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"ÉTHOS"

"Por una ética del cuidado"

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    La lista parece interminable, es imposible grabar todos los nombres. A los de Ingrid y Fátima hay que añadir una larga columna que amenaza no tener fin.

    Ayer, las cabezas de las noticias de la página 2A en la edición impresa de Noroeste chorreaban sangre: “Capturan a presuntos asesinos de Fátima”; “Asesinan a bebé, fue arrebatada a su madre”; “Hallan 10 cuerpos en fosa clandestina”; “Denuncia acoso sexual de policías y horas después es asesinada”. En la página 3A, otro titular señalaba: “Asesinan a balazos a locutora de radio”.

    Las mujeres levantan su adolorida voz con toda justificación y programan acciones de protesta para manifestar su inconformidad ante los nulos resultados de las autoridades.

    Es legítimo y loable que ejerzan su derecho a exigir resultados; sin embargo, no podemos contentarnos con reclamar sin educar. Es decir, no sólo es culpa de las autoridades, tenemos que cambiar fosilizadas mentalidades y atávicos patrones de conducta.

    No basta pugnar por una ética de la igualdad mientras no exista una ética del cuidado, como sensatamente subrayó Carol Gilligan en su libro En una voz diferente: “Mientras que una ética de la justicia procede de la premisa de igualdad —que todos deben ser tratados igualmente—, una ética del cuidado se apoya en la premisa de la no violencia: que no se debe dañar a nadie… La moral de los derechos se basa en la igualdad y se centra en la comprensión de la imparcialidad, mientras que la ética de la responsabilidad se basa en el concepto de igualdad y el reconocimiento de las diferencias”.

    La maestra de Ética, Victoria Camps, también resaltó la necesidad de un cambio de roles: “El cuidado y la asistencia no son asuntos de mujeres, sino intereses humanos”.

    ¿Promuevo la ética del cuidado?

     

    rfonseca@noroeste.com

    @rodolfodiazf