Lupe Vélez (2)

BUHEDERA
    Vélez perfeccionó su personaje cómico de Carmelita Lindsey, una cantante mexicana simpática y temperamental casada con un refinado caballero estadounidense.

    Wikipedia: Alice, la madre del actor Gary Cooper, siempre se opuso a su noviazgo, simplemente porque Lupe no le caía bien. Y Cooper era incapaz de llevarle la contraria. Un día Lupe comenzó una dura discusión con ella que concluyó con el desplante de la diva: «Quédese con su niño. A mí me sobran los hombres». En una ocasión estuvo a punto de arrancarle una oreja a Cooper en la estación de tren de Los Ángeles mientras él se preparaba para huir de ella y su rabia incontrolable. Incontenible, también fue llevada a la policía cuando una patrulla la descubrió haciendo el amor con Cooper a bordo de su coche en un aparcamiento de esa ciudad. Según varios biógrafos, Cooper fue el gran amor de su vida. El tórrido romance terminó en parte por la influencia de la madre de Cooper y también de la de su compañía, la Paramount Pictures, quienes le aconsejaron limpiar su imagen alejándose de ella. Cooper apenas sobrevivió cuando Lupe se presentó en la estación del tren disparándole con una escopeta por abandonarla.

    A pesar de todo, para Vélez la ruptura con Cooper fue un golpe terrible. Ella intentó olvidarle refugiándose en su carrera, cada vez más brillante, y con la ayuda de barbitúricos y nuevos amantes. Uno de estos últimos fue el actor John Gilbert, quien tuvo un romance con Lupe durante el breve periodo en que se separó de su esposa, la actriz Ina Claire. La columnista de espectáculos Hedda Hopper recordó un incidente de Vélez: En el momento en que le pregunté si debía o no casarse con Gilbert, ella respondió: “No me interesa. Después de todo, yo no soy una dama”. El romance concluyó en 1932, y Gilbert se reconcilió con su esposa.

    En 1933, mientras residía en Nueva York y sostenía un romance con el actor Errol Flynn, Lupe conoció al actor y nadador olímpico Johnny Weissmuller, el famoso Tarzán del cine. Meses después, ambos se casaron en Las Vegas. Durante varios años de matrimonio, la pareja enfrentó numerosos conflictos, desencuentros y ataques de celos de Lupe, que se transformaban en hematomas y arañazos que los maquilladores de Tarzán disimulaban hábilmente. La convivencia entre Lupe y Johnny se convirtió en la comidilla de los medios sociales. El matrimonio duró cinco años, aunque en repetidas ocasiones se separaron y se reunieron antes de divorciarse definitivamente en 1939. Tras su separación de Weissmuller, Lupe mantuvo breves romances con el actor Guinn Williams, el escritor Erich Maria Remarque y los boxeadores Jack Johnson y Jack Dempsey.

    Al regresar a Hollywood en 1939, Lupe obtuvo el protagónico en una comedia de Serie-B de la RKO Pictures, The Girl from Mexico. En la cinta logró una extraordinaria mancuerna con su co-estrella, Leon Errol. Tras el éxito de la película la RKO realizó una secuela, Mexican Spitfire, y la popularidad de la serie hizo que llegaran a filmarse un total de seis películas. Vélez perfeccionó su personaje cómico de Carmelita Lindsey, una cantante mexicana simpática y temperamental casada con un refinado caballero estadounidense. Las características del personaje incluían un inglés mal hablado (con un marcado acento hispano), revoltosa, vulgar y con repentinos ataques de ira, que le hacían gritar improperios en español. De vez en cuando también cantó en estas películas. Vélez disfrutó haciendo estas películas y se le permitió hacer muchas improvisaciones junto a Leon Errol. La serie Mexican Spitfire rejuveneció la carrera de Vélez, y en los años siguientes actuó en una serie de musicales cómicos para la RKO, Universal Pictures y Columbia Pictures. En una de sus últimas películas con la Columbia, Redhead from Manhattan, interpretó un doble papel: uno en su dialecto cómico exagerado, y el otro con su voz real, con un inglés sorprendentemente fluido y con pocas trazas de acento mexicano. La última cinta de la serie Mexican Spitfire se rodó en 1943.

    En 1944 Lupe regresó a México para filmar una adaptación cinematográfica de la novela de Émile Zola, Naná (1943), que tuvo un éxito aceptable. Posteriormente, regresó a Estados Unidos para preparar otra obra teatral en Nueva York.