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"OPINIÓN"

"Los doctores"

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17/10/2020

    Arturo Santamaría Gómez

    santamar24@hotmail.com

     

    No me refiero a los admirados profesionistas de la salud que se están jugando la vida por nosotros, ni tampoco a Efrén Encinas, Secretario de Salud de Sinaloa, o a López-Gatell, el controvertido Subsecretario de Salud federal, sino a los doctores Rubén Mocha Moya y a Juan Alfonso Mejía López.

    Uno es el aspirante que puntea todas las encuestas para ser candidato a Gobernador por Morena, y el otro es uno, no el mejor colocado, de los que aparecen en la lista de los aspirantes del PRI, aun sin ser militante de este partido.

    No son, por supuesto, doctores en Medicina sino en Ciencias Sociales, Rocha Moya, y el otro, Mejía López, en Ciencia Política. El Senador se tituló en la UAS, y el secretario de Educación Pública en la Sorbona. De concretarse sus aspiraciones, serían los candidatos a Gobernador con el grado académico más alto en la historia de Sinaloa.

    Rubén Rocha tiene una larga trayectoria política y también la tuvo como académico y funcionario universitario. Mejía López, dos o tres décadas más joven, inició su actividad política con el PAN a la vez que ingresaba a la UAS (asunto que critiqué abiertamente porque no podía legalmente ser Secretario del Ayuntamiento de Mazatlán y gozar de una plaza académica de tiempo completo en la Universidad). Sin duda la vocación más definida de ambos es la política y no la académica, aunque los dos son hombres de ideas claras y bien sustentadas, y tienen una obra escrita.

    El badiraguatense, es decir, Rocha Moya, fue un activista estudiantil desde muy joven y hasta donde sabemos el mazatleco Mejía López no tuvo esas inquietudes, salvo lo que él aclare. El ex Rector de la UAS militó en la izquierda mexicana pre Morena por varias décadas, incluso siendo candidato a Gobernador en dos ocasiones, una por la alianza de izquierda Movimiento Popular Sinaloense y la otra con el PRD-PT y PVE.

    Posteriormente se acerca al PRI como asesor de Jesús Aguilar, después funge como funcionario en el ISSSTE y nuevamente como jefe de asesores de Quirino Ordaz hasta que López Obrador lo invita para ser candidato a Senador por Morena. En el Senado, como sabemos, preside la Comisión de Educación.

    Juan Alfonso, recién desembarcado de París, llega a la UAS con el apoyo de Alonso Lujambio, Secretario de Educación Pública con Felipe Calderón, y con el de Antonio Corrales Montaño, entonces Rector de la Casa Rosalina; pero poco después Alejandro Higuera lo suma a su gabinete. Siendo parte de él, Mejía López aspiró a ser presidente del PAN sinaloense. Su poca experiencia política y no poca arrogancia de un joven doctor parisino le impidió entender las costumbres y los vericuetos del blanquiazul, por lo que fue derrotado. Posteriormente, y al parecer con el respaldo de los hermanos Enrique y Agustín Coppel, de Culiacán, se convierte en el representante de Mexicanos Primero en Sinaloa, un organismo impulsado por Claudio X González y férreo opositor de AMLO, que investiga y promueve un tipo de educación acorde a una visión empresarial. En esta organización ven muy bien su trabajo y lo promueven a su dirección nacional. Estando ahí, y una vez que sale Enrique Villa Rivera del gabinete de Quirino Ordaz, al parecer nuevamente con el apoyo de los Coppel, Mejía López fue llamado para encargase de la educación pública en Sinaloa.

    Rubén Rocha, si nos guiamos por lo que han dicho a lo largo de varios meses todas las encuestas nacionales, si tomamos en cuenta su desempeño en el Senado, si consideramos su experiencia y formación profesional sería el más fuerte aspirante morenista a la Gubernatura. Y si cuenta la relación con AMLO, lo cual parece definitiva, pues el ahora Presidente lo invitó a ser candidato a senador, entre otras razones porque se conocen desde hace varias décadas, la candidatura parece bastante transitable.

    Mejía López, aunque goza la abierta simpatía de Juan Millán, quien sigue siendo un importante actor del priismo sinaloense, y también suscita los aplausos del Gobernador Quirino Ordaz, quien muy probablemente lo ha alentado a entrar al juego por la candidatura tricolor, así como de los poderosos empresarios que aquí he mencionado, no es militante priista y eso ya ha provocado escozor en diferentes círculos de este partido.

    El aspirante priista que más aceptación muestra en las encuestas es Jesús Valdés, pero este también joven político, a pesar de su edad es un tricolor tradicional, que hace política con la vieja escuela y no goza de una formación académica o profesional como la que tienen Quirino Ordaz, Mejía López o Mario Zamora. En opinión de Juan Millán, la cual al parecer ha permeado o coincidido en algunos círculos periodísticos y empresariales, ningún cuadro priista, y menos de corte tradicional, podría encabezar una fórmula electoral triunfal, la cual, por cierto, tendría que ser aliancista. Es decir, el PRI no podría ganar, solo, la Gubernatura.

    Al tricolor se le están complicando las alianzas porque, por ejemplo, Movimiento Ciudadano, posiblemente en alianza con el PAS, ya propone a Sergio Torres como candidato a gobernador. Por lo pronto, esta fuga algún daño le provocará al PRI. La tardanza de Quirino Ordaz en definir al menos las alianzas electorales ya está golpeando a su partido.

    Aunque difícil no es descartable un duelo por la gubernatura entre Rocha Moya, que va mucho más firme, y Mejía López, menos probable. En caso de que lo fuera, sería un lucha de pulidas inteligencias de dos especialistas en educación, donde uno representa la fuerza política que quiere remodelar y reformar el rumbo del País, y el otro representaría a un partido, que no es de origen suyo, y que ante sus crisis política no sabemos si es capaz de reinventarse, al menos en Sinaloa, el único estado donde un gobernador priista se salva de la quema.

    Posdata
    ¡Qué desfiguros los del ‘Químico’ Benítez. Ya no sabe uno si reír o llorar. Parece que quiere ganar un torneo de torpezas y desvaríos!