Rechazada su propuesta de reforma constitucional en materia electoral (Plan A) y ante el inminente bloqueo por parte de la Suprema Corte de Justicia a la reforma de leyes secundarias en la misma materia (Plan B) por ser evidentemente anticonstitucionales, el Presidente y su séquito aplican ya su Plan C.
El proyecto morenista emergente consiste básicamente en colar incondicionales suyos al Consejo General del INE a través de la renovación de cuatro asientos que quedarán vacantes en abril próximo, a fin de minar por dentro al árbitro electoral frente a los comicios generales de 2024. El objetivo: hacerse del control del organismo y, en su caso, descalificar la elección presidencial al grado de la anulación.
Existe un procedimiento legal para la designación de los nuevos consejeros electorales, uno de los cuales tendrá el cargo de consejero presidente. Para ello se designa un Comité Técnico de Evaluación y se expide la convocatoria respectiva.
Los aspirantes deberán llenar una serie de requisitos para ser incluidos en la lista de quienes presentarán un examen de selección. Los que obtengan las más altas calificaciones pasarán a una tercera etapa, que consiste en la realización de entrevistas con los integrantes del Comité Técnico para una nueva selección.
Con los aspirantes finalistas la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados integrará a través de la búsqueda de consensos tres propuestas de cinco candidatos cada una para las consejerías y una más para la presidencia del Consejo General del INE. Los nuevos consejeros serán electos por mayoría en cada uno de los grupos.
Hasta aquí, todo suena bien.
Ocurre sin embargo que en los hechos las cosas son bien diferentes. Para empezar, Morena impuso de manera arbitraria a los tres comisionados electos, que junto con otros dos propuestos por el INAI y dos más propuestos por la hoy incondicional CNDH forman el Comité de siete integrantes. Puede decirse que cinco son incondicionales del partido del Presidente que, de entrada, enseñó sus intenciones.
En el segundo episodio resultó que entre los casi 500 aspirantes que presentaron el examen causalmente quienes obtuvieron más altas calificaciones fueron... incondicionales de la auto llamada Cuarta Transformación, e incluso colaboradores cercanos a ella. Superaron de calle a expertos en materia electoral, incluidos ex funcionarios y consejeros de organismos electorales estatales y del propio INE.
Chéquenle: Jaime Castañeda, asesor de la representación de Morena en el organismo electoral y quien según los diputados elaboró junto con ellos el Plan B de la reforma electoral, obtuvo 79 puntos sobre un total de 80 aciertos. Guauuu. Quedó en el primer lugar, casualmente. Detrás de él estuvo Armando Ocampo, funcionario de Hacienda y ex colaborador de Claudia Sheinbaum, con 78. Federico Hidalgo Huchim, cercano a la ex Secretaria de la SFP, Irma Eréndira Sandoval, sacó 76 puntos buenos en 80 oportunidades. Y Bertha Alcalde Luján, hija de Bertha Luján, ex presidenta del Consejo Nacional de Morena y activista en el partido, logró la mujer mejor evaluada, con 74 aciertos. Y Susana Mercado Alvarado, quien trabaja como coordinadora de área en la Cámara de Diputados gobernada por Morena, logró 73 puntos. Aplicaditos todos.
El único problema es que tales resultados vinieron a conformar la sospecha, ventilada abiertamente tanto en el INE como en la propia Cámara de Diputados, de que hubo trampa: los incondicionales del régimen habrían recibido previamente las respuestas correctas al cuestionario elaborado por el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior, A.C. (Ceneval). O sea, ¡llevaban acordeón!
El consejero electoral Uuc-Kib Espadas puso en duda no muy sutilmente las calificaciones que lograron los aspirantes ligados a Morena. “Mis más sinceras felicitaciones a quienes, sin hacer fraude, superaron el examen de selección de Consejeros Electorales. Les deseo éxito en la siguiente etapa”, posteó en redes sociales. En las últimas sesiones del Consejo General, el propio consejero Espadas había advertido el riesgo de que con la llegada de consejeros ligados a Morena, el INE pueda ser “tomado por asalto” por una facción que trabaje oficiosamente en su demolición.
Los siguientes pasos son bien previsibles. La lista y el calendario de quienes serán entrevistados se dará a conocer el 16 de marzo. Las entrevistas se llevarán a cabo del 17 al 22 de marzo en la Cámara de Diputados. Esos mismos morenistas aplicados resultarán los mejor evaluados por el Comité Técnico dominado por ellos mismos y serán debidamente colocados en las quintetas de finalistas para la selección final en la Cámara de Diputados... dominada por la mayoría legislativa de Morena y sus aliados. Y desde luego, en el grupo de cinco aspirantes a la presidencia del Consejo General, de donde saldrá el sucesor o la sucesora del odiado -y temido- Lorenzo Córdova Vianello. Entonces Morena aplicará su aplanadora en el pleno de la Cámara de Diputados para imponer a los suyos o, en última caso, irá a la tómbola... con los dados cargados.
Cualquiera pensaría que el caso de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Yazmín “La Morgan” Esquivel Mossa habría avergonzado a sus correligionarios, por tramposa. Resulta sin embargo que les ha servido de modelo a seguir. Vágame.
Y LA MENTIRA. No vayan a pensar que a Claudia se le secó el ahuehuete, como aquí predijimos. Lo que pasó fue que el arbolito que sustituyó a la histórica Palma de Reforma primero se estresó por el choque de un auto que ni siquiera lo tocó y luego ocurrió que el periodo de adaptación se extendió demasiado, además que alguien, que no falta, “introdujo patógenos”. La verdad, aquí entre nos, es que según biólogos expertos estaba más muerto que su vecino Cuauhtémoc desde noviembre pasado, pero eso no se dice. Oficialmente está vivo y será trasladado a un vivero “para su rehabilitación”. Falso que haya sido un error garrafal traer un ejemplar de esa especie, que requiere terreno y mucha agua, al pleno centro de la ciudad. Y como era de esperarse, nueve meses después de su trasplante, será sustituido ¡por otro ahuehuete!