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¿Qué tendrá de nuevo para cada uno de nosotros este nuevo año?
Pocas veces en la vida viviremos un fin de año con tantos deseos de que ya se termine lo que hemos vivido. 2020 ha sido un año complicado, duro para gran parte de la Humanidad.
Pero no podemos dejar que esta pandemia se termine sin sacar algunas cosas buenas de ella. No quiero dedicar mi último artículo del año a lamentos por lo que hemos sufrido.
¿Qué nos deja de bueno la pandemia?
Vida de familia. Para muchos de nosotros, que hemos estado confinados casi todo el tiempo de los últimos nueve meses, estar en casa ha sido una novedad. Bueno, particularmente yo, que llevaba décadas viajando la mayor parte del tiempo, he aprendido a disfrutar la intimidad de mi hogar, comiendo en mi casa casi todos los días, a veces teniendo que prender el carro para que no se muriera la batería.
Hemos aprendido a convivir de una manera más común, más “normal”, sin prisas, desayunando, comiendo y cenando juntos todos los días. Nos hemos impuesto a hacer muchos trabajos en la casa que antes nunca hacíamos: trabajos de mantenimiento, de reparación, de decoración, de instalación, de reacomodo.
Hemos descubierto muchas cosas valiosas del quehacer cotidiano en el hogar: repartirnos los quehaceres domésticos, volver a disfrutar actividades como salir a patinar o andar en bicicleta juntos, disfrutar hacer un asado en el jardín, planear cada comida para hacer algo diferente cada día.
Transformación digital. Muchas compañías, como la nuestra, habíamos ya emprendido programas ambiciosos de evolución hacia modelos más virtuales, más sustentados en tecnologías y medios digitales. Sin embargo, no cabe duda de que no hubiésemos podido avanzar tan ágil y rápidamente si no hubiera sido por el coronavirus.
La disposición de nuestros clientes a utilizar medios digitales, la necesidad de mantener nuestro negocio a pesar de las limitaciones externas, la creatividad despierta de los colaboradores, la capacidad de aprendizaje de la organización, la búsqueda de nuevas oportunidades con más ahínco. Mucho de esto hubiese ocurrido mucho más lentamente de no ser por este virus.
Valor de nuestra vida. Nadie duda ahora de este conocimiento que hemos ganado. Nuestra vida prende de un hilo. Es algo valiosísimo sí, pero a la vez extremadamente frágil y efímero.
¿Cuántos amigos y familiares hemos perdido hasta ahora víctimas del Covid-19? Yo doy cuenta de un sinnúmero de personas que me duele mucho se hayan ido. No me atrevo a decir que antes de tiempo, pero sí que no esperábamos ni ellos ni nosotros que se fueran ya.
Doy gracias a Dios por estar vivo, por todos los que seguimos vivos. Apreciemos que aquí estamos, que aquí seguimos, y no perdamos días y horas de este hecho tan extraordinario de existir.
Dueñez de nuestro futuro. Esta experiencia de este año nos da una lección más respecto a nuestro devenir. No podemos cambiar la realidad solo deseando hacerlo. El futuro que nos espera no cambiará por sí mismo. Es imperativo que apliquemos nuestro empeño, nuestra imaginación, nuestro liderazgo, nuestra capacidad visionaria, nuestros mejores esfuerzos.
He visto personas luchando por aprovechar el tiempo que nos ha dado este horror para lograr grandes misiones de su vida. O por lo menos para avanzar en ellas. También me ha tocado ver mucha gente esperando pasivamente a ver que sucede allá afuera, sin ningún propósito, sin ningún sueño, sin ningún proyecto. La verdad parece que para estas últimas hubiera sido lo mismo el 2020 con pandemia o sin ella. De todos modos, para su vida, hubiese sido este otro año sin sentido.
Falta mucho para que todo esto termine. Los procesos de autorización, producción masiva, distribución y aplicación generalizada de vacunas que funcionen con las nuevas cepas y con limitados efectos secundarios, tardarán aún varios meses. Una “nueva normalidad”, más o menos estable, demorará tiempo en llegar. Y mientras tanto, ¿qué te toca hacer a ti?, ¿solo vas a esperar que pase el tiempo?, ¿no tienes nada pendiente?
No podemos quedarnos como si nada, sin ningún aprendizaje, sin crecimiento, sin progreso significativo. La pregunta está en el aire: ¿qué logro, qué avance relevante nos corresponde hacer en este próximo año 2021 de regreso a lo que sea que sigue?
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Carlos A. Dumois es Presidente y Socio Fundador de CEDEM
“Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois