Es común escuchar los lamentos de la generalidad de la población ante el desagradable panorama que ofrece el rostro del mundo y la sociedad. Es cierto que observamos escenas grotescas, violentas, dantescas, dramáticas, absurdas y hasta inverosímiles.
Sin embargo, este es el platillo que preparamos. Si nos es indigesto o no nos gusta la presentación, tal vez debamos revisar los ingredientes utilizados, el tratamiento higiénico que les dimos, el orden en que los agregamos, el tiempo y cantidad del fuego ofrecido en la cocción, la frecuencia con que los volteamos en la sartén y la vigilancia con que cuidamos que todo procediera de manera adecuada.
Por eso, más que expresar nuestra queja por la situación que vivimos, veamos cuáles son nuestras propuestas, apoyo y aportaciones para cambiar la situación actual y preparar un mañana luminoso. Sí, aunque nos parezcan pobres o infantiles nuestros esfuerzos y sugerencias, hay que ofrecerlos con generosidad y frescura.
Como dice la canción Mañana, de Annie, “El Sol brillará mañana... Si piensas que habrá mañana todos tus problemas y tus dramas nada son... Pensando en el sol mañana, pasan las tristezas y no tienes mal humor”.
Sí, se trata de una canción infantil, pero cuando se interpreta con la genialidad, sentimiento, pasión, ternura, emoción y convicción, como lo hizo Sydnie Christmas para ganar el concurso Britain’s Got Talent, hasta al más puntilloso y escéptico Simon Cowell se le puede convencer. Si a eso le agregamos las interpretaciones siguientes de A mi manera y de Algún lugar detrás del arcoíris, entendemos porqué obtuvo el premio de 250 mil libras esterlinas.
Finalmente, recordemos el proverbio africano, que dice: “El mañana pertenece a quienes se preparan para él”. No exijamos la parte de los demás cuando no hemos puesto la nuestra.
¿Preparo el mañana?
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