#NoMásTráficoDeArmas, la batalla pública contra las armería

    Esta acción legal era impensable por muchos, en gran medida, por la noción de subordinación que se tenía respecto a EUA, la cual sólo dejaba en un tibio discurso la exigencia de México a su vecino por controlar el tráfico ilegal de armas y, por otro lado, desincentivaba la creatividad diplomática para atacar este problema por frentes diversos... Ciertamente, la demanda de la SRE no tiene un camino fácil, pero tampoco es imposible un triunfo jurídico

    Como es sabido, en agosto del presente año, la Secretaría de Relaciones Exteriores interpuso una denuncia en Estados Unidos contra compañías productoras y distribuidoras de armas de aquel país. El argumento utilizado es que estas empresas actúan negligentemente al diseñar, producir, distribuir y comercializar sus armas, ya que facilita que dichos pertrechos se trafiquen de manera ilegal a México hacia los grupos de la delincuencia organizada, produciendo víctimas fatales e inocentes en nuestro País y, asimismo, una profunda crisis de seguridad que afecta al Estado mexicano.

    Esta acción legal era impensable por muchos, en gran medida, por la noción de subordinación que se tenía respecto a EUA, la cual sólo dejaba en un tibio discurso la exigencia de México a su vecino por controlar el tráfico ilegal de armas y, por otro lado, desincentivaba la creatividad diplomática para atacar este problema por frentes diversos, sobre todos los que se pueden concebir “out of the box”.

    Ciertamente, la demanda de la SRE no tiene un camino fácil, pero tampoco es imposible un triunfo jurídico. Precisamente, en días pasados las armadoras solicitaron que se desestimara la querella alegando, principalmente, que: el tráfico ilícito lo realizan los criminales con quien ellas no tienen relación; no hay evidencias suficientes para incriminarlos directamente en lo que se las acusa; y que el Gobierno de nuestro país no puede acreditar que ha sufrido daños directos por sus actividades productivas y empresariales. A principios del próximo año, la SRE deberá responder estos argumentos y, así sucesivamente, habrá una etapa de réplicas hasta que quizá a mediados del 2022 se dé a conocer si la Corte de la Unión Americana iniciará el juicio sobre el fondo de la demanda.

    A la par de este proceso legal, la Cancillería ha iniciado una estrategia de comunicación para sensibilizar a la opinión pública, nacional principalmente, sobre la información esencial de la demanda, así como las formas en que las compañías de armas de EUA impulsan el consumo “mexicano” de sus productos, entre otros elementos. Para alcanzar tal fin, la SRE ha creado y difundido contenidos atractivos en redes sociales, bajo el hashtag #NoMásTráficoDeArmas; ha realizado podcast, conferencias, seminarios y diversos funcionarios y analistas han tenido presencia en medios de comunicación. Esta estrategia legal y comunicativa ha generado empatía por la mayoría de la sociedad en México. Por otro lado, la SRE ha iniciado la creación de estos contenidos en inglés, bajo el lema #NoMoreArmsTrafficking. Sin embargo, aún no se articula una estrategia de diplomacia pública, ya que ésta supondría tener al público estadounidense como su principal objetivo.

    En este sentido, y ante los meses definitorios que siguen en el procesamiento judicial de la demanda referida, es deseable que la SRE avance en una estrategia de diplomacia pública en EUA, sobre todo ante el gran poder de convencimiento y lobbying que tienen las armadoras y sus aliados Republicanos.

    #NoMoreArmsTrafficking podría apoyarse en los mismos mecanismos de redes sociales e intervenciones en medios de comunicación, pero dirigido al público de aquel país que está contra la circulación y uso casi sin restricciones de armas letales. Un punto crucial sería hacer ver a la sociedad de EUA que las víctimas de tiroteos y ataques a civiles inocentes de aquel país son las mismas que las que padece México. Será fundamental generar esta empatía en esa opinión pública para contar con un elemento considerable de presión en la Corte de Massachusetts, elemento que sin duda entra en juego en este tipo de litigios.

    Diversas áreas de la SRE y la Embajada de México en Washington tienen un trecho por delante en esta materia y el desafío de tratar de diseñar y ejecutar una campaña de ese tipo con recursos limitados. Sin embargo, se pueden encontrar socios en EUA que se sumen al #NoMoreArmsTrafficking sin buscar fines lucrativos.

    Existen personajes públicos, artistas, deportistas, políticos, legisladores, organizaciones civiles que buscan regular la comercialización indiscriminada de armas en su propio país y posiblemente serían aliados de la misma causa en su “versión mexicana”.

    Matías Romero, el pionero de la diplomacia pública en México, cuando era representante del Gobierno de Juárez en Washington, emprendió una campaña en medios impresos, ante congresistas y políticos para explicar, defender y obtener apoyo en aquel país ante la Invasión extranjera y el intento de los conservadores por conseguir el beneplácito de la Casa Blanca. Las condiciones económicas de Romero eran críticas, tenía serias dificultades para recibir su remuneración. Sin embargo, encontró eco en diversos sectores sociales de la Unión Americana para conseguir sus objetivos. A Romero no lo detuvieron sus limitaciones materiales, “pensó fuera de la caja”, tal y como lo hacen muchos de los funcionarios de la actual SRE ante diversos desafíos, como el del tráfico ilegal de armas a través de nuestra frontera norte.