Más errores de AMLO y la 4T (3)

    cp_rafaelmorgan@hotmail.com
    Las autoridades migratorias no saben qué hacer con los miles de migrantes sudamericanos, centroamericanos y de otros países; los centros de retención y “refugios” pronto se saturan, el hambre, la sed y las enfermedades están a la orden del día, siendo lo más lamentable los casos de mujeres y de niños.

    En esta columna se han mencionado errores de este gobierno, como los de seguridad, salud y educación, no porque afecten a la imagen presidencial o a la aceptación o rechazo de su partido, sino porque sus consecuencias afectan a todos los mexicanos. No se han tratado los dos más grandes errores que tendrán y tienen terribles efectos en un futuro muy cercano, como son la cancelación del proyecto del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México y el de la militarización de muchas actividades de naturaleza civil, para “quitarle” la obra pública a las constructoras en su afán de tratar de eliminar a la iniciativa privada, acusándola de corrupta; respecto a la eliminación del nuevo aeropuerto, hay que comentar que todavía este 7 de diciembre, el periódico Reforma publicó que aún se deben más de 4 mil millones de dólares en bonos del gobierno con intereses de alrededor del 6.3 por ciento, bonos que se han estado pagando utilizando los derechos de aeropuerto que cubren los pasajeros en el aeropuerto, derechos que debieron dedicarse a pagar el costo del mantenimiento de pistas y terminales, razón por la cual constantemente resienten fallas y deficiencias que no se atienden.

    Estos dos errores garrafales de este gobierno han sido tratados por varios columnistas y comentaristas. Aquí seguiremos tratando otros errores, los que están afectando presente y futuro de los mexicanos, que no parece se percaten, dadas las supuestas encuestas que otorgan buena aceptación del Presidente.

    Analícese el caso de la tragedia de los migrantes que invaden al País desde que el Presidente abrió las fronteras para todos los que quisieran atravesar el territorio nacional para ir a Estados Unidos y después como segundo error, al darse cuenta que el gobierno de Estados Unidos endureció sus fronteras con “el muro de Trump” y la presencia de miles de policías y de su Guardia Nacional, el gobierno mexicano tuvo que conceder en convertir a México como “País Seguro”, es decir, convertirse en receptor de migrantes, cuidarlos, hospedarlos, “mantenerlos”, transportarlos y repatriarlos.

    Esta “invasión de migrantes” ha tenido efectos colaterales: el cruce en la frontera sur, el tránsito por todo el territorio nacional y su aglomeración en la frontera norte, han caído en buena parte en manos de los grupos criminales de México que los están extorsionando, secuestrando, reclutando y dándoles un trato de ignomia, sin discriminar si son hombres, mujeres o niños.

    Las autoridades migratorias no saben qué hacer con los miles de migrantes sudamericanos, centroamericanos y de otros países; los centros de retención y “refugios” pronto se saturan, el hambre, la sed y las enfermedades están a la orden del día, siendo lo más lamentable los casos de mujeres y de niños.

    La tragedia migratoria en México supera las tragedias de los migrantes de la Europa oriental y Asia hacia países de Europa occidental; nos horrorizábamos al enterarnos de los migrantes ahogados al zozobrar barcazas y naves mal equipadas con cientos de personas en busca de mejores condiciones de vida; ahora, los mexicanos se han acostumbrado a la muerte, el mal trato y los sufrimientos de miles de migrantes en México que se arriesgan a cruzar la selva del Darien, el Río Suchiate y la larga travesía por México en condiciones inhumanas y luego cruzar el Río Bravo, para ir a caer en manos de las autoridades de Texas o de Arizona, quienes los arrestan y los regresan a México a sufrir carencias y malos tratos aquí.

    Esta es una tragedia provocada por el gobierno mexicano y que ahora está utilizando como “moneda de cambio” para negociar ante el gobierno de Estados Unidos ventajas y beneficios económicos y en materia de seguridad.

    Algún día se reconocerá que este es un verdadero crimen de lesa humanidad.

    Queda por tratar el caso de los migrantes mexicanos que “huyen” de este país, con mejores oportunidades, pues muchos de ellos ya tienen parientes y conocidos instalados en Estados Unidos, que los reciben, los ocultan, les consiguen trabajo y aunque muchos son aprehendidos y regresados a México, pronto buscan cómo cruzar de nuevo.

    Según El Universal del 2 de enero, “el SNM recibió y auxilió a 211,980 connacionales que fueron deportados o repatriados desde Estados Unidos...” pero los miles que logran quedarse allá son mexicanos en edad productiva, artesanos y operarios que mucha falta le hacen al país, pero aquí las oportunidades aspiracionales son pocas.