“A los periodistas no hay que matarlos a balazos papá, hay que matarlos de hambre, ya te lo dije...” Son las expresiones de Alejandro “Alito” Moreno, dirigente nacional del PRI divulgadas por diversos medios de comunicación en todo el país. El autodestapado “candidato” presidencial, de nuevo puso a su partido contra las cuerdas y en el sótano de las preferencias electorales.
En pocos días el PRI perderá dos entidades federativas más, se sumarán dos derrotas a la larga lista de descalabros que este dirigente le ha regalado a la institución política que lo hizo Gobernador de Campeche, Senador de la República y dos veces Diputado Federal. Está por cumplir 50 años de edad y no ha dejado de ser el junior polémico, pedante y soez, de expresiones nefastas e inoportunas que lo tienen un día sí y otro también en escándalos nacionales.
Y mientras Alito se revuelca en el lodo, los priistas perderán Hidalgo, en donde la candidata Carolina Viggiano, esposa de Rubén Moreira está muy lejos del abanderado morenista Julio Menchaca, quien le aventaja 2 a 1 en las preferencias electorales. Tan mal andan las cosas en Pachuca y alrededores que, el ínclito cuñado de la candidata, Humberto Moreira, ex priista, y ex Gobernador de Coahuila denunció que de ganar las elecciones su cuñada y su hermano; “se robarían la tranquilidad de los hidalguenses”. -ojo aquí, y tomemos las cosas de quien vienen-.
También perderán Oaxaca, porque en ese multicultural y multiétnico estado del sur, Salomón Jara, candidato de Morena, tiene una ventaja de más de 15 puntos sobre el abanderado Alejandro Avilés Álvarez, de la coalición PRI-PRD. Por más esfuerzos y estrategias de la dirigencia nacional y los caciques locales, el “triple A” oriundo del municipio de Cosolapa simplemente no levantó.
Y mientras las derrotas se materializan, el dirigente nacional batalla contras sus propios demonios. Acusa a la Presidencia de la República de orquestar un “complot” en su contra y pide a sus fieles salir en defensa de su chamuscada figura, aunque sus defensores dejen en ello, la credibilidad y el decoro.
En Sinaloa, la dirigente estatal Cinthya Valenzuela no tuvo de otra, salió a defender a su líder. La joven legisladora tomó los micrófonos para decir lo que se dice siempre en estos casos, “que es una campaña de desprestigio” y debe serlo, pero de Alito Moreno contra el propio Alejandro Moreno.
A principios de año, Ricardo Madrid, coordinador de los diputados del Partido Revolucionario Institucional en Sinaloa, presentó una muy buena iniciativa para la protección a periodistas y defensores de los derechos humanos, enfocada en los mecanismos de prevención, para que, de manera eficaz y oportuna, las alertas de protección pudieran salvar la vida de los comunicadores y defensores en riesgo. Debo decir que, de todas las iniciativas presentadas al respecto, la de Madrid Pérez era la mejor en el importantísimo tema de los primigenios mecanismos de protección.
Pero de poco sirven los esfuerzos del priismo en los estados, cuando el dirigente nacional sale con su “batea de babas”, tirando a la basura lo poquito que alcanza a construir el PRI en las complicadísimas coyunturas locales. Por un lado, sus diputadas y diputados en los congresos llaman a defender el derecho a la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo libre, y por otro, el dueño de las próximas candidaturas tricolores piensa que “a los periodistas hay que matarlos de hambre”. Luego le seguimos...