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@rodolfodiazf
Son muchos los autores que se han preocupado por el relegamiento del estudio de las humanidades en los programas de estudio de la enseñanza preparatoria. Afortunadamente, todavía no se ha cuestionado su validez en la enseñanza universitaria.
Por principio de cuentas digamos que se ha malintepretado el término de humanidades. Tan estudios de humanidades son las matemáticas como la filosofía, lo que acontece es que esta categorización se hizo en un periodo muy antiguo en el que lo importante era diferenciar la filosofía de la teología. Por tanto, el término humanidades no se opone al conocimiento científico, sino al sagrado o teológico.
Desaparecer la enseñanza de la filosofía sería un grave error, ya que su sabiduría es el faro que nos sirve de orientación en la vida, señaló el filósofo oriental Daisaku Ikeda en un diálogo que sostuvo con Lou Marinoff, recogido en el libro El filósofo interior.
Ikeda precisó: “No creo exagerado señalar que el estancamiento de nuestro mundo actual se remonta, fundamentalmente, a la falta de orientación filosófica. Una sociedad sin filosofía es como un edificio sin una firme estructura: aunque su fachada tenga ricos adornos y se vea espléndida por fuera, la construcción terminará sucumbiendo a las tormentas y a los terremotos. Cuando pienso en la prosperidad de nuestra civilización moderna, muy a mi pesar siento que es igualmente vulnerable”.
Para aclarar cualquier duda o confusión sobre el supuestamente enmarañado contenido del saber filosófico, citó a su maestro Josei Toda: “La filosofía no es tan complicada ni tan difícil de entender como parece en los tratados de Descartes o de Kant. Algunos creen que no saben nada de filosofía porque no fueron a la universidad... Pero filosofar no es otra cosa que pensar”.
¿Comprendo y valoro la orientación filosófica? ¿Ejercito su vertiente práctica?