@rodolfodiazf
Pescadores de perlas es una ópera de Georges Bizet en la que se narra el triángulo amoroso entre Zurga, líder de los buceadores de perlas, Nadir y Leila, la sacerdotisa. Una tempestad se abatió sobre la aldea -la obra se escenifica en Ceilán- y se culpa a Leila por su infidelidad al entregarse a Nadir. Son condenados a muerte, pero Zurga, quien ama también a Leila, los salva al incendiar la aldea distrayendo a todo el pueblo. Sin embargo, él deberá pagar por la fuga de los enamorados.
En otro sentido muy diferente, Hanna Arendt, refiriéndose al papel que desempeñaban Walter Benjamin y los poetas, llamó metafóricamente pescadores de perlas a quienes buscaban cristalizar la experiencia del pasado.
“Al igual que un pescador de perlas que desciende hasta el fondo del mar, no para excavar el fondo y llevarlo a la luz sino para descubrir lo rico y lo extraño, las perlas y el coral de las profundidades y llevarlos a la superficie, este pensamiento sondea en las profundidades del pasado, pero no para resucitarlo en la forma que era y contribuir a la renovación de las épocas extintas. Lo que guía este pensamiento es la convicción de que aunque vivir esté sujeto a la ruina del tiempo, el proceso de decadencia es al mismo tiempo un proceso de cristalización, que en las profundidades del mar, donde se hunde y se disuelve aquello que una vez tuvo vida, algunas cosas sufren una transformación del mar y sobreviven en nuevas formas cristalizadas que permanecen inmunes a los elementos, como si sólo esperaran al pescador de perlas que un día vendrá y las llevará al mundo de los vivos, como fragmentos de pensamiento.
¿Produzco perlas en la ostra del pensamiento? ¿Transformo la basura o parásitos en perlas?