Parque Nacional Bajos del Norte: un año de conservación y desafíos pendientes
Atarraya
10/01/2025 04:01
Hace un año se creó el Parque Nacional Bajos del Norte, un avance significativo en los esfuerzos por proteger a los ecosistemas marinos de México. Sin embargo, la conservación efectiva de esta Área Natural Protegida depende de avanzar y completar su Programa de Manejo.
El decreto que establece el Parque Nacional Bajos del Norte fue el primer paso hacia un manejo sustentable y una conservación efectiva de uno de los arrecifes más importantes del Golfo de México. Con más de 2 mil especies documentadas mediante técnicas de ADN ambiental, esta Área Natural Protegida alberga corales constructores de vida, crustáceos, moluscos y peces comerciales como el emblemático mero rojo, vital para las comunidades pesqueras de la región.
Arrecifes como los de Bajos del Norte, además de ser santuarios de biodiversidad, son también proveedores de servicios ecosistémicos cruciales. Actúan como barreras naturales contra tormentas, fomentan la productividad pesquera y contribuyen al equilibrio ecológico. Sin embargo, la conservación efectiva de esta Área Natural Protegida depende de avanzar y completar su Programa de Manejo, el cual permitirá implementar estrategias claras de conservación con la ayuda de las comunidades interesadas, incluyendo a las poblaciones ribereñas que viven de la pesca que se genera en estos ecosistemas, garantizando su compromiso y corresponsabilidad en la protección de estos valiosos hábitats.
Desde Oceana reconocemos que la creación del Parque Nacional fue sólo el comienzo, pero aún falta mucho por hacer. Durante este año hemos promovido el desarrollo de un Programa de Manejo que incluya la participación de comunidades pesqueras, instituciones gubernamentales, académicos y otros actores clave. Este enfoque participativo garantizará que las decisiones sean tomadas con base en datos científicos sólidos y que las estrategias implementadas sean prácticas y efectivas en el terreno.
Un Programa de Manejo bien diseñado permitirá identificar actividades compatibles con la conservación, establecer zonas de uso y protección específicas, y fortalecer la recuperación de especies clave y utilizadas para sustento y alimento.
El vínculo entre Bajos del Norte y otras Áreas Naturales Protegidas, como el Parque Nacional Arrecife Alacranes, refuerza su relevancia como corredor ecológico vital. Estas conexiones amplían la capacidad de los ecosistemas marinos para resistir el cambio climático y las presiones humanas. Sin embargo, es fundamental que el Programa de Manejo sea más que un documento técnico. Debe ser una herramienta práctica que guíe acciones concretas y efectivas para garantizar la sostenibilidad de estos ecosistemas y sus servicios.
Para las comunidades costeras la conservación de Bajos del Norte significa estabilidad y esperanza. Los pescadores, quienes dependen directamente de estos recursos, pueden beneficiarse de un ecosistema protegido que fomente la recuperación de especies clave y reduzca los conflictos por recursos en declive. En lugar de enfrentar tensiones por compartir un recurso colapsado, un arrecife saludable garantiza ingresos sostenibles y mejora la calidad de vida de quienes viven del mar.
En Oceana celebramos este primer año del Parque Nacional Bajos del Norte como un logro colectivo. Una muestra de lo que es posible cuando la sociedad, la ciencia y el Gobierno trabajan juntos. Sin embargo, no perdemos de vista que el verdadero éxito dependerá de la correcta implementación de su Programa de Manejo. Este será el instrumento clave para garantizar que la conservación no sea sólo una promesa, sino una realidad que beneficie a las comunidades y preserve este ecosistema para las generaciones futuras.
Este aniversario celebra la biodiversidad que hemos logrado proteger, y refuerza nuestro compromiso con el futuro. Bajos del Norte es un refugio para la biodiversidad y un símbolo de lo que podemos lograr cuando unimos esfuerzos para proteger nuestro patrimonio natural. Con un Programa de Manejo sólido, viable y funcional que incluya a las comunidades interesadas, podemos asegurar que este Parque cumpla su función ecológica y sea un legado de maravilla y abundancia para nuestros hijos y sus hijos.
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La autora es Mariana Reyna, coordinadora de Ciencia de Oceana en México.