Manipuladores de felicidad

    Son innumerables los títulos de libros y películas que presentan recetas para conseguir la felicidad. Abundan, también, los gurúes que se proclaman maestros en esta difícil y anhelada empresa.

    La auténtica felicidad se encuentra en el darse, entregarse y compartirse a través del amor, como recordó el papa Francisco al sostener un encuentro con jóvenes en el estadio Lokomotiva de Košice, Eslovaquia.

    Por tal motivo, el Pontífice subrayó a los jóvenes que la verdadera originalidad y única revolución consiste en rebelarse contra la cultura de lo provisorio e ir más allá del instinto y del instante, de tal manera que se ame para toda la vida y con todo su ser.

    Los invitó a soñar con el verdadero amor, pero evitando caer en las garras de quienes solamente venden ilusiones y se convierten en manipuladores de felicidad:

    “Sueñen con una belleza que vaya más allá de la apariencia, más allá del maquillaje, más allá de las tendencias de la moda. Sueñen sin miedo de formar una familia, de procrear y educar unos hijos, de pasar una vida compartiendo todo con otra persona, sin avergonzarse de las propias fragilidades, porque está él, o ella, que los acoge y los ama, que te ama así como eres”.

    Bergoglio los alertó sobre la banalidad de muchas ilusiones: “Los grandes sueños no son el coche potente, la ropa de moda o el viaje transgresor. No escuchen a quien les habla de sueños y en cambio les vende ilusiones. Una cosa es el sueño, soñar, y otra tener ilusión. Los que venden ilusiones hablando de sueños son manipuladores de felicidad”.

    Asimismo, los exhortó: “No se dejen “homologar”; no fuimos hechos en serie, somos únicos, somos libres, y estamos en el mundo para vivir una historia de amor”.

    ¿Me dejo manipular?