Por segundo año consecutivo, se llevó a cabo el Congreso de Investigadoras Sinaloenses, un evento que reúne a mujeres dedicadas a la investigación científica en instituciones de educación superior tanto de Sinaloa como de otros estados del País.
Las estadísticas de esta edición reflejan un avance en términos de participación y cobertura, y se consolidan como parte de una estrategia acertada para visibilizar y reivindicar el papel de las mujeres en el ámbito educativo.
Este evento se ha establecido como una plataforma ideal para dar visibilidad a los avances de la ciencia liderada por mujeres en la región, e incluso a nivel nacional. Permite observar la madurez de diversos grupos de investigación encabezados por científicas, así como su activa participación en proyectos que abarcan un amplio espectro disciplinario, desde las ciencias exactas y naturales hasta las sociales, humanidades e ingenierías. Este resultado es fruto del esfuerzo conjunto del Gobierno del Estado y de las instituciones que promueven la diversidad y la equidad en sus líneas de investigación.
Es el único congreso de su tipo en México y representa una muestra tangible del compromiso del Gobierno del Estado con el fortalecimiento científico, alineado tanto con las prioridades estatales como con la política nacional de fortalecimiento de las mujeres en áreas prioritarias.
El respaldo a la actividad científica en Sinaloa ha sido una constante desde el inicio del actual gobierno, consolidando una política pública que reconoce y promueve el papel protagónico de las mujeres en la generación de conocimiento. Este compromiso ha sido ampliamente valorado por la comunidad universitaria, que ve en esta visión institucional una apuesta firme por el desarrollo científico con perspectiva de género y equidad.
Este encuentro académico fue organizado por la Coordinación General para el Fomento a la Investigación Científica e Innovación del Estado de Sinaloa (CONFIE), bajo la dirección del doctor Carlos Karam Quiñonez y un equipo comprometido de colaboradores que han impulsado este esfuerzo con profesionalismo.
La edición 2025 registró la participación de mil 836 mujeres, la presentación de 264 ponencias orales y 274 carteles científicos, así como la realización de 11 mesas temáticas que cubrieron todas las áreas del conocimiento, además de dos conferencias magistrales.
Resulta especialmente relevante que el 65 por ciento de las ponencias fueran presentadas por investigadoras de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
En comparación con la edición de 2024 -en la que participaron 700 mujeres, se presentaron 141 ponencias orales, 119 carteles científicos y se organizaron seis mesas temáticas- los datos de 2025 evidencian un crecimiento notable. La participación total de mujeres aumentó en un 162 por ciento, las ponencias orales crecieron en un 87 por ciento, y el número de carteles científicos se incrementó en un 130 por ciento. Asimismo, el número de mesas temáticas casi se duplicó, lo que muestra un crecimiento en la diversidad y profundidad de las líneas de investigación abordadas.
El congreso también destacó por su proyección internacional. Contó con la presencia de investigadoras de reconocida trayectoria como la doctora Nuria Valera, proveniente de España, y la doctora Carmen Colazo, de Paraguay. A nivel nacional, participaron representantes de instituciones de Ciudad de México, Guanajuato, Guerrero, Morelia, Puebla, Tabasco, Tlaxcala, así como Yucatán, lo que fortaleció el carácter interinstitucional del evento.
La ciencia, al ser una herramienta para el desarrollo y el bienestar social, debe también responder a los principios de inclusión, equidad y reconocimiento de las diversas trayectorias científicas. En este contexto, es deseable que este evento continúe consolidándose como un espacio que visibilice y fortalezca el trabajo científico de las mujeres, con apoyos específicos que impulsen las líneas de investigación que ellas dirijan. Esto permitiría no sólo profundizar en sus áreas de interés, sino también fomentar una agenda científica centrada en sus propias perspectivas y prioridades.
En conjunto, el Congreso de Investigadoras Sinaloenses no sólo representa un valioso espacio de intercambio académico, sino que se consolida como un referente regional en la promoción de una ciencia más equitativa, plural e inclusiva.
Su impacto trasciende lo institucional, al fortalecer el papel de la mujer en el ámbito científico y contribuir al desarrollo de una comunidad académica más comprometida con la solución de los desafíos sociales.
Impulsar la ciencia con perspectiva de género y orientación social es indispensable para construir una sociedad más justa, informada y con mayores oportunidades para todas y todos.