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"OPINIÓN"

"Medio ambiente, olvidado ante la pandemia"

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16/05/2020

    Rafael Morgan Ríos

    cp_rafaelmorgan@hotmail.com

     

    Ha impactado tanto a la sociedad mexicana la presencia de la pandemia y sus efectos, por su magnitud y capacidad de contagio, que ha desviado la atención y cuidado ciudadano y gubernamental de otras crisis, algunas como la violencia, que deja más muertes y desorden social, y otra como la destrucción del medio ambiente, que también provoca muertes, algunos de hoy y muchos de mañana, pero como nadie lleva cuenta y razón, pues nos preocupan menos.

    Sin embargo, es necesario comentar e informar lo que sigue pasando con la tierra, el agua, el aire, los bosques, la fauna y la biodiversidad, de todos los cuales depende la humanidad, la de hoy y la de mañana.

    Se ve muy cuesta arriba cumplir con los compromisos de México ante los Acuerdos de París sobre el medio ambiente. México firmó compromisos tales como reducir 22 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y un 51 por ciento la emisión de carbono negro, es decir, el que se produce quemando carbón mineral o combustóleo; igualmente producir energía limpia en un 24 por ciento del total en 2024 y hasta un 43 por ciento en 2030. Todo esto se ve difícil, pues no existen políticas claras e integrales que conduzcan a cumplir dichos compromisos, sino que al contrario, hay varias decisiones que torpedean la posibilidad de lograrlos.

    Además de lo que se ha comentado en este espacio de seguir comprando mineral de carbón para la CFE, (últimamente ha tenido que cancelar contratos por caros y contaminantes), sucede que también Pemex ya no encuentra qué hacer con el combustóleo, un subproducto de las refinerías, pues por cada barril de petróleo que se refina, se obtiene también un 26 por ciento de combustóleo que, ante los problemas de salud mundial, no se ha podido vender en Asia; en el primer trimestre sólo se ha podido colocar el 43 por ciento y para el resto, ni siquiera se tiene manera de almacenarlo, de aquí la urgencia de utilizarlo en las plantas obsoletas de la CFE, aunque se contamine México, más de lo que ya está.

    El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) canceló 14 proyectos de generación de energía limpia que están listos para operar, de acuerdo con la tercera subasta de 2017, en los que ya se han invertido mil 841 millones de dólares para producir 2012 megawatts, de los cuales mil 323 megawatts son solares y 689 eólicos. Según la Asociación Mexicana de Energía Solar y la Asociación Mexicana de Energía Eólica, la inversión total sería por 6 mil 426 millones de dólares y se generarían 29 mil empleos directos.

    Pero no sólo tienen estos proyectos la bondad de no producir contaminantes, sino que se ofrecen a un costo de 20.57 dólares por megawatt/hora, que es un precio de nivel mundial. El argumento para cancelar o detener estos proyectos fue que la pandemia ha afectado todas las decisiones del gobierno y que este tipo de generación era “intermitente” y por lo tanto no es seguro en su continuidad; así se va a contracorriente mundial, pues todos los países quieren energía limpia y más barata.

    Mientras tanto, el tren maya que destruye selvas, cenotes, biodiversidad y zonas arqueológicas sigue avanzando, a pesar de los amparos y la oposición de indígenas y campesinos ante la falta de actuación de la Semarnat.

    La refinería Dos Bocas sigue para producir más gasolina y más combustóleo, en momentos en que en el mundo ya no se construyen más refinerías por contaminantes y porque no hay negocio, pues el consumo de gasolinas va en declive; en esta crisis de salud, el consumo de gasolina en México ha caído un 50 por ciento en la zona metropolitana.

    El aeropuerto de Santa Lucía sigue, a pesar de que la autopista Siervo de la Nación se construye con una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) tramposa, pues según la doctora Beatriz Silva Torres, profesora de la UNAM, se elaboró con normas oficiales que ya no existen desde hace 10 años.

    El rescate de Pemex sigue a pesar de que en este trimestre perdió más de 600 millones de pesos, produce combustóleo contaminante y ha perdido su calificación financiera, arrastrando la calificación soberana de México.

    A pesar de todo lo anterior, el Covid-19 y sus consecuencias de aislamiento y detención de las actividades industriales y de transporte, ha permitido una atmósfera más limpia en las zonas urbanas; en Ciudad de México gozan de varias semanas de muy poco smog y las playas, ríos y mares se ven más limpios, sin basura, plásticos y envases y menos desechos en las calles.

    La pandemia deja, pues, muy pocas bondades y muchos perjuicios, y lo peor sería no aprovechar las nuevas posibilidades que se presentan para mejorar el ambiente.