Bien lo recuerdo. Toño Coronado y Celia Cortés con una loca idea: realizar un festival cultural en la bahía de Navachiste; un lugar perdido entre las playas del municipio de Guasave, Sinaloa, y además, ¡internacional!
No entendí a Celia. “¿Cómo se te ocurre?”, le dije, pensando como mamá obsesiva en el calor, los mosquitos, el agua salada, la falta de baños y lo lejos que me parecía el lugar. Imposible para mi mente de hace 25 años, sinceramente.
Ito Contreras fluyó con ellos trabajando en la imagen y el logotipo. Por supuesto, se fue con ellos al Festival, trayendo fotos maravillosas, aquellas inolvidables de Rosi Robles y muchas más.
Durante más de 20 años, Celia no se cansó de invitarme y yo no me cansé de negarme a ir. Jamás imaginé que el cáncer haría presa a mi amiga, ni de que se iría antes de tiempo. Supe que su último año, con la fragilidad de su cuerpo estuvo presente en Navachiste. Ahora podría decir que a ella le hubiera gustado despedirse en uno de los atardeceres, viendo al cerro Cabezón, mientras la Luna aparecía como una hostia reflejada en la quietud del mar.
Fue en 2014 cuando me atreví a ir con dos de mis hijas ya adultas.
Me subí al camión sin prisa (algo que jamás hubiera podido hacer años atrás). Acampamos en la playa. La magia del lugar me atrapó, aunque sin Celia, con quien tendré esta eterna deuda.
Y como todas las personas que van a Navachiste, pensé que volvería, y volví este año, cuando el festival cumplió 25 años de haberse fundado. Allí, leí, escuché poesía, disfruté del performance de Jazz Pérez, poetisa mochitense, leyendo Mi vida con la ola, de Octavio Paz, mientras Alina joven y bella bailarina, caracterizaba a la ola. Bordé e invité a bordar y conocí a Jimena Castrejón de la Ciudad de México, quien es una bordadora profesional con su Corazón de Nube; conocí a Malena Martínez, de Toluca, sicoterapeuta, quien me regaló un corazón tejido con raíces secas y rematado con un delicado bordado en rococó.
También convivió con la promotora de lectura Beatriz Camacho y su linda familia; aproveché de su generosidad y me devoré un par de pescados fritos recién salidos del mar.
Realicé mi tradicional taller de Cartas de Amor, en el que participaron personas de todas las edades. Compartí mis días con mis amigas Norma Sánchez y Teresa Ponce, así como con sus lindos hijos, Francisco y Sofía, respectivamente. Ni qué se diga del productor de videos Gato Vago y la activista Natalia Reyes, y mis compas Claudio Trejo y Mayel Bojórquez, artistas reconocidos de nuestro ambiente cultural. Tuve el gusto de conocer en persona a Mastuerzo, de Botellita de Jerez, todo un tipazo encantador.
Mis respetos para los colaboradores de lujo del festival, el escritor Ricardo Baldor y el reconocido pintor Clemente Gaxiola, quien organizó una exposición de lujo Exposición Nacional de Arte Todo México, en la que había un cuadro por estado del país, y de Sinaloa, obras de Alejandro Mojica y de Jesús García, quien por cierto fue un rato y le salió cliente para su obra.
La cereza del pastel fue la boda de los teatreros de Cúcara y Mácara, Adriana y Alejandro López, quienes se casaron por el civil frente al mar y después, por una ceremonia yoreme, preciosa, única y muy espiritual. Me dijeron que al día siguiente, se volvieron a casar durante la obra de teatro Dráculya Gay.
El martes por la mañana, en un acto de amor y honor, pusimos el nombre de Celia Patricia Cortés Covarrubias, a la galería de arte, en presencia de Antonio Coronado y del hijo de Celia, Juan David, a quien conozco de toda la vida.
Nosotros nos vinimos y ese mismo día llegó Georgina Martínez Montaño con sus tesoros, Julián, Lucía y Jorge, para continuar con las actividades artísticas, especialmente, los talleres de Alas de Papel.
Y, seguramente, muchas más historias bellas que contar de esta semana llena de arte y naturaleza, en un festival hecho literalmente, por amor al arte, y por la terquedad de Antonio Coronado de mantener vivo este espacio, en el que confluyen personas de todo México y de otras partes del mundo. Un aplauso para Toño, y un recuerdo amoroso para Celia.