos: continuar por el rumbo del progreso con bienestar para todos, o una vuelta de regreso al ignominioso pasado de corrupción y saqueo de la riqueza nacional. Y el pueblo no es tonto, tonto es el que piensa que el pueblo es tonto. Sabe que para alcanzar lo que señalamos, una condición primogénita es no bajar el paso, si es posible hacerlo más ágil y duradero, consolidando la transformación en marcha.

    Se señala un buen futuro para la nación. Cuando afirmamos que este país se encuentra en el umbral de dar un salto cualitativo para consolidar su modelo económico de progreso con bienestar, e insertarse de manera privilegiada en el concierto de naciones civilizadas, lo hacemos con certidumbre, partiendo de bases sólidas. Condiciones materiales tenemos, con las grandes riquezas que la naturaleza dotó a este país, nombrado en el extranjero: “el cuerno de la abundancia”. También las condiciones subjetivas están alineadas: ahora tenemos un pueblo politizado, claro, que le ha dado verdaderas palizas a la reacción y quiere que la transformación continúe y se consolide.

    Los habitantes de este país son conscientes de las potencialidades con que cuenta esta Nación, por lo que ven su futuro lleno de prometedoras condiciones, para avanzar, sin obstáculos, hasta conquistar nuevos estadios en su desarrollo.