Lluvia tempestuosa, ciclón de solidaridad
Volvimos a lograrlo: de pie en la tormenta

OBSERVATORIO
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    Renació el esfuerzo humano, el del ciudadano precavido y el de autoridades y socorristas tenaces, entre drenes a punto de desbordar, ríos y arroyos rebeldes a sus cauces, diques que sobrepasaron su capacidad de contención, lagunas que brotaron en páramos secos, calles convertidas en torrentes, socavones ocultos bajo tapetes acuíferos, servicios fallidos de electricidad y agua potable que no requirieron del ciclón para sufrir descomposturas, carreteras y aeropuertos cerrados, y camiones y choferes urbanos varados.

    Porque las lluvias continuaron ayer aunque menos torrenciales, era difícil saber a ciencia cierta cómo le fue a Sinaloa durante los tres días que duró la inmediación y el impacto del huracán Norma, al final disminuido a la categoría de depresión tropical, pero aun así entre tanta gente afectada, agua acumulada y nubes estacionadas, resultó fácil reconocer la grandeza de nuestra estirpe e instituciones que se fusionan en el esfuerzo contra los riesgos inminentes. Emergió la cohesión gobierno-sociedad en ésta, la región más inundada e igualmente rebosante de fraternidad.

    En unas horas borraremos las huellas de la tormenta para que permanezcan solamente los rastros de la mano extendida a quienes necesitaron del vital soporte solidario. Siempre ha estado listo, vigente, el decreto popular que pone a Sinaloa de pie, nunca postrado, así sea en la inmediatez de los golpes del clima o la proximidad de otros modos de infortunios. Desde los retos hemos remontado a la estatura de sociedad estoica.

    Renació el esfuerzo humano, el del ciudadano precavido y el de autoridades y socorristas tenaces, entre drenes a punto de desbordar, ríos y arroyos rebeldes a sus cauces, diques que sobrepasaron su capacidad de contención, lagunas que brotaron en páramos secos, calles convertidas en torrentes, socavones ocultos bajo tapetes acuíferos, servicios fallidos de electricidad y agua potable que no requirieron del ciclón para sufrir descomposturas, carreteras y aeropuertos cerrados, y camiones y choferes urbanos varados.

    Tanta invocación a que llegara la lluvia que nos vino en volúmenes suficientes como para atemperar el miedo a la sequía, abarcando la cascada pluvial a 10 municipios. La indispensable agua para duchar a valles y montañas, recargar los mantos freáticos, mejorar los embalses de las presas, rebosar la red hidráulica de cultivos, ahorrarse el primer riego de las siembras y hacer que los labriegos se revolcaran locos de contentos en los suelos lodosos de sus parcelas.

    Los daños que se registran en la franja costera, desde Mazatlán hasta Ahome, continúan planteando la necesidad de actuar mejor en cada situación de emergencia. La lamentable muerte de tres sinaloenses, entre ellos un niño, por causas atribuibles a los aguaceros, no debería ocurrir a diferencia de daños materiales que por la fuerza de la naturaleza son inevitables y es cuestión de las acostumbradas e intensas jornada de recuperación para volver a la normalidad.

    Pero sin duda las instituciones de protección a la población funcionan cada vez más a la altura de los requerimientos en materia de atención a desastres naturales. Y también avanza la toma de conciencia ciudadana en lo referente a reducir comportamientos negligentes que originan pérdidas de vidas humanas. Durante sábado, domingo y lunes la cultura de la prevención en la gente y la coordinación para organizar la ayuda hicieron posible que en lugar de desastres, Norma nos trajera esperanzas frescas.

    Obsérvese que el Gobernador Rubén Rocha Moya evitó la costumbre de la foto sólo para efectos mediáticos, la del fingimiento del agua hasta la cintura y luego recluirse en cómodas oficinas, ya que estuvo en los puntos más críticos mientras llovía a cántaros y en la posterior labor de atenuación. Resáltense también la serena eficiencia de Roy Navarrete Cuevas, Director de Protección Civil, que sin dispersar pánico ni aspavientos de héroe mantuvo bajo control la situación, y la rápida respuesta de Eneida Rocha Ruiz, presidenta del Sistema DIF Sinaloa, para que alimentos y medicinas estuvieran a tiempo en la zonas afectadas.

    Los medios de comunicación y la información nativa de las redes sociales dieron testimonio de la acción del Instituto Estatal de Protección Civil, corporaciones de rescate y emergencias, policías estatales y municipales, Guardia Nacional, y plan DN-III-E del Ejército Mexicano, en la operación unida a favor de la vida de los sinaloenses. A diferencia de anteriores contingencias climatológicas, donde la gente pedía auxilio y nos les llegaba, en esta ocasión fue unánime el acompañamiento en medio de la tempestad.

    Las afectaciones a los bienes materiales son cuantiosas y necesitarán recursos públicos para la tarea de mitigación. Habrá cultivos de granos alimentarios que requerirán de la resiembra y la certeza de buena comercialización. La red caminera y carretera estará urgida de reparaciones rápidas. Los pescadores ribereños sufren la pérdida de embarcaciones por si no bastara la raquítica zafra camaronera. Las familias deberán reponer los enseres domésticos que Norma les arrebató. Los refugiados en 120 albergues retornarán a sus hogares con la ilusión de hallar todo bien. Pero volverá a salir el sol y arrojará la luz y el calor para retomar la normalidad.

    Qué importa lo que venga. Lo volveremos a lograr tomados de la mano para hacer la barrera que contenga o amortigüe las adversidades.

    Reverso

    Cómo nos gusta este lodo,

    Que de la lluvia proviene,

    Y es arcilla que viene,

    A unirnos codo a codo.

    Prevención coordinada

    Vale destacar la pertinencia con la cual la Secretaria de Educación Pública y Cultura, Graciela Domínguez Nava, y las instituciones de educación superior, implementaron con aciertos la suspensión de actividades en las aulas protegiendo a miles de alumnos y maestros, además de que el Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Robespierre Lizárraga Otero, hizo lo propio al instalar albergues en el campus que refrendan los lazos solidarios con la población en momentos cruciales. De igual eficacia actuaron el Gobierno del Estado, los alcaldes y el Poder Legislativo al resguardar a los trabajadores en sus casas.