En un mundo donde la innovación y la creatividad se valoran cada vez más, México ha mostrado un rendimiento notablemente prometedor en pensamiento creativo. Aunque el desempeño absoluto de nuestros estudiantes en esta área es bajo en comparación con otros países, al analizar a detalle los datos de la prueba PISA, se revelan fortalezas importantes que se vislumbran esperanzadoras.
Por primera vez, en su edición de 2022, el informe PISA (llevado a cabo por la OCDE) ha medido el pensamiento creativo de los estudiantes de 15 años en 64 países y economías. Éste es definido como “la competencia para participar productivamente en la generación, evaluación y mejora de ideas que pueden resultar en soluciones originales y efectivas, avances en el conocimiento y expresiones impactantes de la imaginación”.
Los estudiantes mexicanos han demostrado una capacidad sobresaliente para el pensamiento creativo, superando las expectativas al obtener 4.6 puntos por encima de lo esperado, tomando en cuenta su desempeño en matemáticas. Esto coloca a México en una posición favorable junto a países como Australia, Canadá y Nueva Zelanda. Y aunque también refleja en gran medida un bajo rendimiento en matemáticas en el país, al considerar el desempeño en lectura, los estudiantes mexicanos también presentan una fortaleza relativa moderada en pensamiento creativo, lo que indica una alta capacidad para pensar de manera innovadora a pesar de los desafíos en otras áreas académicas.
Otro aspecto destacable es el rendimiento de los estudiantes mexicanos en tareas de expresión visual. Aquí, México sobresale con una ventaja significativa en comparación con el promedio de la OCDE. Este dato es particularmente interesante cuando se observa que la diferencia de rendimiento relativo en el dominio visual es extremadamente grande, situándose con 20 puntos porcentuales por encima del promedio.
Sin embargo, no todo es positivo. En la aplicación del pensamiento creativo a la resolución de problemas sociales, nuestros estudiantes muestran una debilidad significativa, con una diferencia de alrededor de -10 a -11 puntos porcentuales, en comparación con otros dominios, por lo que es un área de oportunidad que sugiere fortalecer este tipo de habilidades desde una edad más temprana.
Otro aspecto a considerar son las diferencias de género en el rendimiento. En México, los niños superan a las niñas en tareas de resolución de problemas científicos, una tendencia que va en contra de la mayoría de los países de la OCDE, donde las niñas suelen tener una ventaja. No obstante, en tareas de expresión escrita no se observaron diferencias significativas entre niños y niñas, lo cual es alentador y sugiere que en ciertas áreas se está logrando una igualdad de género en el aprendizaje.
Por último, es importante destacar la actitud positiva hacia el aprendizaje que prevalece entre los estudiantes mexicanos. Más del 90% de ellos manifiestan disfrutar aprendiendo cosas nuevas, un dato que nos sitúa entre los países con mayor persistencia y entusiasmo hacia el aprendizaje. Este aspecto es fundamental, ya que una actitud positiva y resiliente hacia el aprendizaje puede compensar muchas deficiencias estructurales y preparar a nuestros jóvenes para los desafíos del futuro.
Para concluir, aunque México enfrenta desafíos significativos en su sistema educativo, los hallazgos sobre el pensamiento creativo de las y los estudiantes que arroja PISA ofrecen un rayo de esperanza y una oportunidad para impulsar reformas educativas que capitalicen estas fortalezas. Con las respectivas mejoras que deben producirse para aumentar el desempeño en las otras áreas (Matemáticas, Lectura y Ciencias), de forma integral debieran desarrollarse políticas y programas que potencien el pensamiento creativo, así como fomentar la resolución de problemas, especialmente en el ámbito social, para preparar a las y los jóvenes para un mundo cada vez más complejo y dinámico.