Los memorables 90 años del HCC
Sin ir a Dinamarca, el modelo está aquí
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A los 90 años de velar por la buena salud de los sinaloenses, con enfoque en los sectores sociales más desposeídos, el Hospital Civil de Culiacán ofrece el modelo probado de medicina de calidad, con calidez y dignidad, que bien podría ser la guía del sistema para el acceso universal y gratuito que promueve el gobierno de Andrés Manuel López Obrador teniendo al IMSS-Solidaridad como núcleo. Y de las nueve décadas de estar al lado de los enfermos que aparte sufren de vulnerabilidad económica, surge la duda de si este centro de atención e investigación sobreviviría en su esencia si el burocratismo lo abduce.
No debiera el Gobierno de México buscar referentes en otras naciones, como los de Noruega y Dinamarca, si el prototipo a desarrollar en todo el territorio nacional está aquí, en Sinaloa, con casi un siglo de logros que le tatúan la certidumbre en cuanto a la medicina de vanguardia al alcance de todos. Comprometido por siempre con la sociedad, ya ni debiéramos preguntar cuántos años cumple el Hospital Civil, sino apreciar lo enorme que es la estatura moral, profesional e histórica que tiene.
La mancuerna de Hospital Civil y Centro de Investigación y Docencia en Ciencias de la Salud, la parte ésta con la que participa la Universidad Autónoma de Sinaloa, ha logrado una exitosa simbiosis donde cualquier paciente, sin importar el padecimiento o el poder adquisitivo, es beneficiario de medicina de alta especialidad, tecnología de punta, vocación de servicio y solidaridad social que en pocas instituciones de seguridad social encuentra. A veces conseguir una cita en especialidades de IMSS e ISSSTE supera la posibilidad de espera de pacientes en estado crónico.
Por estas y otras razones, resulta válido adelantarle la pregunta al Gobernador Rubén Rocha Moya de qué pasará con la trascendencia que tienen Hospital Civil y CIDOCS si es que los alcanza la política pública federal de universalización de la salud pública, siendo que esta dupla posee el modelo más acabado de la pretensión que abandera la Cuarta Transformación consistente en poner en el centro de todos los propósitos el bienestar de las personas.
En la dinámica diaria, la sobresaturación de la demanda de atención que enfrentan el Instituto Mexicano del Seguro Social, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, los hospitales generales, así como los centros médicos dedicados a enfermedades o sectores específicos, obliga a que sacrifiquen pertinencia y calidez propiciando la deshumanización de la cobertura.
Pero el Hospital Civil de Culiacán está en permanente evolución al representar la única oportunidad de cobijo a la salud de segmentos frágiles que, sorprendentemente, hallan allí la mano extendida sin distingos de médicos, enfermeras y demás personal de apoyo. Hoy mismo procede a ampliar su infraestructura física con la preocupación de atender a quien llegue a requerir asistencia clínica, sea alguien en situación de indigencia o trátese de cualquier otro ciudadano que busca la esperanza de caer en las mejores alternativas de la medicina social.
Hace algunos días, en la celebración del 90 aniversario de la fundación del HCC, el Secretario de Salud del Gobierno del Estado, Cuitláhuac González Galindo, lo consideró el mejor hospital-escuela que se tiene en Sinaloa. Y ayer en el evento conmemorativo del Día Mundial del Corazón, el director Everardo Quevedo Castro afirmó que el Gobernador Rubén Rocha Moya está apoyando muy importantemente al centro médico y de investigación “y la recomendación que nos da es que apoyemos a la gente de escasos recursos”.
Patrimonio y orgullo de los sinaloenses, posibilidad infinita de sanación y amparo, las autoridades federales y estatales debieran ponderar este ejemplo y blindarlo de cualquier posibilidad de riesgo, reafirmándole el atributo de la solidaridad con los grupos vulnerables. Que ninguna zozobra altere lo que ya es; que juntas las tenacidades sociedad-gobierno lo hagan más grande y siga resplandeciendo por la oportunidad y eficiencia muchas veces calada.
El gran equipo que conforman el HCC y CIDOCS constituye la ruta a seguir por el sistema estatal de salud pública como itinerario y derrotero que Sinaloa necesita, para los sinaloenses y de los sinaloenses. Que vengan los expertos, los altos funcionarios del área, los universalizadores, a conocer el arquetipo local y le permita permanecer así como está, en el camino en que va, al margen de experimentos con lo que ya ha demostrado que es lo mejor.
Y por si a nadie convencen los argumentos aquí esgrimidos, entonces remarquemos que el Hospital Civil debe continuar como opción solidaria que les garantice a los enfermos el derecho a la buena salud, sin que deban morir por el hecho de no tener dinero para pagar médicos, medicinas y estudios clínicos. Saquémoslo pues de toda senda que le signifique echar a perder lo que por méritos y solidaridad social se ha ganado.
Ni caso tiene, señor Presidente,
Ser en otras latitudes candil,
Si en Culiacán dice “¡presente!”,
El meritorio Hospital Civil.
Por cierto, teniendo al Hospital Civil y CIDOCS como testigos, la directora de la Unidad de Bienestar Universitario, maestra Sofía Angulo Olivas, anunció el programa autorizado por su esposo, el Rector Jesús Madueña, para otorgarles a los periodistas una tarjeta de descuento en los servicios que brindan ambas áreas de la salud. Esta iniciativa es impulsada por Arnoldo Valle, director de Comunicación Social de la UAS y será concretada el próximo 4 de octubre.