No podemos omitir ponderar la entereza como la ciudadanía apoya la postura patriótica de la Presidenta Claudia Sheinbaum, que encabeza una defensa de la soberanía nacional. Su activismo, priorizando los intereses de los mexicanos, lo celebramos con entusiasmo. Las medidas positivas emprendidas por la Mandataria son un dique a las balandronadas de Donald Trump, el próximo Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Tenemos Presidenta a la altura de las circunstancias de nuestra Nación, en un momento histórico y, en muchos sentidos, crítico, por los que atraviesa el mundo. Esto lo celebra el pueblo con alegría y decisión. Podemos decir que, desde el 2018, el pueblo llegó al poder con el gobierno de la cuarta transformación. En el panorama político se produjo un cambio de mucha trascendencia y se recuperó el liderazgo de México en el ámbito de la política exterior. Esta es una más de las razones por la que los ciudadanos, con emoción, celebran los cambios sustantivos que se han venido generado en el país, cambios positivos.
Por más que grite la oposición y lance sus andanadas de infundios, allí se van a quedar, porque el pueblo ha asimilado y hecho suyo el cambio. En política se ha dado un cambio de 180 grados. Los ciudadanos ya no votan por los partidos tradicionales, por eso va a estar pelte que la oposición vuelva por sus fueros en este país. Ya por muchos años mal gobernaron los partidos políticos actualmente en la oposición, dilapidaron el patrimonio de la Nación a su antojo, sin ningún escrúpulo, privatizaron y entregaron a intereses extranjeros el patrimonio nacional y estuvieron a punto de privatizar el petróleo y hasta el agua.
Los 36 años de gobiernos neoliberales fueron de jauja para los vendepatria y filibusteros de toda laya. Hoy la realidad política del País ha cambiado radicalmente, hay una decidida defensa del patrimonio nacional y acciones de gobierno favorables a los intereses del pueblo. Los nefastos tiempos del neoliberalismo están siendo borrados para siempre. Lo que prevalece y cada día se fortalece más como política pública es la defensa de los intereses de nuestra soberanía, los derechos de nuestros compatriotas migrantes, siempre bajo las acechanzas de los intereses extranjeros.
Al contrario del pasado, donde se priorizaban los intereses de una minoría plutócrata, ahora se busca detonar el desarrollo del país en bien de todos los sectores sociales, sin distingos de ningún tipo. Hacia este objetivo marcha el pueblo de manera enérgica, hasta alcanzar un estado de pleno bienestar.
El panorama se ve óptimo, con condiciones para detonar un ciclo de desarrollo del País, al par de un bienestar para todos. Su ansiado porvenir, ahora los ciudadanos lo ven con extraordinarias expectativas de alcanzar, sobre todo por el giro que, en el 2018, tuvo el Gobierno a favor del pueblo. No es poca cosa y eso alienta a los ciudadanos a redoblar esfuerzos por concretar sus planes en el corto plazo; están seguros de lograr sus fines, porque hay bases sólidas para consolidar una economía a favor de los que menos tienen. Estamos seguros de que pronto superaremos dolores y rezagos que aún persisten. Desde el sexenio pasado se sentaron las bases para construir un nuevo rumbo económico, basado en realizar políticas a favor de los ciudadanos.
Pese a inercias, a nefastas rémoras del pasado, lo cierto es que la ciudadanía está construyendo un porvenir halagüeño, un futuro cierto, con mayor progreso económico, bienestar social y, sobre todo, democracia, que significa “poder del pueblo”. Por ello, insistimos, no se prevén taxativas que impidan avanzar por el rumbo escogido y hay plena seguridad de que, por este camino, las clases más desvalidas van a alcanzar su redención, por la que han luchado durante décadas. Por primera vez en la historia de México se ven planes sólidos, pasos firmes, para salir del subdesarrollo. Esta es una esperanza cada vez más viable a alcanzar bajo el liderazgo de la Presidenta Sheinbaum, quien, para alcanzar estos objetivos no escatima en redoblar el paso, con renovados bríos.
Un pueblo unido, decidido, es capaz de trazar su propio rumbo de progreso y democracia. Por eso, en el fondo, un inusitado entusiasmo en la gente se ve y se siente. Los ciudadanos confían en la acción de la Presidenta Sheinbaum, en su claridad política y su visión en el manejo de las condiciones que privan en México y en el mundo, para avanzar en rubros prioritarios en bien de un país para todos.