Pandemia y naturaleza:
emergencia planetaria

    Un dato me brincó: nueve de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado. Proviene de una fuente absolutamente confiable: el Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que hace un par de semanas presentó un informe global sobre la situación del medio ambiente y llamó al mundo a “hacer las paces con la Naturaleza”. Y me metí al informe, claro.

    Ese estudio de la ONU fue por supuesto nota destacada en los medios de comunicación de todo el mundo, pero me parece que merece mucha mayor atención que un simple encabezado y un par de párrafos. Es un asunto trascendente como pocos para el futuro de la humanidad.

    Se trata de un documento de 166 páginas. Afortunadamente hay acceso a un resumen ejecutivo en español, mucho más conciso y accesible, que es el que revisé. La primera parte está dedicada al diagnóstico de la situación actual, que resulta aterradora. En la segunda hay una enumeración prolija de conceptos y medidas que debemos adoptar en los próximos años.

    Harían bien en leerlo en Palacio Nacional. Y atenderlo.

    Coincido en que uno de los aciertos de este informe es que logra traducir el estado actual del conocimiento científico en mensajes nítidos, claros y accesibles basados en datos con los que el público general puede relacionarse y a los que puede darle seguimiento.

    Destaca que los cambios medioambientales amenazan el progreso realizado durante siglos al causar descomunales pérdidas económicas y millones de muertes prematuras y que el bienestar de las futuras generaciones está en peligro a menos que en la próxima década se reduzcan las emisiones de dióxido de carbono en un 45 por ciento comparadas con los niveles de 2010, y que para 2050 se alcancen emisiones netas cero.

    “Aunque sea en el marco de una pandemia, el año 2021 puede ser recordado como el año en que hicimos las paces con la naturaleza y empezamos a curar el planeta”, se apunta en la introducción.

    Y si: mientras que la Covid-19 cambia drásticamente nuestras vidas, una crisis más persistente exige medidas urgentes a escala mundial. La triple crisis ambiental del cambio climático, la pérdida y el colapso de la biodiversidad y la contaminación del aire, el suelo y el agua- representan una emergencia planetaria que causará mucho más daño a largo plazo que el coronavirus.

    El estudio del PNUMA advierte que el actual modo de desarrollo degrada la capacidad finita de la Tierra para sustentar el bienestar humano. Indica también que el bienestar humano tiene una dependencia crítica de los sistemas naturales del planeta. Y sin embargo, los avances económicos, tecnológicos y sociales han conducido también a una reducción de la capacidad de la Tierra para sustentar el bienestar humano actual y futuro.

    En un apartado, la síntesis ejecutiva enumera una serie de cinco “claves” del llamado de la ONU a hacer las paces con la Naturaleza. Aquí los resumo:

    - Los cambios ambientales están socavando los logros en materia de desarrollo que tanto ha costado conseguir, ya que acarrean costes económicos y millones de muertes prematuras al año. Asimismo, impiden que se avance en aras de la erradicación de la pobreza y el hambre, la reducción de las desigualdades y la promoción de un crecimiento económico sostenible, el trabajo decente para todos, y unas sociedades pacíficas e inclusivas.

    - El bienestar de los jóvenes de hoy y de las generaciones futuras depende de una ruptura urgente y clara con las tendencias actuales de deterioro del medio ambiente. Los 10 próximos años son cruciales. La sociedad debe reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 45 por ciento de aquí a 2030 en comparación con los niveles de 2010 y alcanzar las cero emisiones netas en 2050, a fin de limitar el calentamiento a 1.5 °C en consonancia con el Acuerdo de París y, al mismo tiempo, conservar y restaurar la biodiversidad y minimizar la contaminación y la generación de desechos.

    - A fin de lograr la sostenibilidad, las emergencias ambientales de la Tierra y el bienestar humano deben abordarse de forma conjunta. Es menester armonizar la elaboración de los objetivos, metas, compromisos y mecanismos de los principales convenios ambientales y su aplicación para que sean más sinérgicos y eficaces.

    - Los sistemas económicos, financieros y productivos pueden y deben transformarse para dirigir e impulsar el cambio hacia la sostenibilidad. La sociedad debe incluir el capital natural en la toma de decisiones, eliminar los subsidios perjudiciales para el medio ambiente e invertir en la transición hacia un futuro sostenible.

    - Todo el mundo tiene un papel que desempeñar para conseguir que los conocimientos, la inventiva, la tecnología y la cooperación de los seres humanos pasen de estar al servicio de la transformación de la naturaleza a servir a la transformación de la relación de la humanidad con la naturaleza.

    En un documento anexo al informe se anuncia que este año las Naciones Unidas reunirán a los gobiernos y a otros actores para mantener debates decisivos sobre la acción por el clima, la biodiversidad y la degradación de las tierras. La pandemia de la Covid-19 ha retrasado estas cumbres y ha dificultado su preparación, pero esto tampoco es una excusa para la inacción. Estas cumbres deben mostrar que el mundo por fin se toma en serio la lucha contra esta emergencia planetaria. Válgame.

    DE LA LIBRE-TA

    DESAFÍO. La tozudez del Presidente en defender a Félix Salgado Macedonio y mantenerlo como candidato a Gobernador de Guerrero en vísperas del Día Internacional de la Mujer sabe ya a desafío. Un desafío que puede costarle la mayoría legislativa que anhela y el derrumbe de su proyecto transexenal. ¿De qué tamaño será el compromiso entre ambos?