alejandra.bernal@icami.mx
Parte del desarrollo y del éxito tanto personal como profesional incluye el superar obstáculos, miedos, hacer cosas que nos cuestan mucho trabajo, salir de nuestra zona de confort y atrevernos a enfrentar retos. Estamos constantemente buscando perfeccionar nuestras áreas de oportunidad, nos concentramos en superar nuestras debilidades, y es muy valioso el estar luchando día a día para mejorar, pero nos puede suceder que estamos tan enfocados en nuestras oportunidades, que se nos olvida detenernos a alimentar, desarrollar y seguir ejercitándonos en nuestras fortalezas.
Para poder perfeccionar y desarrollar estas fortalezas primero tenemos que tenerlas bien identificadas; el autoconocimiento es un factor clave en nuestro desarrollo integral, las personas somos únicas e irrepetibles, es por eso que es muy importante el conocimiento y el concepto que tenemos de nosotros mismos, además de hacer un esfuerzo por enmendar nuestras áreas débiles, vale mucho la pena que nos detengamos a plantearnos ¿Qué se me da bien? ¿Para que soy bueno? ¿Qué es lo que más disfruto hacer? Y sobre todo; ¿Aprovecho mis habilidades al máximo? ¿Destaco en algo? El conocernos nos va a permitir tener una imagen real de nosotros mismos, y esto va a aumentar la seguridad y confianza en nuestro actuar de manera que podamos ser personas más productivas, más realizadas y sobre todo más felices.
El talento humano comprende los siguientes aspectos que vale la pena que los tengamos bien identificados:
Conocimientos: En base a mi experiencia, mi educación, mi preparación, ¿Cuáles serían los hechos o bien el conjunto de información o técnicas que he ido adquiriendo?
Habilidades: Con esto nos referimos a las actividades que se me facilitan y que tengo destreza para llevarlas a cabo.
Actitudes: ¿Cuáles son los comportamientos que adopto al momento de enfrentarme a mis labores y a las situaciones a las que me enfrento día a día?
Valores: Cuales son los principios que guían mis comportamientos y que prioridad le doy a cada uno de ellos.
Otra herramienta que nos puede ayudar mucho a establecer nuestro plan de acción de mejora es la retroalimentación y aunque de entrada nos puede generar cierto nerviosismo debido a que implica tener actitud de apertura, aceptación y humildad, sus beneficios son muy valiosos. Una retroalimentación bien llevada aumenta la confianza con tu equipo de trabajo, mejora la comunicación, y brinda la oportunidad de poder establecer metas y objetivos realistas además de que nos permite medir y evaluar los avances que vayamos teniendo. Fomentemos ésta práctica en nuestros lugares de trabajo y detengámonos a definir nuestro plan de mejora personal basado en un concepto realista no solo de nuestras áreas de oportunidad sino también de nuestros puntos fuertes para seguir perfeccionándonos día con día.
*Gerente de Vinculación de Proyectos. ICAMI, Centro de Formación
Y Perfeccionamiento Directivo.