Juan Alfonso Mejía López
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Competimos contra 200 años de historia de un sistema educativo presencial, el desafío es inmenso. El mundo, México y Sinaloa no tiene precedentes sobre el redimensionamiento de la educación a distancia provocado por la pandemia del Covid-19. Negar la dimensión del reto equivaldría a darle la espalda a una “nueva realidad” llena de oportunidades o, lo que es lo mismo, dejar de garantizar el derecho a aprender de las niñas, niños y jóvenes en nuestro estado. La desesperanza no es opción; en todo caso, NO es nuestra opción.
La confianza en el sistema educativo en Sinaloa es producto de la evidencia empírica. Son los hechos al momento del cierre escolar 2019 – 2020, lo que nos permite afirmar: lo hicimos bien, ¡lo haremos mejor! No es una frase hueca, es el esfuerzo de toda una comunidad por dar certeza en medio de la incertidumbre.
Más allá de una lista de buenos deseos o de una inocencia inexplicable producto de lo inédito, les comparto cinco razones que hablan del “cómo sí” lo haremos mejor.
Primero, a diferencia del ciclo escolar anterior, hoy tenemos experiencia. Si bien es cierto, concluir o iniciar un ciclo escolar involucra retos diversos, la naturaleza del objetivo hoy es el mismo: hacerlo a distancia. La educación a distancia involucra factores más allá de la educación digital, limitada a la computadora o el teléfono celular; estamos hablando de un acompañamiento por radio, televisión, o incluso, cuadernillos.
La multiplicidad de elementos citados en el párrafo anterior nos eran desconocidos hace unos meses, ahora no; es por ello por lo que, si bien es cierto el pasado mes de marzo, a inicios de la pandemia con el receso escolar de 14 días alcanzamos en un inicio una cobertura de 72 por ciento de la población estudiantil, al término del ciclo escolar logramos llegar a 94 por ciento de los estudiantes. Adaptarnos al contexto de las comunidades resultó fundamental, lo que nos obligó a salirnos del encuadre tradicional y genérico.
Segundo, si bien es cierto nuestros docentes son la plataforma por excelencia, hoy se encuentran mejor formados que en el pasado. Desde el 20 de julio, directivos y docentes se concentraron en dos dimensiones de su quehacer pedagógico para estar a la altura de la circunstancia: aprender a distancia y acompañar en la parte socioemocional a los alumnos. Mientras cerca de 27 mil docentes tomaron el taller “Horizontes: colaboración y autonomía para aprender mejor”, otorgado por la SEP; más de 10 mil docentes se capacitaron en el taller “ABCD: salud mental en tiempos difíciles”, impartido por la organización “AtentaMente”; sin dejar de mencionar los poco más de 30 mil que participaron en “Google Educación”. Nuestros docentes no sólo tienen la disposición y el amor a su vocación, hoy están mejor preparados para este momento.
Tercero, la pluralidad de las herramientas a disposición de la comunidad educativa cada vez es más rica, además de reconocer que tipo de mecanismo funciona de acuerdo con el nivel educativo. La contribución de las televisoras ha sido anunciada con “bombo y platillo” a nivel nacional, y no es para menos, pues la cobertura del estudiantado se amplía exponencialmente. Sin embargo, para el caso de Sinaloa, el modelo ya funcionó durante el ciclo escolar anterior gracias a la generosidad de Televisora del Pacífico (TVP), quien nos ha prestado la señal del canal 10.3 para llegar al doble de niños, niñas y jóvenes; de hecho, gracias a esta alianza cubrimos 55 por ciento del territorio estatal que quedaba fuera de la cobertura con las cadenas nacionales.
Por otra parte, siguiendo en esta misma línea, no sólo hemos sumado opciones como “GSuite de Google” o “Microsoft” para la preferencia de los docentes y alumnos, en la Secretaría de Educación Pública y Cultura (SEPyC) hemos creado la plataforma “Toda mi Escuela”, un espacio donde la comunidad educativa encontrará toda la diversidad de opciones que hoy se presentan para aprender y dar seguimiento a los contenidos, tan vastos y diversos; un solo lugar para la pluralidad de opciones.
“Toda mi Escuela” es tan sólo una aproximación a otro tipo de plataformas en los que ya trabajamos, pero, será momento para otra conversación.
Cuarto, aprender a distancia implica redefinir no sólo cómo aprendemos sino qué aprendemos; la parte curricular es primordial, y no puede ser la misma en tiempos de pandemia. Los alumnos no están en la escuela de manera presencial, los docentes tampoco y los padres de familia no son asesores técnicos pedagógicos. Para contrastar esta realidad y estar listos para seguir aprendiendo cuando se dicte el momento del regreso presencial, las mesas técnicas en la Secretaría de Educación Pública y Cultura (SEPyC) trabajaron en los contenidos a distancia, una suerte de aprendizajes clave.
Dotar al maestro de confianza y libertad es esencial, formarlo es una forma de comunicarte con ellos, pero definir hacia donde nos dirigimos y el tiempo para lograrlo es la mejor forma de acompañarlos. Este material se empezó a difundir desde el viernes 21 de agosto.
Quinto, nuestras escuelas recuperaron su función social; en el pasado dieron certeza y ahora darán confianza. A nivel Medio Superior y Superior, los bachilleratos, lo Tecnológicos, las Politécnicas y las Normales han elaborado cubrebocas, caretas protectoras, gel antibacterial, trabajan en tutorías para acompañar a aquellas madres que así lo requieran, una manera de beneficiar a las familias sinaloenses, principalmente del sector salud y económico.
El ciclo escolar 2020 - 2021 dará inicio mañana, 24 de agosto; será a distancia, en todos lo niveles educativos, sin importar la modalidad pública o privada, como lo dictó el Gobernador Quirino Ordaz Coppel. Si la escuela en Sinaloa ha sido parte de la solución de cara a esta pandemia, y no parte del problema, mucho se debe a que aprendimos a mirar con otros ojos, sin miedo y con generosidad. Generar esperanza en tiempos de incertidumbre, a esto le llamo confianza. Estoy cierto, lo hicimos bien, ¡lo haremos mejor!
Que así sea.