En la última década, hemos visto un alza en el número de hombres que ingresan a la alberca con playera. Este estilo es un intento insustancial por desviar las miradas que se fijan sobre sus pechos.
Los senos masculinos son una condición médica llamada ginecomastia, cuya raíz etimológica deriva del griego “gynaika” (mujer) y “masto” (pecho). Ésta se describe como un aumento de la masa que se extiende concéntricamente desde el pezón.
Existen dos tipos de ginecomastia. La ginecomastia verdadera es un aumento del tejido mamario ocasionado por un incremento del nivel de estrógenos, mientras que la pseudo-ginecomastia es un aumento del tejido adiposo (grasa) ocasionado por un incremento en la ingesta de calorías.
En el pasado, los senos nunca se asociaban con la fisionomía masculina, sin embargo, cada vez es más frecuente ver hombres luciendo senos parecidos a los de una nodriza (mujer que se dedica a amamantar).
¿Por que cada vez es más frecuente ver hombres con senos?
Aunque la ginecomastia puede ser secundaria a condiciones médicas como el hipogonadismo, hipertiroidismo, o un tumor cerebral (prolactinoma), la gran mayoría de los hombres con “man-boobs” deben su estampa feminoide a la industria de alimentos y bebidas procesadas.
Por décadas, se nos ha bombardeado con publicidad dirigida a manipularnos para consumir productos innecesarios y dañinos. Refrescos, lácteos, agua, alimentos con alto contenido en azúcar/calorías, y todo aquel producto que se encuentre en un contenedor de plástico ocasionan un aumento de los niveles de estrógenos y grasa en los hombres (y mujeres).
Cada vez que consumimos carbohidratos, éstos son digeridos y convertidos en glucosa. La glucosa viaja directamente por el sistema circulatorio hasta que el cuerpo libera una hormona llamada insulina, la cual “mete” la glucosa en los músculos, hígado, y otras células (como las células de grasa, adipocitos). Cuando consumimos carbohidratos en exceso (aun peor si son alimentos procesados), la insulina almacena esa glucosa en forma de grasa. Cuando ésta es almacenada en el pecho, da origen a los “man-boobs”.
Asimismo, la mayoría los productos con alto contenido en azúcar o carbohidratos vienen en contenedores de plástico. La mayoría de los plásticos utilizados en la industria de alimentos/bebidas tiene un compuesto llamado bisfenol A (BPA). El BPA es la piedra angular de los plásticos policarbonato y las resinas epoxi, tales como aquellos utilizados en botellas, empaques de comida, etc. Cuando estos plásticos son lavados, calentados, o sometidos a otros tipos de estrés, terminan liberando sus moléculas tóxicas.
El BPA altera la actividad del eje Hipotalámico-hipofisiario-adrenal, el principal regulador homeostático del cuerpo, el que controla las reacciones al estrés y regula varios procesos del organismo como la digestión, el sistema inmune, las emociones, la conducta sexual, y el metabolismo energético.
Además de contener BPA, los alimentos y bebidas embotelladas contienen un gran número de aditivos que generan adicción tales como el jarabe de maíz de alta fructosa y el glutamato monosódico.
Estos productos adictivos que ocasionan obesidad y contienen BPA son una de las principales causas de la ginecomastia.
En México, el 73 por ciento de los adultos y el 35 por ciento de los niños y adolescentes tienen sobrepeso u obesidad, (60.6 millones de personas, el 52 por ciento de los mexicanos), es decir, somos los más gordos del planeta y nuestro país sufre por ello.
En México, las enfermedades crónico-degenerativas como diabetes y cáncer, son responsables de más del 50 por ciento de las muertes en México. Los costos generados por mantener “sanos” a los obesos están drenando el presupuesto destinado a salud.
El uso de plásticos desechables no sólo está acabando con el medio ambiente, sino también con la salud de los mexicanos, y de paso está ocasionando una epidemia de hombres que utilizan playera en la alberca o el mar.
Estar positivo con la forma en que uno se ve a si mismo no es suficiente, uno debe ser proactivo en mejorar la salud y el bienestar. Los efectos de la obesidad sobre los órganos, articulaciones, niveles de energía, humor, y apariencia, van en contra de la idea de estar positivo.