¿Perderá mayoría Morena en San Lázaro?

    Para la vida pública del país, la elección más importante en el próximo proceso electoral es aquella que harán los ciudadanos para renovar la Cámara de Diputados Federal. El 6 de junio, se eligen de Tijuana a Cancún, 500 nuevos diputados federales en 300 distritos electorales, entrarán además 200 plurinominales o de “partido” divididos en cinco circunscripciones.

    La próxima conformación de la Cámara es una preocupación para Andrés Manuel, porque él sabe que la elección está dividida y dista mucho de reflejar aquél inmejorable escenario que rebosó las urnas con votos para Morena en 2018. Según encuestas nacionales, hay regiones del país donde la preferencia del voto para Morena supera el 75 por ciento y otras donde apenas llega al 25 por ciento. El norte, el centro y el sur del país juegan electoralmente en lógicas distintas y esa pluralidad se reflejará en San Lázaro.

    Según la encuestadora Massive Caller. Sinaloa, Sonora, Durango, Jalisco, Baja California Norte y Sur, Chihuahua y Nayarit conforman la circunscripción 1. En esta demarcación la ventaja es para Va por México, aunque Morena no va del todo mal. En los 60 distritos los números se mueven en favor de la alianza Va por México en relación de 35 para PAN-PRI-PRD y 25 para Morena y sus aliados, es decir, 58.3 por ciento para la oposición y 41.7 por ciento para los afines al mandatario. En Sinaloa, todos los distritos están muy competidos para las dos fuerzas en los arranques de campaña.

    La circunscripción 2 se forma por los estados de Aguascalientes, Coahuila, Guanajuato, Nuevo León, Querétaro, San Luis, Tamaulipas y Zacatecas, esta es la que marca el peor escenario para Morena y los aliados de López Obrador y el mejor para la oposición. 42 distritos apuntan para la oposición y solo 12 para Morena, es decir un 79 por ciento contra un 21 por ciento en los 60 escaños de mayoría que se juegan aquí. Destacan Guanajuato, Querétaro y Aguascalientes donde prácticamente la entidad muestra un gran rechazo al movimiento de Andrés Manuel López Obrador.

    En el sur del país está la circunscripción 3, integrada por los estados de Chiapas, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán. En ella la ventaja es para Morena, quien según las últimas encuestas se llevaría 51 de 60 distritos electorales es decir 85 por ciento de los curules en juego. La fuerza electoral del Presidente en esta región del país es impresionante a pesar de las buenas calificaciones de los gobernadores de oposición en Yucatán y Quintana Roo.

    La circunscripción 4 corresponde a Guerrero, Morelos, Puebla, Tlaxcala y la Ciudad de México. Según la casa encuestadora en mención Morena ganaría 38 de los 56 distritos electorales. Lo que representa en esa geografía electoral el 67.9 por ciento de diputados afines al Presidente y el 32.1 por ciento para la oposición. La Ciudad de México uno de los territorios más grandes electoralmente hablando tiene 24 distritos federales y marca una tendencia muy pareja entre las dos fuerzas políticas en competencia.

    Colima, Hidalgo, Estado de México y Michoacán conforman la circunscripción número 5, en donde las cosas están parejas con 28 distritos de oposición al Presidente y 34 de aliados a Morena y la 4T. Es decir, un 45.2 por ciento para la alianza Va por México contra 54.8 por ciento de Morena y otros. En esta circunscripción esté Estado de México, la entidad que tiene 41 distritos federales, la más grande del país.

    Más allá de lo publicado por Massive, el politólogo Luis Carlos Ugalde hizo estimaciones sobre diversas encuestas publicadas. Coincido con él en la conclusión general que apunta a que Morena perdería la mayoría calificada de 2/3 del Congreso, lo que resultaría determinante para los procesos legislativos de modificación constitucional. Pero los números apuntan también a que el Presidente lograría mantener la mayoría simple, es decir, la que se obtiene con la mitad más uno de los diputados. En números generales la oposición alcanzaría de 220 a 240 escaños, mientras que Morena y sus aliados podrían alcanzar entre 260 a 280 diputados federales.

    Estos escenarios no le son ajenos al Presidente Obrador, quien afirmó en la semana que de perder la mayoría en el Congreso aplicaría el “veto presidencial”, porque él no permitiría que la oposición “le quite” el presupuesto para los programas sociales. Más allá de las barbas que a remojar puso el titular del Ejecutivo, está la decisión de los ciudadanos que, si optan por un voto reflexivo, terminarán equilibrando las fuerzas en el Poder Legislativo. Y lo digo así, porque todo poder absoluto, absolutamente se corrompe. En San Lázaro necesitamos diputados de contrapeso, no títeres del Presidente. Luego le seguimos.