Sergio Torres ¿único equilibrio en Sinaloa?

OBSERVATORIO
    El tema aquí es el silencioso activismo que desarrolla Movimiento Ciudadano paralelo a la parálisis programática de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática que prefirieron normalizar y aprovechar su circunstancia de damnificados poselectorales en lugar de emerger desde esa condición victimal para plantarse en la acción emergente de las oposiciones. En tanto, MC construye una muy interesante oferta electoral con el hoy Alcalde de Monterrey como potencial seductor de las masas.

    A diferencia de los demás partidos que tardan en estructurar la redefinición después de las debacles electorales que en 2018 y 2021 casi los desaparecieron del mapa político, Movimiento Ciudadano es el que muestra la mejor estrategia reconstructiva y un perfil socialmente atractivo con Luis Donaldo Colosio Riojas como ariete de la unidad. Capitaliza bien, además, la ausencia de equilibrios en los gobiernos del Movimiento Regeneración Nacional no tanto porque los mandatarios estatales derriben los contrapesos sino porque las siglas devastadas ofrecen profusas sumisiones.

    En la nueva configuración política nacional y estatal, MC se mueve con la misma imperceptibilidad con la que león caza a sus presas. Es el que presenta mejor instinto de conservación y para sustento de esa resistencia sutil recientemente el hijo del mártir político de Lomas Taurinas estuvo en Culiacán y lejos de la visibilidad de medios y grupos de poder deslizó el enorme legado del padre, aquella intentona de quererle cambiar el destino a México que le costó la vida en el magnicidio del 23 de marzo de 1994.

    Vino sin traer un discurso, color o aspiración. Se trató del primer acercamiento con el suelo y la ilusión sinaloenses, pero su estancia por sí sola planta la semilla del movimiento cívico en ciernes para refundar la esperanza una vez que se le acabe el plazo que constitucionalmente se le otorgó a Andrés Manuel López Obrador para la transformación mexicana. Colosio Riojas y el propósito de la reconciliación nacional desempeñarán un rol esencial en 2024.

    Tal vez las nuevas generaciones no tengan en el mapa cognoscitivo aquel episodio ruin en el cual el candidato presidencial del PRI fue asesinado por plantear la ruptura con los regímenes que se robaron todo, incluyendo la esperanza. Pero en 2024 bien podría percibirse con absoluta claridad el México perverso que Luis Donaldo Colosio Murrieta vio tres décadas atrás: comunidades indígenas en el olvido; campesinos empobrecidos y endeudados; trabajadores sin empleos ni buenos salarios; jóvenes sin oportunidades de educación y empleos, asediados por las adicciones y el crimen organizado; mujeres que reclaman una participación más plena y más justa, y pequeños y medianos empresarios desalentados por el burocratismo, mar de trámites y la discrecionalidad en las autoridades.

    Bueno, el tema aquí es el silencioso activismo que desarrolla Movimiento Ciudadano paralelo a la parálisis programática de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática que prefirieron normalizar y aprovechar su circunstancia de damnificados poselectorales en lugar de emerger desde esa condición victimal para plantarse en la acción emergente de las oposiciones. En tanto, MC construye una muy interesante oferta electoral con el hoy Alcalde de Monterrey como potencial seductor de las masas.

    En las encuestas rumbo a la elección presidencial de 2024 está cobrando fuerza la alternativa de Colosio Riojas en la boleta electoral de dentro de dos años. En algunas, como la que C&E Research realizó en enero con el cruce de probabilidades, el político de 36 años de edad aparece tenuemente arriba de las preferencias que tienen la morenista Claudia Sheinbaum u otros del mismo partido o los nombres que pudiera postular la alianza entre PRI, PAN y PRD. Desde diciembre de 2021 otra medición de opinión pública del diario Reforma lo colocó dentro de los tres que están más alto en el ánimo de los sufragantes.

    ¿Y Sinaloa qué? Es nuestro ejemplo más próximo del plan donde la derrota comicial de la reciente elección de Gobernador transfiguró a MC en proyecto político de gran escala. Guste o no el controversial estilo y currículum de Sergio Torres Félix, él representa la única voz disidente constante en medio de la unanimidad gubernativa que está construyendo la llamada Cuarta Transformación, con viejos gallos de pelea (rojos, azules y amarillos) cantándole cada amanecer la tonada que le guste a la 4T local.

    Sergio Torres hace la chamba local mientras que a lo largo y ancho del territorio nacional empieza a sonar fuerte el nombre de Luis Donaldo Colosio Riojas y la deuda política con quien hace 28 años propuso sanar las heridas del salinismo-priismo y planteó encauzar esfuerzos en favor del México “con sed y hambre de justicia”. En dicho contexto véase la táctica de “El Morrín” en el posicionamiento que el 1 de marzo le hizo a AMLO por su visita a Sinaloa: “trajo tres cosas en su visita: la primera: nada; segunda: nada y tercera: nada”.

    Torres apenas picotea algunas de las muchísimas crestas que habrá de aguijonear de aquí a que llegue el momento de la elección presidencial y los efectos en Sinaloa de la sucesión federal. Con Colosio Riojas como candidato o emblema de MC en 2024, ya se siente la reivindicación de aquel discurso que en plena dictadura perfecta del PRI convocó a combatir el México agraviado por “una excesiva concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas, al monopolio de iniciativas, a los abusos”.

    Reverso

    Hasta parece cálculo del ocio,

    Que después de tantos años,

    México le conceda a Colosio,

    La reparación de daños.

    ¿Quién cederá primero?

    Envalentonado porque ya lograron las camarillas mafiosas de la sección 53 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación imponer a Ricardo Madrid como secretario general, ahora viene el turno del SNTE 27 que con la presión de un paro laboral pretende arrodillar al Gobernador Rubén Rocha Moya para que les reponga y respete cotos de poder a los cuales los cabecillas magisteriales se acostumbraron en los gobiernos priistas. Se trata de una acción concertada que pone a prueba la consistencia de la recién instalada 4T en Sinaloa.