Los ciudadanos están prestos a ir a depositar su voto y lo harán masivamente, para que no quepa la más mínima duda de cuál es su veredicto y quién merece toda su confianza y tiene todo su apoyo para portar la banda presidencial.

    Nos encontramos a 23 días de la elección presidencial, algunas gubernaturas en estados, senadores y diputados federales, diputados locales y presidencias municipales. La elección presidencial siempre provoca entusiasmo en la ciudadanía, en esta ocasión va a ser una elección de varios puestos de elección popular, incluyendo al Presidente de la República, se espera haya una masiva participación popular.

    La ciudadanía se muestra tranquila, esperando el 2 de junio para depositar su sufragio por el candidato de su preferencia y esperar el resultado final de la elección, donde se reconozca el veredicto de los ciudadanos. De manera razonada, el ciudadano, al depositar su voto en la urna, decide algo trascendente, no sólo a quienes eligió con su sufragio, traza también el rumbo del País. La elección se va a llevar a cabo en paz, sin ningún incidente que trastoque el curso normal de la jornada. Se percibe un ambiente tranquilo, con buenas condiciones para el desarrollo electivo con civilidad, demostrando al mundo que, en este País, la democracia llegó para quedarse.

    El estado anímico de la ciudadanía se ve apacible, con certeza y firme en sus expectativas. No se ve nada que perturbe el ambiente de certidumbre que tienen los ciudadanos. En estos días previos a la elección; la actitud de los ciudadanos es, como decimos, de optimismo, de calma espera para ir a depositar su voto y plasmar con su voluntad el tipo de gobierno al que le brinda su confianza. En la elección, cada vez más próxima, no se prevé ningún barrunto perturbador que incida negativamente, lo que prevalece es tranquilidad, todo marcha sobre ruedas bien engrasadas.

    Es notorio el entusiasmo de los ciudadanos que tienen interés en depositar su sufragio, con la certeza que va a contar y se va a contar correctamente, como lo establece la ley electoral en nuestro País; sin mengua de seriedad y pulcritud, la ciudadanía va a celebrar la elección por su clara transparencia, sin dejo de duda, con plena certeza en el veredicto final. Eso es lo que espera la ciudadanía: un resultado con plena certeza.

    Lo hemos enfatizado reiteradamente: en este País, desde el 2018, se inició el establecimiento de la democracia, como parte intrínseca de la transformación que se ha venido implementando. Establecer la democracia es parte fundamental de la cuarta transformación, máxime que venimos de haber sufrido un largo periodo neoliberal, donde imperó el autoritarismo. Por eso, el respeto a la voluntad popular que se viene realizando es una tarea prioritaria, arraigada en la mente de los ciudadanos, que no cejan en sembrarla de manera definitiva en todo el territorio, como algo infalible para resolver los diferendos y elegir sus autoridades, no puede posponerse su plena vigencia en todas las actividades políticas de esta gran Nación.

    Hay grandes expectativas y confianza en que las elecciones del próximo 2 de junio signifiquen la consolidación de la democracia en nuestro País y que, además, ésta se realice con mucha fuerza. Por eso los ciudadanos están prestos a ir a depositar su voto y lo harán masivamente, para que no quepa la más mínima duda de cuál es su veredicto y quién merece toda su confianza y tiene todo su apoyo para portar la banda presidencial. El pueblo es sabio y sabe defender sus derechos, sabe perfectamente distinguir entre quienes quieren volver al pasado de corrupción y quienes enarbolan un programa de progreso y bienestar para todos.

    A partir del año 2018 se abrió un parteaguas, un antes y después en relación al asunto del poder del pueblo. Cuando rompió con los fraudes electorales y se inició una nueva etapa histórica en la vida política nacional. Con el apoyo pleno de los ciudadanos se ven buenas expectativas en el futuro en el País. Se abre un horizonte de oportunidades, se inicia una era de bienestar que permite se remonten añejas carencias, se impulsa que el progreso sea para todos los habitantes de este país.

    Los ciudadanos cada vez ven su porvenir más claro y promisorio, sin variaciones ni contratiempos, ven amplias expectativas que se abren para consolidar el rumbo de progreso que vive el País, con buenas oportunidades de bienestar, donde la familia sea la primera en beneficiarse.

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