La sucesión presidencial se ha adelantado. Morena llevará a cabo su proceso de selección de candidata o candidato presidencial -con todo y precampañas- cinco meses antes de lo estipulado en las leyes electorales, ignorando a la autoridad y las más elementales reglas de financiamiento de la política.
No, “los tiempos del señor” no son perfectos. De hecho, colocan a sus denominadas “corcholatas” ante el inminente peligro de ser sancionadas por el Instituto Nacional Electoral, en caso de que este “nuevo INE” dirigido por Guadalupe Taddei se decida a hacer cumplir la ley.
Sería muy interesante que la consejera presidenta aproveche su próxima visita a Palacio Nacional, a la que irá acompañada del resto de consejeras y consejeros, para comentar la convocatoria aprobada ayer por el Consejo Nacional de Morena y lo que establece el capítulo II del Título II de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Dicha ley define a una precandidata o precandidato como: “ciudadano que pretende ser postulado por un partido político como candidato a cargo de elección popular, conforme a esta Ley y a los Estatutos de un partido político, en el proceso de selección interna de candidatos a cargos de elección popular”.
¿No son eso Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Manuel Velasco y Gerardo Fernández Noroña?
Además, la LGIPE define los actos de precampaña como: “las reuniones públicas, asambleas, marchas y en general aquéllos en que los precandidatos a una candidatura se dirigen a los afiliados, simpatizantes o al electorado en general, con el objetivo de obtener su respaldo para ser postulado como candidato a un cargo de elección popular”.
¿No es eso lo que van a hacer en los próximos dos meses Sheinbaum, Ebrard, López, Monreal, Velasco y Fernández Noroña?
Morena podrá llamar a su ejercicio “definición de la Coordinación de Defensa de la Transformación (CDT)”, pero si huele a precampaña, camina como precampaña y sirve para lo mismo que una precampaña, es precampaña.
Y, como tal, debería sujetarse a las reglas y tiempos estipulados en la LGIPE.
1. Que cuando se trata de la elección presidencial, “las precampañas darán inicio en la tercera semana de noviembre del año previo al de la elección”.
2. Que cuando un partido político define el método y tiempos de la selección de su candidata o candidato, debe comunicarle al INE, en menos de 72 horas, “la fecha para la expedición de la convocatoria correspondiente; los plazos que comprenderá cada fase del proceso interno; los órganos de dirección responsables de su conducción y vigilancia; la fecha de celebración de la asamblea electoral nacional, estatal, distrital o, en su caso, de realización de la jornada comicial”.
3. Que las precampañas deben sujetarse a un tope de gastos de precampaña que, en circunstancias normales y legales, son definidos por el INE en octubre del año previo a los comicios.
4. Que las precandidatas y precandidatos que participen en los procesos de selección interna convocados por cada partido no podrán realizar actividades de proselitismo o difusión de propaganda, por ningún medio, antes de la fecha de inicio de las precampañas, y que “la violación a esta disposición se sancionará con la negativa de registro como precandidato”.
5. Que las precandidatas y precandidatos deben registrarse ante el INE y presentar sus informes de ingresos y gastos, en tiempo y forma, para que puedan ser revisados por la Unidad Técnica de Fiscalización. No hacerlo, como en el caso de Raúl Morón y Félix Salgado Macedonio, es causal para anular su registro como candidatos.
En contraste con el rigor de la Ley Electoral, el método de Morena es laxo y solamente establece seis generalidades:
- “Los aspirantes privilegiarán el contacto con la gente y las asambleas informativas”.
- “Deben comportarse de manera austera, sin derroche de gastos publicitarios ni propagandísticos, y rechazar toda práctica antidemocrática como el acarreo, coerción y alianzas con grupos o personas a cambio de prebendas”.
- “Están prohibidos los recursos públicos, empresariales o de actividades presumiblemente ilícitas”.
- “Se abstendrán de involucrarse de forma alguna ni manifestarse a favor o en contra: el presidente de la República, los titulares de su gabinete legal y ampliado, los gobernadores/as y los integrantes de sus respectivos gabinetes, alcaldes y presidentes municipales y sus colaboradores de primer nivel, coordinadores de las bancadas de orena, toda persona con un cargo de dirigencia nacional o estatal de Morena”.
- “Se evitarán los debates públicos y polémicas, acciones de desprestigio, descalificación o agresión entre aspirantes. Sus seguidores deben cumplir estrictamente la misma regla”.
- Y, la más surrealista de todas las normas: “evitarán los medios reaccionarios, conservadores, adversarios de la Cuarta Transformación y partidarios del viejo régimen”.
Eso sí, para quienes se atrevan a violar cualquiera de esas reglas, se les advierte: “el incumplimiento de los términos, más allá de beneficiar a los aspirantes, les hará perder la confianza del pueblo”.
El registro de precandidatas y precandidatos de Morena, PVEM y PT será del lunes 12 al viernes 16 de junio. Las precampañas serán del 19 de junio al 27 de agosto, dos meses de “recorridos nacionales”.
El método será la encuesta de Morena, auxiliado por cuatro empresas como encuestadores externos. Habrá una comisión que definirá cuestionarios y evaluará los cinco ejercicios demoscópicos.
La Comisión de Encuestas entregará el resultado final al Consejo Nacional de Morena el 6 de septiembre y, a partir de esa fecha (nueve meses antes de la jornada electoral de 2024), la “cuarta transformación” ya tendrá candidata o candidato presidencial.
Durante los meses que transcurran entre esa definición y el arranque de las precampañas (diciembre) y las campañas (marzo de 2024), quien resulte ungido caminará en la cuerda floja: sus dichos y acciones podrán ser denunciados como actos anticipados de precampaña o campaña, y poner en peligro su registro.
Lo previsible es que la oposición presente decenas de quejas y denuncias, como las más de 200 que ya ha enderezado en contra de las llamadas “corcholatas”, lo que pondrá a prueba al INE y al Tribunal Electoral.
Morena y el Presidente han adelantado los tiempos, pasando por encima del marco legal vigente. Sin duda, todo un tema para el diálogo Guadalupe Taddei- López Obrador. Claro, en caso de que la consejera presidenta decida ponerlo sobre la mesa.