Peaje en Sinaloa, la valentía y el fracaso
Participación ciudadana contra el abuso

OBSERVATORIO

    alex.sicairos@hotmail.com

    Ojalá que el Congreso del Estado mantenga en alto, tal como lo propone el Diputado Madrid, la bandera de aumentos en cobro de peajes ajustados al comportamiento inflacionario, en vez de ceñirlos a la insaciabilidad monetaria del concesionario, y sin caer en el garlito de que nos prometen mantenimientos y reparaciones que son olvidadas una vez que obtienen el botín pretendido a través de la arbitrariedad.

    Por el bien de Sinaloa, el tema del aumento en los cobros de las casetas de peaje en la maxipista Culiacán-Mazatlán no debiera naufragar en la solución que dio la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes que es en beneficio de la empresa concesionaria y en perjuicio de los ciudadanos. Una de cal que todo indicaba la íbamos a ganar, de ninguna manera debe convertirse en la imposición de tributos que son más altos que en el resto del País y, primordialmente, no corresponden al mal estado físico de dicha carretera.

    Tampoco se trata de que queramos tener autopistas gratis, como en Bélgica y Alemania, pero eso de que nos quieran ver la cara con precios desorbitantes a cambio de transitar entre baches es lo que enoja. Nomás con pensar en que el gasto de ida y vuelta a Mazatlán subió a 770 pesos, de 668 pesos que costaba antes, agregando el desembolso por gasolinas caras, a cualquiera se le tornará prohibitivo turistear en la Perla del Pacífico.

    Lo que preocupa es que perciban a Sinaloa como solar baldío de autoridad y ciudadanos, tanto así que a quien se le antoje venga a aplicar gabelas con la idea que estamos en Jauja. La entelequia de que es extensiva la bonanza emanada del negocio de las drogas, que todo lo paga al precio que sea, cuando se trata de un conglomerado humano que abrumadoramente sale adelante con las percepciones económicas que da el esfuerzo lícito.

    Haya sido como haya sido, en el gobierno de Carlos Salinas o en los subsecuentes, existen los procedimientos y las instituciones para deshacer pactos que a perpetuidad lesionan los intereses de la sociedad. El solo hecho de querer subir en 40 por ciento el peaje en la autopista, y luego acceder a reducirlo al 23 por ciento, que sigue siendo casi el triple de la alza autorizada para el resto del País, constituye afrenta y dolo a la vez.

    El Gobernador Rubén Rocha insiste en que mantendrá el dedo en el renglón hasta que se actué con igualdad de condiciones para Sinaloa. Considera pedirle al Gobierno federal que revise la concesión a fin de determinar en qué medida podría corregirse esta situación. Y advierte que de seguir viva la estipulación de que cada 5 años habrá incrementos como el aplicado hoy, la autopista podría cerrar al volverse demasiado cara.

    En el mismo sentido, el Diputado Ricardo Madrid, presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, plantea revisar si cumplen con la normatividad las condiciones en que otorgó la concesión que ha pasado de mano en mano y hoy está a cargo de Impulsora del Desarrollo y el Empleo en América Latina, propiedad del magnate mexicano Carlos Slim, uno de los empresarios más cercanos al Presidente Andrés Manuel López Obrador.

    Aparte de conocer a detalle las cláusulas del contrato, el legislador priista propone sostenerle el respaldo a Rubén Rocha Moya para que prosiga con la gestión de que los cobros se ajusten a lo autorizado en el resto de México, del 7.8 por ciento. “Que nos sumemos todas las voces y acompañemos al Gobernador sin politizar el asunto sino hacerlo por los sinaloenses donde todos pongamos lo que nos toca”.

    Ahora por orgullo, ya no tanto por el impacto que tiene en la economía, importa clarificar bastantes cosas de la licencia para explotar la maxipista. Un factor de incumplimiento estaría en la obligación del concesionario de mantener en óptimas condiciones la rúa, lo cual evidentemente no hace, pues bastaría con un recuento de los accidentes registrados a lo largo de esos 181 kilómetros para resolver el costo trágico de las negligencias.

    La SICT debió defender a los sinaloenses antes de proteger los intereses de terceros de voracidad desmedida, haciendo eco del trámite que encabezó Rocha Moya, con el aval de los gobernados, por peajes justo y carreteras en buen estado. El titular de la dependencia, Jorge Nuño, no tenía por qué escudarse en endosarle las leoninas concesiones a políticos del pasado, pues bien sabe que ese tipo de tratos son desarmables con herramientas jurídicas.

    Ojalá que el Congreso del Estado mantenga en alto, tal como lo propone el Diputado Madrid, la bandera de aumentos en cobro de peajes ajustados al comportamiento inflacionario, en vez de ceñirlos a la insaciabilidad monetaria del concesionario, y sin caer en el garlito de que nos prometen mantenimientos y reparaciones que son olvidadas una vez que obtienen el botín pretendido a través de la arbitrariedad.

    Bajar la guardia en esta lucha que inició Sinaloa sería denigrante y fundamentalmente representaría la derrota a la sociedad sinaloense. Significaría permitir que el vocho de influyentismo desbaratara por colisión al tráiler de la participación ciudadana.

    Reverso

    Slim es un especialista,

    En vender como ofertón,

    A peso cada socavón,

    De su letal autopista.

    Notificación necesaria

    Avisan que el Secretario de Economía, Javier Gaxiola Coppel, sí tuvo justificantes de peso al no acudir en enero a las dos fechas en que lo citó el Congreso del Estado para que hiciera la glosa de la dependencia a su cargo, luego de que el Gobernador Rocha Moya presentó el Primer Informe ante la 64 Legislatura. Entonces a esperar que halle las condiciones adecuadas para asistir y que la Cámara reagende la comparecencia. Es una falla de comunicación que se tradujo en glosa inconclusa.