Juan Alfonso Mejía López
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Asistí a la presentación del libro Política Comparada, del Diputado Sergio Jacobo Gutiérrez; confieso haber disfrutado enormemente el momento. No fue sólo el formato de la charla, las intervenciones de los ponentes, la estructura de la obra o la temática en sí, mas bien viví un reencuentro con mis orígenes. Sin duda el autor como los comentaristas, el Rector Juan Eulogio Guerra Liera y ex Rector Vicente López Portillo, contribuyeron a esta vivencia con sus experimentados análisis y agudos comentarios; digamos que me “abrieron la puerta” sin saberlo.
Las charlas sobre los regímenes políticos, los partidos, los sistemas electorales, los enclaves territoriales, las formas de gobierno, los gobiernos yuxtapuestos y toda esta variedad de temáticas solían ser mi cotidianidad. A estas alturas “del partido”, después de vivir durante doce años “una causa educativa” desde el gobierno federal, sociedad civil y luego como Autoridad Educativa Local, podría decir que en ocasiones me cuesta recordar a Lipset, Rokkan, Sartori, Ostrogorski, Michels, Duverger, Sartori, Charlot, Panebianco y tantos otros más.
“Podría decir” hasta cierto punto, evidentemente, mis alumnos en la Universidad Autónoma de Sinaloa, en la Facultad de Sociología, me “obligaron” a mantenerme vigente; luego, el Doctorado lo que da es método, nada
más, una forma de observar los fenómenos sociales y eso, nunca se olvida.
El libro de Sergio Jacobo me hizo recordar, pero también me situó en el presente. Recordé aquellos años en que una obra determina en gran medida tu forma de ver la vida. Por ejemplo, mi decisión de regresar a Mazatlán luego de vivir 6 años en el extranjero se fundamentó en buena medida en aquella obra del portavoz en el Congreso de los Estados Unidos, Thomas “Tip” O’Neill, quien afirmaba que toda la política es local: All Politics Is Local: And Other Rules of the Game.
De hecho, esa idea sustentó en buena medida el contenido de mi tesis doctoral. La construcción de la alternancia política en el 2000 fue resultado de la confrontación entre los intereses del Centro y la periferia; que un partido político diferente al PRI terminara por imponerse fue consecuencia de la confrontación entre las regiones (los estados) contra el centro (la Presidencia de la República).
El llamado presidencialismo mexicano fue desmontado una vez que el federalismo salió de su aletargamiento. Primero fueron pequeñas ciudades (Quiroga, Michoacán en 1936), posiciones de poca relevancia en el sistema (las diputaciones de partido en 1963 o las regidurías en los ayuntamientos a inicio de la década de los 80´s), hasta otras entidades alguna vez impensables para la oposición (gubernaturas a partir de 1989).
La pertinencia del análisis surge del titulo de la obra del también Líder de los diputados del Revolucionario Institucional. La política comparada surge de un trabajo de conceptualización que permite relacionar diversos fenómenos sociales, con miras a establecer entre ellos similitudes o diferencias, regularidades o excepciones.
La clave de la comparación es el criterio de referencia. Lipset y Rokkan construyeron a finales de la década de los años 60’s el enfoque político-electoral de los enclaves partidistas para explicar el conflicto social y político en el seno de las sociedades; en el origen de los partidos políticos siempre existe un conflicto de tipo étnico cultural (la formación de la nación, la construcción del territorio), religioso o de clase social. El conflicto tiene memoria, solían decir ambos estudiosos, es cuestión de detectarlo.
La obra del Diputado me llevó a pensar en la recientes victorias electorales del PRI en Hidalgo y Coahuila en el 2020; lo mismo que en el 2019 en Aguascalientes, Tamaulipas y Durango, pero del PAN; ni qué decir de la forma como el hoy presidente de la República caminó todo el país, haciendo todo lo contrario que el PRD, al refugiarse en la Ciudad de México; Peña Nieto se caracterizó por financiar a sus propios candidatos a Gobernador en otros estados para conquistar el 2012; Fox es la cereza de un pastel, un partido que aprende a ganar elecciones, pero que en realidad se montó en el conflicto de las regiones que confrontaban al centro desde los años 70 y con mucha más fuerza en los años posteriores; en la década de los 30’s la zona del bajío se identificó con los cristeros, quienes fueron acallados desde una de las instituciones más centralistas del sistema del Estado mexicano, el Ejército mexicano.
En pocas palabras, el fenómeno de lo local explica en gran medida el origen del conflicto en México; en el 2021, será nuevamente la reedición de esta confrontación la que defina en gran medida la naturaleza de la preferencia política. Si esta hipótesis es certera, no es menor, ya que esta en juego la implementación territorial de proyectos políticos distintos para el futuro del país y del estado.
Cuando los intereses en lo local se organizan, el centro no pasa; claro, el desafío es encontrar en torno a qué intereses pueden o no organizarse y ello va mucho más allá de unas siglas partidistas.
Evidentemente, les recomiendo ampliamente la obra; sin duda, saldrán ideas por demás interesantes y quizás, motivo para la acción política.
Que así sea.
