Otra vez la Segob: diálogar con sordos
Ruta de la reforma a Ley Orgánica-UAS

Apenas le alcanza el tiempo a la 64 Legislatura del Congreso del Estado para sacar adelante la reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa si es que se cumple el propósito de concretarla en septiembre, que es el último mes de vigencia de la actual asamblea popular. Junto a la jornada a contrarreloj viene el riesgo de que la norma interna universitaria sea cocinada a todo vapor en vez de salir con la debida cocción y los condimentos del asentimiento y la correcta instrumentación que legitimen este trascendente paso a dar.

Esta semana la institución parlamentaria le comunicó a la casa de estudios sobre el inicio de los trabajos reformistas y declaró en sesión permanente a la Comisión de Educación para estar en disponibilidad de recibir la propuesta que haga la UAS. Se trata de demostrar que los funcionarios de la Universidad sí han sido incluidos en los protocolos a seguir, la consulta que es el principal, y que en caso de no acudir sea tipificada la autoexclusion por voluntad propia.

En los próximos días el tema UAS transitará con exagerada prisa por los rieles legislativos y de las instancias gubernamentales y judiciales que se encontrarán todos en el punto que ojalá no sea el de cambio de vía. El carril de la legalidad los llevará, tarde o temprano, a la toma de soluciones. Como lo dijo el emperador Augusto, todos los caminos llevan a Roma, pero a unos para ceñirse los laureles y otros para ser devorados por los leones.

En esta tormentosa ruta, el martes el Gobernador Rubén Rocha Moya acudirá a otra mesa de diálogo que instalará la Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, sin variar en la postura de que los casos ya judicializados los operen la Fiscalía General y Poder Judicial y lo que compete a la reforma al estatuto interior de la UAS sea canalizado a los cauces legislativos. Es decir, el Mandatario estatal no acepta que un asunto tan complicado, al que ninguno de los antecesores le quiso entrar, termine en borrón y cuenta nueva a través de la negociación.

Los funcionarios y ex directivos de la UAS que enfrentan procesos judiciales por presuntos delitos de corrupción, abuso de autoridad y negociaciones ilícitas con recursos públicos vuelven a sacar a sus huestes a la calle, enfatizando en la estrategia de presentarse como víctimas de persecusión política. A la vía pública sí acuden las veces que se requiera, igual que mantienen viva la esperanza de que la Segob les otorgue un pacto de inacción legal, pero a los juzgados no asisten por más que los emplacen e inclusive les adviertan del uso de la fuerza pública para lograr que comparezcan.

Luego, en agosto, el Congreso del Estado hará la consulta a los universitarios con o sin la autorización de los mandos formales o de facto de la UAS, ya que tal levantamiento de opinión y propuesta es requisito que establece la Ley de Educación Superior para poder reformar las leyes orgánicas de las universidades públicas. A eso se debe la insistente invitación a los que “gobiernan” en la casa rosalina para que se involucren en la dinámica reformista. El Legislativo debe demostrar a suficiencia que sí tomó en cuenta a Robespierre Lizárraga y adjuntos, pero no quisieron participar.

Simultáneamente la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología del Poder Legislativo, que preside el diputado Adolfo Beltrán, hará la dictaminación de las 36 iniciativas de reformas a la Ley Orgánica de la UAS y las unificará en un planteamiento único que se pretende aprobar, así lo dijo, el 16 de septiembre, al ras del plazo constitucional de funciones de la actual integración parlamentaria. Podría ser que ese día, contra viento y marea, sea declarada la independencia de la UAS al desprenderse de los lastres del Partido Sinaloense, del cacicazgo que orbita en torno a Héctor Melesio Cuén Ojeda, y de la huella de corrupción dejada a lo largo de casi dos décadas.

Esta es la ruta que tienen definida el Congreso del Estado, el Poder Judicial y el Gobierno de Rubén Rocha. El Gobernador por supuesto que tiene voz y voto en todo esto ya que creer lo contrario constituye exceso de candidez. Y el itinerario, también hay que decirlo con toda claridad, puede variar si el Presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, y la Mandataria federal que toma el relevo, Claudia Sheinbaum Pardo, optaran por alguna razón, la que sea, darles una especie de amnistía a los mandos uaseños, que no sería otra cosa que el inaudito obsequio de impunidad.

Hay que continuar persistentes en el planteamiento de que la UAS sea colocada en el centro de todos los afanes y salga fortalecida de este bucle de complicación. Que nadie la haga retroceder en su misión de incorporar al desarrollo y oportunidades a los más desamparados. Que nada le estorbe en su vuelo permanente hacia la cúspide.

El águila busca que a la cumbre,

Siempre aspire la Universidad,

Sin que el gobierno haga costumbre,

Canjear justicia por impunidad.

Óscar Liera, dramaturgo sinaloense de estatura universal, el que le tatuó el teatro a la UAS como marca indeleble de las bellas artes, será llevado al sitial que ocupan los hijos pródigos de la tierra de los once ríos, pues su nombre, igual que los de Inés Arredondo, laureada escritora, y Felipa Velázquez López, poeta y revolucionaria, serán inscritos en el Muro de Honor del Salón de Sesiones del Congreso del Estado al ser declarados beneméritos sinaloenses. Muy bien hecho, diputadas y diputados.