La palabra “guerrera” se ha popularizado para aplicarla a personas del género femenino que se distinguen por su lucha, tesón, disciplina, carácter, empuje y valentía, ya sean activistas sociales o personas que bregan para vencer algún impedimento o enfermedad. Incluso, un colectivo de rastreadoras se llama “Sabuesos guerreras”.
A la periodista Carmen Aída Guerra Miguel también se le llamó “guerrera” durante la presentación de su libro (son dos tomos: uno dedicado a las agendas y otro a noticias, entrevistas y reportajes) “Yo, Mensajera”, en el Colegio de Sinaloa. Miguel Alonso Rivera y Diego Valadés, quienes fungieron como presentadores, especificaron que es “guerrera” desde su mismo apellido, pero otra de las presentadoras, María Teresa Guzmán Casillas, le llamó “Guerrera de la luz”, “Guerrera del amor”.
La presentación estuvo también a cargo de Santiago Inzunza Cázares, quien hizo posible que la institución del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa se ocupara de la edición.
Mucho tiempo se manejó que la edad de Carmen Aída era uno de los “secretos del Espíritu Santo”; sin embargo, en el prólogo consta que nació el 17 de febrero de 1938, un martes de Carnaval, y sus padres fueron Rafael Guerra Cota y Catalina Miguel de Guerra. Don Rafael, amante de la música culta, decidió ponerle el nombre de dos óperas: Carmen y Aída.
Diego Valadés reconoció su labor periodística y recordó que desde el año 59 a.C., en la antigua Roma, Julio César ordenó que las obras del Senado fueran hechas públicas en los escritos conocidos como “Acta Diurna”. Asimismo, le llamó mensajera: de acontecimientos, opiniones (ajenas y propias), vocera de los silentes y de esperanza. Propuso la institución del Premio Carmen Aída Guerra Miguel, pero ella lo declinó con humildad diciendo: “la noticia me buscó a mí”.
¿Soy guerrero?