Malova a la caza: candidato a lo que sea
Su aspiración es provocación a revisarlo
Mario López Valdez posee la infinita capacidad para asombrarnos, aptitud que es mitad cinismo y mitad espectáculo que refrenda con el nuevo montaje dramático para implorar la postulación al Senado por el Frente Amplio por México “o para lo que sea”, sintiéndose seguro de que los sinaloenses ya olvidamos el sexenio de baile y corrupción, de violencia y candilejas, y de la muerte de personajes notables en contraste con el travestismo político de los mil y un disfraces. Él es quien decide volver a sus andadas; a los ciudadanos nos corresponde refrescarle la memoria.
En principio, con tal de que el melodrama político continúe y sea transexenal, hasta es posible que Malova se postule a la Alcaldía de Ahome, compitiendo contra Gerardo Vargas Landeros, el otrora hombre de todas sus confianzas que irá por la reelección en el gobierno del municipio norteño. Todo se puede, inclusive que el Partido Revolucionario Institucional arrope a quien lo traicionó en 2010 al buscar y obtener la Gubernatura por las siglas PRI, PAN y PRD.
Al parecer López Valdez y Vargas Landeros rompieron aquella mancomunidad perniciosa que se dañó desde 2016 cuando el ex Secretario General de Gobierno fue abandonado por el entonces Gobernador en la aspiración a sucederlo en el cargo. Con cierta dosis de ingenuidad, porque sabía que quien traiciona una vez traiciona dos veces, el fiel aliado malovista se jugó el todo por el todo en el período 2011-2016 y ahora padece el hecho de que el ex amigo le significa estorbo.
Pero el ex Gobernador enfoca sus expectativas hacia al Senado con pleno conocimiento de que obtendría mínimamente la candidatura a Diputado federal o local, o a la Presidencia Municipal de Ahome, la cual ya desempeñó de 2002 a 2004. Ahí está la clave de quien se ofrece “para lo que sea” a sabiendas de que el bloque opositor se halla en la tesitura de abrirle espacios a currículums que contengan prácticas corruptas como requisito indispensable.
Malova está en campaña, primero para convencer al dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, que traicione al político sinaloense más cercano, que es Mario Zamora Gastélum, y persuadiendo a las siglas del Frente Amplio por México de que la eventual postulación de Sergio “El Pío” Esquer no es garantía de los votos que necesita para ganar la elección la candidata presidencial Xóchitl Gálvez. Está en su elemento el empresario ferretero de las múltiples caras; hoy se coloca la máscara de imprescindible jalavotos.
Está listo, dice, para lo que sea. Pero todavía trae el tufo de la desconfianza, mismo que lo impregnó desde que quiso en su gobierno hipotecar las finanzas estatales durante 25 años al tratar de construir los hospitales generales de Culiacán y Mazatlán por un monto superior a los 14 mil millones de pesos, obras que el siguiente Gobernador, Quirino Ordaz Coppel, hizo con la inversión de alrededor de 3 mil millones de pesos.
Lo asedian también los recuerdos de los crímenes de alto impacto con posible móvil político de aquel sexenio aciago. El que privó de la vida al periodista Humberto Millán el 24 de agosto de 2011; aquel del 25 de enero del mismo año que aniquiló a Luis Pérez Hernández, ex director de Gobierno y operador de la campaña de Malova; enseguida el ataque letal a la confidente de Luis Pérez, la vidente Martha Olivia “Oly” Alonso Pérez, ocurrido el 28 de junio.
Luego mataron a Francisco Eduardo “Fuco” Urrea Salazar, ex coordinador de Acceso a la Información del Ayuntamiento de Culiacán y ex colaborador de la campaña que en 2010 realizó Jesús Vizcarra Calderón en busca de la Gubernatura. Y, entre otros más, Atilano Román, líder de los comuneros desplazados de la Presa Picachos, a quien el 11 de octubre de 2014 le dispararon sujetos armados mientras transmitía desde una cabina de radio, y el 12 de mayo de ese año la víctima fue Sandra Luz Hernández, la madre asesinada mientras buscaba a su hijo desaparecido.
No olvidemos en estos momentos en que Malova nos incita a revisarlo. Mientras él bailaba, se subía el cuadrilátero de la lucha libre, desfilaba junto a los carros alegóricos del Carnaval de Mazatlán, o utilizaba la indumentaria de motociclista en la Semana de la Moto, Sinaloa entero padecía los embates de la corrupción, inseguridad y la abusiva prepotencia de aquel que con la investidura de Gobernador mezcló la fiesta de disfraces con el dolor de miles de familias afectadas por los 7 mil 726 homicidios dolosos sucedidos en el sexenio.
Importa la memoria colectiva de cara a la elección del próximo 2 de junio. Sinaloa experimenta una especie de realismo trágico por los perfiles que la alianza prianredista tiene disponibles para postularlos a los cargos de elección popular en disputa. Viejos y recientes talantes patibularios del poder levantan la mano creyendo que es el tamaño de la cola lo que definirá la aparición en la boleta electoral y que las trayectorias ciudadanizadas, limpias, las pocas que se animen a entrarle, toparán con las barricadas siniestras de candidaturas por subasta y tráfico de influencias.
Malova asoma al presente,
Y nos vuelven a herir los daños,
Porque por más que pasen los años,
El tiempo no sana a la gente.
Ayer en la entrega-recepción del segundo informe del Gobernador Rubén Rocha Moya que se efectuó en el Congreso del Estado coincidieron el actual Secretario de Gobierno, Enrique Inzunza, que ya tiene la candidatura al Senado prácticamente asegurada, y el Diputado Feliciano Castro, quien puntea como favorito a ocupar el cargo que dejará vacante el ex Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado. Mucha atención en los próximos días con estos dos y con los alcaldes de Culiacán. Juan de Dios Gámez, y de Mazatlán, Edgar González, que están muy bien posicionados en la confianza del Gobernador en el momento en que vienen ajustes cruciales en el Gabinete estatal.
