Presupuesto recesivo

    El tamaño de los recortes anunciados en el Presupuesto para 2025 acredita la enorme dificultad que atraviesa la hacienda pública; se han agotado los diversos fondos para contingencias y tampoco hay disposición de emprender una reforma fiscal que amplíe la recaudación.

    El presupuesto de egresos que se discute en la Cámara de Diputados revela al menos tres cosas: que los caprichos presidenciales del sexenio pasado fueron y siguen siendo muy onerosos; que las carencias en temas fundamentales como el acceso a la salud no sólo no se resolverán con el proyecto de presupuesto, sino que se agravarán, y que el carácter recesivo del proyecto habrá que extenderlo no sólo al mediocre crecimiento económico que se espera, sino a la recesión de muchos de los derechos que habíamos conquistado.

    El tamaño de los recortes anunciados acredita la enorme dificultad que atraviesa la hacienda pública; se han agotado los diversos fondos para contingencias y tampoco hay disposición de emprender una reforma fiscal que amplíe la recaudación. El volumen de recursos públicos que absorbieron y seguirán absorbiendo los caprichos presidenciales, más allá de la funcionalidad que tengan, son un problema para las finanzas públicas.

    El recorte a la capacidad operativa del Gobierno ha sido sistemático y hay áreas que ya han tocado fondo desde hace rato.

    Este miércoles diversos colectivos ocupados de temas de salud entregarán en la Cámara de Diputados misivas dirigidas a los coordinadores parlamentarios, en las que harán ver su preocupación por la orientación del presupuesto y el agravamiento de las condiciones de operación de los hospitales, así como la dificultad para acceder a medicamentos vitales.

    Lo poco que queda de las instituciones reguladoras también sufrirán una merma en sus recursos. Hay atribuciones y funciones de la administración pública a los que se pretende hacer nugatorios por la vía de la inanición presupuestal. Sombrío el panorama para el próximo año.

    Y por si hicieran falta nubarrones en el horizonte, es muy alto el riesgo de que se tenga que enfrentar una situación migratoria inédita y las previsiones presupuestales no contemplan esa contingencia: los consulados recibirán menos recursos y no hay algún plan para ampliar los albergues para migrantes.

    La realidad corre por un lado y el presupuesto por otro. Ojalá se pueda rectificar en lo más urgente.

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    El autor es consultor internacional en materia electoral

    @rodmoralmanz

    Animal Político / @Pajaropolitico